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Un poeta caribeño lee el jardín de sus pares

sábado 29 de diciembre de 2018
“Isla escrita: antología de la poesía de Cuba, Puerto Rico y República Dominicana”, de Néstor E. Rodríguez (editor)
Disponible en Amazon

Isla escrita: antología de la poesía de Cuba, Puerto Rico y República Dominicana
Néstor E. Rodríguez (editor)
Poesía
Amargord Ediciones
Madrid, 2018
ISBN: 978-84-949125-4-2
394 páginas

Cualquiera que sea su línea de selección, una antología peca siempre de ser un proyecto arbitrario, parcializado y en ocasiones hasta medalaganario. Hay que reconocer ese aspecto, a veces positivo, a veces nefasto, en todo proyecto de esa naturaleza. Si hablamos de antologías de poesía, la inclinación de la balanza llega a ser más notoria por cuenta de omisiones y ripios.

Isla escrita: antología de la poesía de Cuba, Puerto Rico y República Dominicana (Madrid, Amargord, 2018) es un proyecto interesante, ya que se trata del ojo de un poeta caribeño, Néstor Rodríguez, leyendo el jardín de sus pares.

Uno de los rasgos que sorprenden de este libro es su cohesión. La pintura de Rafael Trelles, con su caminante solitario atravesando un paisaje de bosque y mar, encuentra buena sintonía con los poemas de los cuarenta y siete escritores del volumen.

El prólogo es breve en comparación con lo que se estila en este tipo de publicación. No es la típica introducción llena de datos y justificaciones. El compilador presenta una lectura especifica que consiste en encontrar en cuarenta años de poesía caribeña “el escenario de la crisis de los grandes modelos históricos de sociedad en el Caribe hispano: el Estado Libre Asociado en Puerto Rico (1952), la Revolución cubana (1959) y la democracia de la posguerra civil en República Dominicana (1965)”.

La selección incluye poemas de escritores bien establecidos en los círculos literarios de habla hispana como Reina María Rodríguez, Alexis Gómez Rosa, Antonio José Ponte, Frank Báez, Áurea María Sotomayor, Noel Luna, León Félix Batista, Legna Rodríguez y Sergio García Zamora.

Junto a esos nombres sobresalen otros menos conocidos fuera de sus países de origen pero igualmente importantes: Joserramón Melendes, Servando Echeandía, Rafael Acevedo, Emilio García Montiel, Jamila Medina. Hay otros nombres que incluso para los seguidores de la poesía caribeña sonarán completamente nuevos: Zaira Pacheco, J. P. Emmanuel, Luis Arturo Pérez, Yaissa Jiménez.

Con todos sus aciertos y tropezones, la selección sorprende por su unidad temática y la calidad de los poemas.

La selección presenta buena unidad, aunque no se pueden dejar de lado ausencias que llaman la atención. En primer lugar está el asunto de la poca representación de poetas nacidos en los cincuenta en la sección dedicada a Cuba. De esa generación sólo se incluyen poemas de Reina María Rodríguez. Quedaron fuera escritores importantes como Carlota Caulfield y Ángel Escobar.

También la sección puertorriqueña presenta omisiones de poetas de relevancia nacidos en los setenta como Urayoán Noel y Gallego. No obstante, hay que reconocer que esta sección contiene grandes sorpresas. Servando Echeandía, J. P. Emmanuel y Yara Liceaga son tres de ellas.

Por último, debo detenerme en la sección dominicana, que de las tres es la que exhibe mayores altibajos. Entre los aciertos de esta selección está la poesía de autores poco conocidos como Carlos Rodríguez, Alejandro González Luna y otros que tienen ya cierto nombre fuera de República Dominicana: José Mármol, Homero Pumarol, Ariadna Vásquez. En ese conjunto los poemas de Sussy Santana, Rebeca Castellanos y Natacha Sánchez resaltan como menos logrados.

Con todos sus aciertos y tropezones, la selección sorprende por su unidad temática y la calidad de los poemas, muchos de ellos material inédito. Isla escrita es una buena lectura para tomarle el pulso a la poesía caribeña.

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