1
Soy sangre que se diluye
en un torrente desbocado,
en una multitud que camina
sin horizonte fijo.
Soy espíritu del pasado
que aún galopa
por el campo abierto,
estando en muchos
siendo parte de tantos;
viento y nube,
sol y lluvia,
como tanta gente
como mis antepasados.
2
Cuántas veces
desde el atalaya de las creencias
contemplamos el mundo
y a sus habitantes,
todo lo que nos rodea y nos inunda.
Cuántas veces
dejamos caer el desdén
en forma de opinión,
crítica que desgarra,
que lastima y quebranta.
Cuántas otras
nos sentimos en el Olimpo
de las actitudes nefastas
sin reparar siquiera
en que sólo eso son,
posturas vanas.
Adoptemos la inocencia,
esa que perdona y sana,
esa que purifica el corazón
llenándonos de vida cada mañana.
3
Los pasos siguen
ocultos planes
que aún no han revelado
—amnésicos—
los designios esperados.
Siguen a la caravana,
pesada, lenta,
de otros pasos pasados,
antiguos,
ya exorcizados y sanados.
- Tres poemas de Rubén Pérez - miércoles 20 de abril de 2022