
El historietista y dibujante Francisco Ibáñez, creador del cómic Mortadelo y Filemón, considerado una figura clave en la historia del cómic y uno de los autores más destacados en este género en la historia de España, dejó de existir el sábado 15 de julio a los 87 años en Barcelona, su ciudad natal, según anunció la editorial Penguin a través de sus redes sociales.
De madre andaluza y padre alicantino, había nacido en un barrio obrero el 15 de marzo de 1936. Desde muy niño demostró una especial habilidad para el dibujo. En plena posguerra no había en su casa ni papel en blanco. A la edad de cuatro o cinco años dibujó un ratoncito en la esquina de un periódico, dibujo que guardaría su padre en su cartera hasta su muerte.
Impulsado por su afición al cine cómico y su temprano interés por los tebeos, Ibáñez siguió dibujando y ya a los once años publicó su primer dibujo original en la revista Chicos. En una época en la que su oficio no se había profesionalizado por completo, colaboró en diversas publicaciones, como Nicolás, Chicolino y La Hora del Recreo, al tiempo que trabajaba como botones en el Banco Español de Crédito.
Hacia finales de los años 50, Ibáñez empezó a obtener lo suficiente como para dedicarse plenamente a su verdadera pasión. Tras una breve etapa en la revista infantil Paseo Infantil, donde creó la serie Pepe Roña, finalmente ingresó en la editorial Bruguera, donde alcanzaría sus mayores logros.
El 20 de enero de 1958 publicó la que sería la primera historieta de Mortadelo y Filemón, la serie con la que pasaría a la historia. Los dos alocados agentes de la ficticia TIA se convirtieron en un éxito popular y duradero. Por más de sesenta años, la dupla de personajes siguen gozando de gran popularidad, manteniendo vivo el legado de Ibáñez a través de otros formatos, como videojuegos y adaptaciones cinematográficas de Javier Fesser tanto en animación como en acción real.
Mortadelo y Filemón ha sido traducido al neerlandés, portugués, euskera, catalán, polaco, turco, esloveno, inglés y sueco, entre otros idiomas. Paralelamente a su creación principal, Ibáñez trabajó en otras series a las que imprimió su particular estilo y su muy español humor: La familia Trapisonda, 13: Rue del Percebe, Rompetechos o Pepe Gotera y Otilio fueron creaciones que se difundieron en la revista Pulgarcito y otros medios.
Cuando en 1985 decidió abandonar Bruguera, tuvo que dejar a sus personajes en manos de otros historietistas, pues la editorial se atribuía los derechos de sus series. Sin embargo, dos años después se promulgó la Ley 22/1987 de Propiedad Intelectual, y el reconocido dibujante pudo recuperar sus preciadas creaciones y seguir desarrollando sus historias desde otra editorial heredera de Bruguera, Ediciones B.
Con el tiempo, Ibáñez comenzó a ayudar en el desarrollo de sus historias más allá de las páginas del cómic, y así nació en 1994 una serie en torno a Mortadelo y Filemón que se emitió por tres temporadas en el canal Antena 3. Ese mismo año obtendría el Gran Premio del Salón Internacional del Cómic en reconocimiento a su obra. Además en 2002 recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, y en 2021, la Creu de Sant Jordi de la Generalitat.
Activo hasta sus últimos años, se encerraba a dibujar durante quince horas diarias en una habitación de su humilde piso barcelonés, con jornadas que sólo interrumpía para comer. En varias ocasiones fue postulado a los premios Princesa de Asturias.
Fuentes: El Mundo • Europa Press • Infobae
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