Incrédula
pende sobre mi lengua
el metal filoso
yo, el inquebrantable Damocles
domando la cacofonía de la duda,
el tintineo de la sílaba sugerida en el sonido punzante,
líquido.
mientras se tersa el impulso del fonema desbandado
como la cámara fotográfica de Blow up
contra el sujeto
y éste sin entender nada,
errático ante el disparo de la muerte.
Debajo de mi vestido ardían campos con flores alegres
Pensando en Alejandra Pizarnik
Alejandra sentencia.
Lo hace cubierta de flores, sí
junto a la tierra y el suicidio
hermoso y triste como la palabra
Debajo de mi vestido, Alejandra,
no arden campos
ni flores
nunca nació la tierra
no pude nombrarla
sólo los conquistadores
como los poetas
nombran tierra y flor donde ya olíamos el polvo y
los alérgicos estornudaban
el suicidio
en cambio
es prepoético
enfermedad autoinmune
sus señas existían en tu piel
ardían en campos de flores epidérmicos
en superficies polvorientas
debajo de mi vestido
el suicidio murió triste
Lumbre
Sin la intensa lumbre del piélago creí salvarme.
Las pestañas
………………..aligeradas en las sombras
trémulas
se adaptaron al mundo subterráneo.
Al salir de la oquedad
…………aguardaba la ironía justa:
………………………….un país deletreado en exiguas letras
……………..que tornaban sus ojos a los lados del camino.
En ambos lindes
los muertos dormían librados del lastre de los muros
………….sus predios abrazados al orden de los vivos.
País de indiscretas soledades
que descuajan los trazos de la Idea
(aún confusa)
de un peregrinaje.
Estado de gracia
llega al fondo
el poeta en estado de gracia
pero corpóreo
con surcos de aire que algunos nombran vacío
no hay método
sino intersticios entre sombras
espacios de sensibles mutaciones
invisibles a los lobos y leones de la isla pétrea
e impulsos que renuncian a la memoria
esa proeza de caminar bajo las ruinas
Sin historia
Evitas lo personal
el recuerdo
—cuestiona él—
siempre hay un sitio de partida
el país
la familia
si la fuga es subterránea
—digo—
¿por qué recordar el mundo alucinante,
la tierra penitente bajo el cielo?
en mis manos viaja la familia
la escribo en el silencio
junto a peces que duermen en las rocas
la familia es la imagen-tiempo
duración exenta de falacias
soy sobreviviente
y mi memoria no sirve al testimonio
sólo una impresión en blanco y negro
sobre un bus donde unos ojos tristes
rasgan impertinentes apariencias
por qué criticar el no-recuerdo
si al final de la fuga
el verso
clarividente
retorna hacia sí mismo
- Cinco poemas de Marelys Valencia - miércoles 3 de junio de 2020