El nervio poético
Alberto Hernández
Novela
Ganadora del XVII Concurso Anual Transgenérico 2017
Fundación para la Cultura Urbana
Caracas (Venezuela), 2018
ISBN: 9789807309295
166 páginas
Leer El nervio poético de Alberto Hernández fue como navegar. Es. Porque aún no desembarco. Navegar en un río en cuyas aguas fluye el aliento poético hasta un delta donde prosa y poema alcanzan el mar. Y uno desemboca con más sed y una certeza iluminadora: el dulce y salado remolino del encuentro con su narrativa.
Eugenio Montejo y José Barroeta transitan estas páginas de El nervio poético con pies descalzos, rozan la tierra del origen.
El nervio poético es un libro con muchas vidas habitándole. Podría llamarlos personajes, como en todas las historias que se cuentan, pero prefiero vidas: fundamentales pilares de la poesía venezolana. Muchas vidas que se hacen mundos íntimos en torno a dos.
De eso se trata El nervio poético. Un homenaje de Alberto Hernández, de un poeta amigo, a dos poetas: Eugenio Montejo y José “Pepe” Barroeta, que a la vez son amigos entre sí. Pero El nervio poético en su extensión va más allá, es una propuesta narrativa donde el impulso es la prosa y el pulso la poesía. Y en el pulso, eso generoso de la narrativa de Alberto Hernández, se ofrece con gran libertad al poema.
Eugenio Montejo y José Barroeta transitan estas páginas de El nervio poético con pies descalzos, rozan la tierra del origen: Valencia, Mérida, toman el paisaje y se desbordan, se atraen, se dicen, poetizan, hablan con fantasmas y recuerdan la vida hasta la cercana muerte. Es un libro de la tierra con un sistema nervioso central: el país poético en un lenguaje conversacional. Todos hablan y crispan lo humano en cada página y la hacen temblar. Alberto Hernández le surca una huella al tiempo y en el viaje nos redescubre un país convulso, años 60-70, que ve nacer los primeros grupos literarios donde hervían la poesía y las pasiones ideológicas: Tabla Redonda, El Techo de la Ballena…
Encuentros y desencuentros se suceden entre bohemia y política, garajes y exposiciones. Esa rebeldía que irrumpe en un todo con todos desembocando en la República del Este. Ciudadanos de un país, dolor y alucinante literatura.
Eugenio Montejo y José Barroeta, y sus amigos, no sólo recorren. Habitan, moran en las calles de Caracas embriagándolas de poesía. Coinciden todos, se cruzan vivos, muertos y sus fantasmas. Ahí están Orlando Araujo, Gerbasi, Rafael Cadenas, Ángel Eduardo Acevedo, el “Chino” Valera Mora, Eleazar León, Lira Sosa, Ludovico, Hanni Ossott, el temblor de Jacqueline Goldberg, “Los exiliados son muchos y los poetas pocos” de Efraín Hurtado, Alfredo Silva Estrada, Guillermo Sucre, ahora El Perecito con Teófilo Tortolero, Elizabeth Schön, “un fantasma hermoso”. Todos poetas infinitos venezolanos con la poesía metida en los huesos. Y El nervio poético los amanece, los anochece y ya nadie detiene ese tránsito. Irrumpe Ramos Sucre y mira al este, volando un pensamiento hacia su mar de origen.
En vilo nos mantiene Alberto Hernández en ese misterio que es hondura hasta el desasosiego. En El nervio poético también hay encuentros con poetas de otras latitudes: Pessoa y sus heterónimos con Montejo y sus heterónimos, Lautréamont, Rimbaud.
En este libro la maestría de Alberto Hernández todo nos cuenta y encaja, y deja al lector la posibilidad de decidir qué está leyendo.
Y en ese campo minado de poesía, Alberto lanza sus reflexiones y como saeta se pregunta, como en este fragmento que cito: “¿Cómo se escribe la historia de un poema sin derrotarlo? ¿Cómo se autopsia un poema sin abrirle el vientre?”.
Y deja la inquietud de las respuestas atravesando el pecho del que lee.
Ya, a esta altura, no hay manera de fugarse de este libro, entre ensayo, novela y reflexiones, y rompiendo esquemas, Alberto nos cuenta, cronológicamente, un país ya encendido por estas décadas. Y su poesía.
En este libro la maestría de Alberto Hernández todo nos cuenta y encaja, y deja al lector la posibilidad de decidir qué está leyendo: un ensayo, una novela, un cuento, una crónica. En todo caso, conduce a un cosmos: es Literatura. Una luz que nos muestra lo que está oculto, nos cuenta una profecía en la voz de sus poetas. Alberto nos convierte en testigos de sus conversaciones, testimonios y reflexiones. Y nos da una lupa para observar con detenimiento el paisaje que suda cada página, y otra lupa para encender el fuego de su hallazgo.
Este libro es un lugar, un espacio para regresar porque al releer siempre emerge algo nuevo. Todo se multiplica.
(Texto leído en el Ateneo de Calabozo, en la Casa Natal del poeta Francisco Lazo Martí, el sábado 15 de junio de 2019).
- El nervio poético, de Alberto Hernández: navegación
(Un viaje, mi testimonio lector) - martes 25 de junio de 2019