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Félix de Azúa ingresó a la Real Academia Española

lunes 14 de marzo de 2016
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Félix de Azúa y Mario Vargas Llosa
El discurso de Félix de Azúa (de pie, izquierda), quien ocupa la vacante dejada por Martín de Riquer, fue respondido por el Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa.

El escritor y doctor en Filosofía Félix de Azúa (Barcelona, España, 1944) tomó posesión de su plaza (silla “H”) en la Real Academia Española (RAE) este domingo 13 de marzo con un discurso titulado “Un neologismo y la Hache”. En nombre de la corporación Mario Vargas Llosa le dio la bienvenida. El acto fue presidido por el ministro de Educación, Cultura y Deporte de España, Íñigo Méndez de Vigo.

De Azúa fue elegido académico de número el 18 de junio de 2015 para ocupar la vacante dejada por el filólogo Martín de Riquer, fallecido en 2013, “uno de los más destacados medievalistas que ha dado Europa”, como lo definió el nuevo académico. Este precisamente aprovechó la ocasión de su ingreso para “contarles, en forma de cuento, lo que le debo a Martín de Riquer”.

Félix de Azúa recordó que hace cuarenta años Martín de Riquer, “sin él saberlo, comenzó a traerme hacia este sillón que hoy ocupo, su sillón”.

Una parte del trabajo académico, señaló De Azúa en su discurso, “consiste en recoger y clasificar las nuevas especies (palabras) que se producen de modo espontáneo (…). Pero otra parte no menos importante es la de proponer palabras que se hacen necesarias para cubrir un vacío de significado que ha quedado al descubierto”. Como ejemplo habló de serendipia (“hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual”), debatida por el Pleno en 2012. “La traigo a cuento porque hay una relación serendípica entre Martín de Riquer y quien ahora va a ocupar con gran humildad su sillón”, dijo De Azúa.

A continuación recordó cómo conoció a Riquer, en 1970, cuando este dio una conferencia en Barcelona, “Armas y armaduras de los caballeros catalanes en la Edad Media”. Durante los años siguientes, todo “el archipiélago de términos muertos, de palabras calladas fue lo que me sedujo de Riquer. De inmediato comencé a pensar en una novela que las recuperara. ¿Era posible devolver a la vida esa colección terminológica de estampas léxicas medievales y renacentistas sin que pareciera una resurrección de cartón piedra?”.

El “deslumbramiento” del Tirant lo Blanc de Joanot Martorell fue lo que convenció a De Azúa “de que tenía que escribir una novela de aventuras caballerescas”. Antes de esto, no obstante, habló de otra serendipia, “la que reunió al editor Carlos Barral y Mario Vargas Llosa cuando buscaban un Joanot Martorell y se encontraron un Riquer”. El nuevo académico se refirió entonces a la edición del Tirant que apareció en 1969, fruto de la amistad entre Barral y Vargas Llosa y que prologó Riquer. La anterior, de 1947, había estado al cuidado precisamente de Riquer.

El proyecto antes mencionado de escribir una novela quedó aplazado, prosiguió De Azúa, “hasta que encontré, no sé si por serendipia o por chiripa, el texto adecuado “para desenterrar el tesoro de Riquer y tratar de darle una vida impostada”. Ese texto era el de un caballero francés de la Champaña, Jean de Joinville, nacido en 1225, y me iba a permitir la ambiciosa tarea de dar vida a decenas de palabras dormidas, fenecidas u olvidadas”.

Mario Vargas Llosa destacó de Félix de Azúa “el interés y la expectativa que sus escritos suscitan desde hace muchos años en el medio intelectual de España”.

Así, “me puse a escribir mi primera novela aceptable. Se editó en 1982 con el título de Mansura y uno de mis valedores en esta academia, Javier Marías, la acaba de reeditar por pura serendipia en su caballeresca editorial del Reino de Redonda”.

Antes de finalizar su discurso, Félix de Azúa recordó que hace cuarenta años Martín de Riquer, “sin él saberlo, comenzó a traerme hacia este sillón que hoy ocupo, su sillón”.

La bienvenida a la RAE se la dio el Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa. El escritor peruano destacó del nuevo miembro de la corporación “el interés y la expectativa que sus escritos suscitan desde hace muchos años en el medio intelectual de España (…), convirtiéndose en una referencia inevitable”. A su “influencia indiscutible” en materias cívicas y culturales se refirió Vargas Llosa durante su intervención.

Destacó, como rasgos principales de él, un “radicalismo —ir hasta la raíz de las cosas— connatural, que nunca trata de esquivar el bulto a los grandes temas de actualidad, por riesgosos que sean”. Y, según Vargas Llosa, uno de los más seductores es “esa visión integrada de las artes y las letras que es la suya (…). Leer a Félix de Azúa es estimulante e instructivo, pues nos recuerda que la cultura es una sola, aunque se manifieste en muchos campos y géneros, y que la literatura, si no es comunicación, no existe”.

Por último, Mario Vargas Llosa agregó que Félix de Azúa, sobre todo, “tiene ideas, pensamientos vivos que son infracciones al lugar común, sacudones a la cultura adocenada, exhortaciones al desorden intelectual contra un orden sometido al conformismo y a la cobardía que significa aceptar las modas por las modas”.

La RAE cuenta con un total de cuarenta y seis sillas académicas. Actualmente, están vacantes las correspondientes a las letras “M” y “K”, cuyos últimos titulares fueron Carlos Bousoño, fallecido el 24 de octubre de 2015, y Ana María Matute, fallecida el 25 de junio de 2014, respectivamente.

Clara Janés y Paz Battaner, quienes fueron elegidas académicas de número en mayo y diciembre de 2015, respectivamente, leerán su discurso de ingreso próximamente.

Fuente: RAE
Letralia

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