Servicio de promoción de autores de Letralia Saltar al contenido

El palpitar de los Díaz, de Melissa Díaz Campos
(selección)

martes 25 de julio de 2023
¡Comparte esto en tus redes sociales!
“El palpitar de los Díaz”, de Melissa Díaz Campos
El palpitar de los Díaz, de Melissa Díaz Campos (Scriba NYC, 2023). Disponible en Amazon

El palpitar de los Díaz
Melissa Díaz Campos
Poesía
Ediciones Scriba NYC
San Juan (Puerto Rico), 2023
ISBN: 979-8-9854713-4-2
184 páginas

Los geranios de mi madre

Su perfume rodeaba la casa
como una cinta invisible,
eran los geranios de mi madre
que entonaban himnos
con sus pistilos bien nutridos,
eclosionaban por las tardes
por los cuidados de mi madre
y en las mañanas sus tallos
recibían besos del rocío.
Su perfume parecía raro,
diferente a las otras plantas
que mi madre sembraba,
era denso y se impregnaba
hasta en las ollas de la cocina
despojando así el olor
de los ajos y las cebollas.
Todavía tengo ese olor
guardado en el jardín memoria.
Y mi madre no ha perdido
la costumbre de encariñarse
con la vegetación admirada
que sus manos tanto cuidan.

 

En el exilio

Sin pan, con frío y sueños.
Así llegamos a esa patria
que nos sostuvo por años.
Si nos esforzábamos,
nos bendecía,
nos acariciaba,
nos sonreía.
Si nos rebelábamos,
era una tortura
la saeta del tiempo.
Indocumentados fuimos
y la vida se enroscó
en el pavimento espinado
sangraba el alma sin voz
moría la calma desnuda
y allí nos arropamos,
cansados de tanta súplica,
con la esperanza.
Al final los pasaportes
no saben de idiosincrasias,
pero el forastero
sabe de dónde viene
aunque no sospecha
cómo una tierra ajena
lo moldeará.

 

Dejar caer

Deja caer la costra de tus rencores.
Que el olor fétido se marche
con sus prejuicios.

Que la carne muerta del egoísmo
se te desprenda con sus larvas
remójate con el perdón.

Porque la panacea más milagrosa,
cuando el rencor se va, llega,
nueva piel crece, cicatriz en fuga.

Que sean de lecciones tus tropiezos
deja caer el manto de tus bribas
y cobíjate en el actuar benigno.

 

La paciencia

Desbordada como el río Amazonas
he llegado a esta orilla de la noche
debatiendo con este frío apoderado
de la ciudad y de sus habitantes.
En un momento sentí
que estuve a punto de congelarme
con las respuestas vomitadas allí
en esa estación, en esa orilla oscura.
La vida a veces saca de sus entrañas
los peores desperdicios y los arroja
por todas tus avenidas y tus relojes.
¿Por qué a mí? sostengo el debate
“porque es tu turno”
responde la vida sin palabra,
vestida de acciones que hablan
sin escaparse un solo fonema.
Y miro con atención que aquí
a todos nos toca alguna vez
ese turno, ese vómito, esos desechos.
La fetidez del fracaso no es eterna
si lo decides, con resistencia y lucha.

Desbordada como el río Amazonas
mi rostro en llanto
ganó el debate y me sequé las lágrimas.
La paciencia fue mi mejor arma.

El río volvió a su cauce
sonriéndome en la orilla.

 

Encendida

En mis cenizas
tengo un rayo de fuego
que no se apaga.

Nube sin agua
en el desierto rudo
me visualizan.

Crudo el desprecio
cuando la gente piensa
que no eres nada.

Estoy tejida
con las fibras más tercas
de la insistencia.

Nadie lo nota
porque el fuego prendido
lo llevo dentro.

Doy mis palabras
desde el volcán más hondo
de mis batallas.

Iridiscentes
son los caminos duros
que yo recorro.

Dios y su amparo
protegiéndome a diario
de la insolencia.

Alma encendida
por la fuerza más firme
del universo.

 

Con el amor

Adentro noche tibia, afuera nieve
en tus ojos cielo, el júbilo se atreve
a danzar con los míos en este frío
que se torna volcán al hacerte mío.

Adentro mar abierto, afuera desiertos
se engendran los versos con tu aliento.
Susurran tus manos himnos en mi piel
que en mis poros se reservan cual miel.

Adentro libertad, afuera las prisiones
y en la casa de tu cuerpo mis razones
para amarlo, sano, herido o envejecido
para amar tu alma por quien has sido.

Adentro tu presencia, afuera carencias
contigo se superan las peores dolencias,
contigo la noche es tibia en mar abierto
y la libertad nuestra bandera en puerto.

 

Cadáveres con raíz viva

Árboles cadáveres con raíz viva
el invierno devoró todo lo de arriba
tus huesos pacientes sonrisa esperan
en el rostro jubiloso de la primavera.

Árboles cadáveres podemos ser
los hombres caídos entre las batallas
pero si hay pensamiento de vencer
brotarán sin duda todas las agallas.

Árboles cadáveres, desnudos y fríos
cubiertos de nieve, de viento y de furia
están hibernando y todo ese hastío
te harán más frondoso al tocar la lluvia.

Árboles cadáveres, jamás lo seremos
cuando un motivo se acerque a la vida
porque la primavera está escondida
en el tiempo perfecto para su salida.

 

Latido XIII
La tumba del pasado

El pasado es una tumba donde muchos vivos adoran pernoctar porque les aterra la franqueza del presente y la incertidumbre del futuro. A veces se visitan esas tumbas, pero no se pernocta; no es un lugar para los sueños, solo un espacio simbólico de quien ya fue. Cuando te aterre el ahora, da un paseo por los hospitales, también por los rincones oscuros repletos de indigentes. Pregúntate ¿qué te hace falta?, ¿cuál es tu carencia? o ¿qué te incomoda? Trabaja para que cada instante sea un festejo porque la vida lo vale. No hace falta un baile o una copa de vino, se puede festejar con una sonrisa o un sincero agradecimiento.

Melissa Díaz Campos
Últimas entradas de Melissa Díaz Campos (ver todo)

¡Comparte esto en tus redes sociales!
correcciondetextos.org: el mejor servicio de corrección de textos y corrección de estilo al mejor precio