Saludos a los malditos que me llamaron indiferente
Ahora soy marrón
me mimetizo con la tierra y el madero seco
No llueve acá desde hace siglos
Perdí la espalda además
estuve ocupada en reverencias porque necesito el agua.
¿Podría ser yo un fantasma que arrodillado hace rituales domésticos a
Dios?
No quiero hablar más contigo
aun cuando me he quedado sola a veces
con esta conciencia de la cercana demencia
o la memoria heredada de este diálogo
Inútil
dime
que vendrá la purificación.
Yo me detendría antes de partirme.
Yo que del coxis a la cervical te sirvo
escupo y friego los pisos por los que nos arrastras y aunque
muero de sed
duermo y sueño otra vez que todo fue fácil
o tengo la suave memoria del tiempo mejor
para despertar gritando que no estoy segura.
¿Tendrás piedad de mí?
¿No es acaso demasiado tarde?
Dime sólo cuál es mi culpa.
Hoy los escuché otra vez decir matemos
pero —No puedo matar a nadie.
Cuando quiero escupir, escupo al piso
y los malditos se rieron de mí.
Me nombraré
Me nombraré
nube tonta inútil aviso gris
la que no termina de llover
Amenaza móvil que en el imperceptible deslizar
de la premura en el tiempo
quién sabe adónde va a parar.
La que se guarda
se adelgaza
disuelta
Llena por dentro pero
hambrienta hacia afuera
Silbido prolongado hasta el extremo de la asfixia
arrullada por su propio sonido
resignada al desgaste
convencida feliz de que no es el aire nada suyo
y debe ser devuelto
Todo hacia afuera.
Desmemoria concentrada
en mantener la nota
con un instinto doméstico de la musicalidad
Hoy renuncié.
Quisieron llevarme a fingir la lluvia
y no quise.
Tangerine
No guardo cuidado. Ya sé
Nada dura.
Me antojo
Introduzco el dedo al centro y despliego sin delicadeza.
El cuerpo
naturalmente se disecciona.
Nada nos marca.
Todo tiene dibujado obvias líneas de fragilidad.
Arranco la piel sin orden. Tomo una fracción
mastico y trago.
No guardo cuidado. Ya sé
que nadie me mira.
Escupo las semillas sin ensuciarme las manos. Dejo el desperdicio en un vaso
para que otro se ocupe de limpiar por mí.
Olvido rápido.
Me llevo los dedos a los ojos
y la acidez me irrita la vista.
- Poemas de Maily Sequera - viernes 13 de octubre de 2017