
El perico sabio
Juan Manuel Gómez Sandoval
Cuentos
Acento Editores
Guadalajara (México), 2022
ISBN: 978-607-8757-64-0
83 páginas
El escritor Juan Manuel Gómez Sandoval ha publicado cuatro libros de narrativa. El primero de ellos, Cuentos autlenses, inauguró la Colección Incurables del taller de literatura en Casa Museo López Portillo de Guadalajara. Incurables fue un grupo de nueve autores primerizos, cuya máxima virtud era ser lectores empedernidos, de ahí el nombre, que hizo feliz relación con el libro del poeta David Huerta, del mismo nombre. Los textos previos de Juan Manuel Gómez Sandoval habían aparecido en el suplemento El Tapatío de El Informador, gracias a los buenos oficios de un amigo del grupo de talleristas, el también escritor y editor Luis Sandoval Godoy; otro de los editores de la producción de Incurables fue Héctor del Muro, director del periódico El Charal, impreso en la ribera de Chapala. El tercero de los amigos de complicidades de tinta y papel fue Roberto Villa, quien tenía a su cargo el taller de cuento y novela en dicho museo. Es conveniente decir que a ese grupo de entusiastas escritores se sumó el responsable de la revista Orfeo, el médico poeta Julio César Aguilar.
Cuentos autlenses realizó desde enero de 1999 una gira por algunos espacios; en marzo de ese mismo año María Belén Sánchez lo presentó en el Centro Cultural El Refugio, destacando que en el libro de Juan Manuel Gómez “se encuentra la semilla de la nostalgia, ya que evoca la vida serena de las pequeñas ciudades del sur de Jalisco, con las cuales muchos lectores se identifican” (El Informador, 11 de marzo de 1999, p. 3D). En más de alguna de esas presentaciones hice notar que el corazón de Juan Manuel no salió nunca de Autlán, porque le gustaba narrar sus tiempos felices en su población natal, especialmente los de la niñez y la juventud, porque fueron los que le formaron el carácter y el entusiasmo por la vida (Quezada, 1999, p. 3), comentario que se unirá de modo natural a los libros siguientes del autor.
En 2005 el Gobierno de Jalisco le publicó Autlenses del siglo XX, una colección de biografías de personajes a las que Gómez Sandoval calificó como “cuentos biográficos”, narraciones de “voces que ya se fueron, pero que siguen presentes en quienes los recordamos” (21 de octubre de 2010), según la dedicatoria que tuvo a bien escribirme en la portadilla del volumen. En el preámbulo del libro Juan Manuel llama crónicas a las narraciones y se permite dar a conocer su poética personal respecto a la composición de un “cuento biográfico”: que fueran leídos de un tirón, tratar un solo asunto y colocar un final abierto, sorpresivo o inesperado (Gómez Sandoval, 2005, p. 7). Los personajes de los cuentos son variados en sus oficios y profesiones, pero todos destacados.
En el prólogo que Wolfgang Vogt realiza para Autlenses del siglo XX, se menciona que el mérito del libro “consiste en la descripción de la vida cotidiana en Autlán. La mayoría son personas humildes que influyeron de una u otra manera en la vida de la ciudad” (p. 10), característica que, como un hilo conductor, atraviesa toda la obra de Gómez Sandoval. Para probarlo hay que acercarse al tercero de sus libros, intitulado El cantor de las montañas, publicado por Literalia en 2010, volumen en que de nueva cuenta los protagonistas son pintorescos, definidos, de acuerdo con Patricia Medina, por los diálogos que “muestran la psicología de los personajes y el lenguaje individualizador” (Medina, 2010), como Don Celes, que da vida precisamente al músico que hace cantar el órgano eléctrico primigenio de la iglesia.
Los textos nacieron de la genuina idea de compartir con ellos las anécdotas de un Autlán perdido, de una infancia de aprendizajes que tal vez no podrían ser compartidos con los más jóvenes.
La llegada del cuarto libro, publicado por Acento Editores, El perico sabio, demoró algunos años. Juan Manuel Gómez tuvo la indecisión de publicarlo, porque la mayoría de sus relatos abonan a los tiempos felices de la niñez, ahora encarnada en la vida de sus descendientes, nueve nietos, ni más ni menos. Los textos nacieron de la genuina idea de compartir con ellos las anécdotas de un Autlán perdido, de una infancia de aprendizajes que tal vez no podrían ser compartidos con los más jóvenes, porque los tiempos cambian, y con ellos los paisajes y las costumbres.
El resultado es un volumen de diez cuentos cercanos a la fábula, esa composición que intenta mostrar los valores más auténticos del ser humano, como la bondad, el respeto por la naturaleza, la construcción de los sueños personales y la defensa de la autonomía y la libertad de tomar decisiones. Los cuentos de El perico sabio algo tienen de los apólogos, y no sólo porque los títulos llevan nombres de animales: “El perico sabio”, “El sapo cantor”, “El burro preso”, “Amor perruno”, y los que hablan de ratas, tejones y alacranes. Todos ellos han surgido de la mirada atenta del modo de comportarse de los humanos. Por la forma de actuar de los protagonistas entendemos el modo de pensar de los personajes y las actitudes que toman frente a la vida y sus problemas.
El discurso utilizado por Juan Manuel Gómez es apropiado para los niños inquietos que desean conocer el mundo y se aventuran a subir a la copa más alta para mirar desde allí los confines de la creación. Es obvio que cuando lo hacen descubren la pequeñez de su universo y dimensionan los problemas por los que transitan. Quizá por ello Gómez Sandoval decidió mostrar desde el género del cuento la sabiduría alcanzada con los años y la suma de peripecias. Revisemos algunos de los relatos para dar cuenta de sus estructuras narrativas y sus temáticas centrales.
Quizá ustedes se pregunten por qué el libro lleva por título El perico sabio… Yo creo que esa respuesta la tendrán que encontrar al leer esta colección de diez narraciones jaliscienses.
Desde mi gusto lector destaco tres narraciones: “Picolino”, cuento con todas las características que el género exige, en torno a un gallo de pelea; “El burro preso”, relato sentimental que se enmarca en la prosa poética, y “Vacaciones inolvidables”, una historia con tintes novelescos. Sin dar a conocer los finales, porque eso le toca al amable lector, abordo en principio “Picolino”, cuyo desenlace inesperado lo hace memorable. El argumento habla de un gallo de pelea cuyo joven dueño ha prometido a su madre retirarse de los torneos a pesar de que el éxito del gallo es imparable. Cuando la señora observa que el acuerdo entre ambos no se cumple, toma una decisión salomónica.
“El burro preso” es una narración simpática y divertida. Un borrico es amigo de los niños del barrio, juntos pasan horas maravillosas hasta que el jumento se pierde. Sobrevienen entonces varios hechos chuscos, como el que el animal es llevado a la cárcel. Los sentimientos de los pequeños ante tal hecho son graciosos y mueven a risa más de una vez. Algo hay de Platero y yo en ese relato campirano, matizado con muchas imágenes poéticas.
El texto “Vacaciones inolvidables” bien pudo ser una novela corta, bastaba añadir más vivencias, como cuando salimos de viaje y todo nos parece asombroso y entrañable. Así ocurre con el niño que sale a conocer el rancho, para aprender de la caza, del pastoreo y otras actividades campiranas. Quizá ustedes se pregunten por qué el libro lleva por título El perico sabio… Yo creo que esa respuesta la tendrán que encontrar al leer esta colección de diez narraciones jaliscienses, ilustradas por el arquitecto Alfredo Gutiérrez. Enhorabuena a Juan Manuel Gómez Sandoval.
Bibliografía del autor
- Gómez Sandoval, Juan Manuel (1999). Cuentos autlenses. Casa Museo López Portillo. 57 páginas.
— (2005). Autlenses del siglo XX. Gobierno del Estado de Jalisco. 116 páginas.
— (2010). El cantor de las montañas. Literalia Editores. 95 páginas.
— (2022). El perico sabio. Acento Editores. 83 páginas.
(Texto leído en el Museo y Centro Regional de las Artes de Autlán, el 20 de mayo de 2023).
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