Desesperanza
Deseo cantar a la esperanza.
Mi guitarra sólo tiene
seis cuerdas.
Sol negro
Con la vida al sol negro
…………piedras ángulos
las cosas sin sí mismas
y en andar una busca
…………de feos
seres, extrañas eses
golpeé mis rodillas
con la acera.
Grité duro al eco.
No me escuchaba.
Una iguana vi
rápido
subir árboles
verde, bella, huidiza.
Preferí seguirla
…………búsqueda
y andando pensé: “Qué
fácil nos es amar
lo bello,
estúpidos crueles.
Se la habrían devorado
antes que el hambre a ustedes.
Yo me alimento sólo
de mi falta.
Y creo que más esfuerzo
más cultivo sensitivo
nos pide amar lo feo
que amar lo bello, que es más fácil”.
Permutatio
“Siglos rotos, fragmentos.
—Cantar— y se van como si muertos (…)
a perseguir quién sabe —…
En el lodo mis pies fríos
reúno como indio sentado
pues, ¿del perdón viven hombres?
Todo aquí se me deshace
como aire en manos sin más tiempo.
¿Cantar? ¿Escribir? Si
“Me levanto con esfuerzo, padre.
Rompo en tu jardín mi llanto
como un martillo a una flor. Cierro
en mi puño el ser ido,
parto ruin sin Dios. ¿A qué calle
de la desdicha que nunca acaba
iré falto a tu perdón?
¿Qué oscuridad esconde
mi nómada andanza de mí?”.
En algún lodo en otra llanura
hallo rotos los fragmentos
que hoy reúno,
cuanto transcribo en vaga tinta.
Epitafio
Aquí yacen los restos
vivos de Dios, padre.
Lloran siempre los hijos
su condena: ser hijos.
Aquí yace Dios
y con él, toda esperanza.
Inéditos
- Cuatro poemas de Juan Lebrún - viernes 20 de diciembre de 2019