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Palabras que murieron por falta de uso, en una exposición del Instituto Cervantes

jueves 6 de junio de 2019
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1914-2014
“Cuñadez”, “cocadriz” y “bajotraer” son algunas de las palabras que conforman la exposición 1914-2014, de la artista zaragozana Marta PCampos, inaugurada el 4 de junio por el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero. Fotografía: Musac

Las casi 2.800 palabras que en 1914 estaban incluidas en el diccionario pero que, cien años más tarde, habían desaparecido, son el tema de la muestra 1914-2014. Marta PCampos, que se inauguró el martes 4 de junio en la sede del Instituto Cervantes, en Madrid, y se extenderá hasta el 29 de septiembre.

Marta PCampos (Zaragoza, 1990) plantea en esta exposición, coorganizada con el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac), una reflexión sobre las palabras para así recuperar, aunque sea de manera efímera, aquellas que han sido borradas del Diccionario de la Real Academia Española (hoy, Diccionario de la Lengua Española, DLE) en un siglo.

1914-2014 consta de tres ejes de trabajo: un libro de artista, un foro en Internet y un programa de tres talleres.

Entre las palabras jubiladas se encuentran “cuñadez” (algo “increíble” para PCampos, cuando tanto se habla del “cuñadismo”), “cocadriz” (femenino de cocodrilo que no prosperó), “camasquince” (entrometido), “durindaina” (justicia) o “bajotraer” (abatimiento, humillación). Muchas desaparecieron por falta de uso, a veces debido a cambios sociales o fin de determinados oficios; otras perdieron su grafía original aunque perviven con la nueva.

El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, indicó que todo ello demuestra que “la lengua está viva, está pegada a la piel de la sociedad”, y que si es habitual polemizar sobre qué términos llegan al diccionario, también debemos meditar sobre las palabras que desaparecen. Este “trabajo inestimable” será muy útil para esta reflexión, dijo.

El Cervantes, organismo que promociona en todo el mundo la lengua española, acoge este proyecto en la Caja de las Letras, que habitualmente está cerrada al público. La antigua cámara acorazada atesora legados de más de cuarenta personalidades de la cultura —sobre todo, la literatura— en español. La muestra, que abre un programa de exposiciones que irán configurando el futuro Museo de la Palabra, es “la primera actuación en el camino de convertir esta sede en el banco de las palabras”, agregó García Montero.

1914-2014 consta de tres ejes de trabajo: un libro de artista, un foro en Internet y un programa de tres talleres. El libro de artista, titulado 1914-2014: diccionario cementerio del español, reúne en dos tomos las 2.793 palabras, sin definiciones, que han sido descartadas del diccionario. Los dos gruesos volúmenes cerrados transmiten la idea de la gran cantidad de entradas eliminadas, sin que el visitante necesite abrirlos ni saber cuáles son esas palabras concretamente. Ha sido coeditado por el Musac y la editorial Entrascuas.

Además, se han dispuesto en la Caja de las Letras veinticuatro láminas con palabras en desuso, un escritorio y nueve ficheros. Cada lámina deja ver las letras iniciales y finales de numerosas palabras superpuestas, representa una letra del abecedario y contiene todos los vocablos que se han eliminado de esa letra. Hay tres huecos entre las imágenes, que corresponden a las tres letras que aún conservan todas sus palabras: la K, la Ñ y la W.

El escritorio y los nueve ficheros invitan al visitante a sugerir nuevas definiciones de las voces olvidadas, plasmar sus opiniones o escribir comentarios e impresiones en alguna de las dos mil fichas de papel disponibles. Propicia además la divulgación del foro de debate.

La idea para esta exposición surge con el auge de las “data visualisation” o visualizaciones de información.

Por su parte, el foro en línea [1914-2014] quiere recuperar las palabras desaparecidas y experimentar con ellas. Permite descubrir el significado de todas las voces, ordenadas alfabéticamente, desaparecidas del diccionario en esos cien años. Se invita a comentar si están realmente muertas, así como a valorar futuros usos que puedan sugerir estos signos sin significado.

Los visitantes de la exposición pueden participar in situ a través de un ordenador colocado en la antesala de Caja de las Letras, si bien todos los interesados pueden también acceder a través de un dispositivo móvil a este espacio online en que ha colaborado el artista y programador profesional Martín Nadal.

El proyecto se completa con un programa de tres talleres para públicos diversos. El primero, “Visibilización y reciclaje de palabras muertas”, se celebrará en julio con hasta treinta estudiantes de español. En septiembre tendrán lugar los otros dos talleres: uno denominado “La palabra… no está en el diccionario”, en el que una veintena de niños de cinco a doce años compartirán aprendizaje sobre la vida de las palabras; y otro que estará dedicado a la participación en familia.

La idea para esta exposición surge con el auge de las “data visualisation” o visualizaciones de información, en la mayor parte de las cuales encontramos datos que se están creando continuamente de forma activa. En oposición a ello, aquí se muestra información que se ha creado de forma pasiva, es decir, las voces de nuestro idioma que han sido retiradas del diccionario en un siglo, sobre las que se anima a reflexionar y dialogar.

Fuente: Instituto Cervantes
Letralia

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