
La escritora venezolana Jacqueline Goldberg presentará el próximo domingo 1 de julio a las 11 de la mañana, en la biblioteca de la Escuela de Enfermería de la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, su más reciente libro, titulado El cuarto de los temblores, con un diálogo en el que participarán tres brillantes mujeres: Ana Teresa Torres, escritora, psicoanalista y miembro de la Academia Venezolana de la Lengua; Albor Rodríguez, periodista, escritora y cocreadora del portal La vida de nos; y Naky Soto, escritora y analista política.
La actividad se enmarca en los veinticinco años de la Escuela de Enfermería y cuenta con los auspicios de la Fundación Fondo Andrés Bello, el Centro Deportivo Ciudad de las Artes Sebucán y la Fundación La Poeteca, además de la misma escuela, que está ubicada en la Avenida Principal de Sebucán (avenida Miguel Otero Silva).
El cuarto de los temblores (Oscar Todtmann Editores, 2018) es el libro más íntimo, confesional, personal y arriesgado de Goldberg; también su obra más transgenérica o, a decir de la autora, “des-generado”. Con fragmentos de inmensa carga poética, se aproxima con igual fuerza a la narrativa, al ensayo, la autoficción, la autobiografía, el cuaderno de notas, la crónica y un género aún más mestizo que procura dar cuenta de la narrativa del paciente clínico.
Todo gira en torno al temblor. En sus páginas hay textos que hablan en primera persona de la enfermedad, reflexiones sobre libros y temblores ajenos, crónicas, entrevistas a terceros, citas de filósofos, poetas, boleristas y hasta raperos. Casi todo cuanto tiembla halla noticias en estas reflexiones que demoraron una década en tomar forma y ahora han sido publicadas bajo el sello de Oscar Todtmann Editores.
Jacqueline Goldberg tiembla. Lo hace desde la infancia. Quienes la conocen o la han visto, saben del sismo constante de sus manos. Lo suyo ha sido diagnosticado como una enfermedad rara o huérfana, de esas que no tienen cura sino ratos de sosiego. Escribir sobre ella ha sido uno más de sus intentos por salvaguardarse de la intemperie.
“Temblar, para Jacqueline, es descubrir, mirar por la grieta donde la realidad deja de ser una cosa sólida para convertirse en una vibración que estalla y reconstruye revelaciones y equilibrios. Desde la niñez, desde el miedo, desde la valentía, desde el amor. Desde la palabra. Porque, así como con la vida, así también con la literatura. Jacqueline Goldberg tiene rato llevando sus temblores a los géneros. En este caso, ha movido sus placas y ha desplazado la poesía y la narrativa y el ensayo y la escritura biográfica. El deslizamiento hizo nacer un texto que es un magnífico estremecimiento de las formas”, señala el escritor venezolano Fedosy Santaella en las tapas del libro.
El escritor mexicano Mario Bellatin expresa asimismo que la escritura en Goldberg es ya en sí misma una enfermedad: “Crearle una genealogía es la prueba de que no es una más, sino su propia esencia. Estamos tan enfermos que sólo nos queda colocar una palabra detrás de otra con el único fin de agravarla a nuestro favor. Jacqueline Goldberg, con este libro, busca su propia manera de insertarse a una escritura de letanías que desde tiempos inmemoriales ha tratado de develar los misterios que nos acompañan”.
Goldberg nació en Maracaibo en 1966. Es doctora en Ciencias Sociales, licenciada en Letras y autora de obras de poesía, narrativa, ensayo, testimonio, gastronomía y libros álbum para niños.
Su novela Las horas claras (2013) mereció el XII Premio Transgenérico de la Sociedad de Amigos de la Cultura Urbana 2012 y el Premio Libro del Año 2014 otorgado por los libreros venezolanos, fue finalista del Premio de la Crítica a la Novela del Año 2013 y ha sido reeditada en México en 2018.
Sus primeros trece poemarios están recogidos en Verbos predadores, poesía reunida 2006-1986 (2007). Luego vinieron Postales negras (2011); Limones en almíbar (2014); Nosotros, los salvados (2015), y Las bellas catástrofes (2018).
Ha sido distinguida, entre otros, con el Premio Regional de Literatura Jesús Enrique Lossada en su única clase, Premio de Poesía Bienal Mariano Picón Salas, Premio Bienal de Crítica y Ensayo Roberto Guevara, y Premio Nacional de Literatura Infantil Miguel Vicente Pata Caliente.
Su poesía aparece en antologías en España, Italia, Reino Unido, Rumania, Corea del Sur, Puerto Rico, Estados Unidos, Perú, Brasil, México, Chile, Colombia, Argentina y Venezuela.
OT editores publicó antes Limones en almíbar, ganador de la mención especial del jurado del Premio Tenedor de Oro 2015 a la Publicación Gastronómica que otorga la Academia Venezolana de Gastronomía.
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