En Uruguay somos tres millones de
habitantes y once millones de vacunos, pero en los últimos años han surgido
comedores solidarios pues la gente no tiene para comprar alimento. Si hablamos
de escritores, quienes viven de su oficio son escasísimos, entre ellos best-sellers
como Eduardo Galeano o Mario Benedetti. Se edita muy poco; se compran cada vez
menos libros. De todos modos, las editoriales realizan anualmente una Feria del
Libro en la cual se celebra el Día del Escritor Nacional. Cuando se celebró
este día en 2002, apareció a la luz una agrupación de escritores que
aprovecharon la ocasión para realizar una primera actividad.
La actividad se llamó Letras x Kilo y era un recital con lectura de
textos. Los visitantes aportaron un kilo de alimentos secos para las ollas
populares como pago de su entrada. Después, la agrupación continuó
participando en eventos y poco a poco surgió la idea de crear una Casa de los
Escritores. No pretende ser solamente un gremio o sindicato, sino un lugar de
encuentro y activismo cultural.
El 15 de junio pasado ocurrió la fundación formal de la Casa. Nuestro
presidente provisorio, el conocido colega Carlos Liscano, abrió el acto así:
"Bienvenidos a la Casa que no existe, bienvenidos a Utopía, que es el
lugar natural de la literatura". Y agregó que, si bien la casa no tenía
techo ni paredes, era "una casa de pie en medio de las ruinas".
Sin embargo, pronto tendremos sede en un viejo mercado de Montevideo,
actualmente un centro cultural con restaurantes, feria de artesanos, escuela de
tango y mucho más.
Por el momento somos un centenar de miembros. Queremos unirnos y buscar
respuestas a la crisis del país y a cómo seguir escribiendo en estos tiempos.
Trataremos de que la Casa demuestre fortaleza para sobrevivir y se mantenga el
espíritu de fraternidad y humanismo que llevó a su fundación.