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Núria Añó salta barreras idiomáticas con La escritora muerta

jueves 9 de abril de 2020
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“La escritora muerta”, de Núria Añó
La escritora muerta, de Núria Añó (2018). Disponible en Amazon

La escritora muerta
Núria Añó
Novela
2018
ISBN: 9781981078950
143 páginas

Núria Añó construye su novela alrededor de un puñado de personajes que se interrelacionan a través de varios conflictos, pero también a través de un tema central que no es otro que la reflexión obsesiva, constante, acerca del proceso de escritura.

¿Qué decisiones toma un escritor cuando conduce a sus personajes por uno u otro camino y, de esa manera, los expone a determinadas situaciones? ¿Es el proceso de escritura el resultado de un arduo trabajo que implica toda una experiencia técnica o puede atribuírsele a la recurrida figura de la inspiración?

Estas son las preguntas que parece haberse hecho la española Núria Añó (Lleida, Cataluña, 1973) al momento de darle forma a su novela La escritora muerta, una obra que demuestra no sólo su buen hacer como autora sino además, como veremos, su manejo de la herramienta esencial de todo novelista, el lenguaje.

Una de las más arriesgadas apuestas creacionales de Añó, La escritora muerta echa mano de un lenguaje preciso que se expresa a través de frases en su mayoría breves, como si cada idea pudiera ser contenida en un puñado de palabras. Para muestra un pequeño fragmento:

Anna mira la pantalla con un tecleo constante. Un puñado de folios se amontona en una punta de mesa. Folios que tienen que ver con esta obra que tiene en mente y que va escupiendo palabra por palabra. Anna teclea con tanta monotonía que es difícil hablar de ella con sólo observarla, y ese sonido repetitivo que causa modorra.

Este estilo le permite a la autora saltar de uno a otro de los muchos temas que abarca la obra —la creación literaria, el bullying, la anorexia o la desigualdad laboral, entre otros— ofreciendo al lector un retrato siempre inacabado de lo que está ocurriendo, un procedimiento que recuerda a la mítica Sherezade y su ingeniosa vía para evitar la muerte: contar sólo lo necesario para despertar interés e interrumpir la historia en el momento justo para que ese interés se transforme en algo parecido a la ansiedad.

Así, rápidamente se comprende que para entender las subtramas que componen la obra debe continuarse la lectura, internándose en esta novela que es al mismo tiempo un lúcido artefacto literario que de seguro satisfará el variopinto gusto del lector contemporáneo.

 

La escritura viva

Es natural que una autora que ha desarrollado su carrera profesional en campos tan exigentes como la filología, el estudio de las lenguas y la traducción literaria aborde el género novelístico con una técnica depurada que habla de un conocimiento profundo de la tarea que se ha propuesto.

Núria Añó construye su novela alrededor de un puñado de personajes que se interrelacionan a través de varios conflictos, pero también a través de un tema central que no es otro que la reflexión obsesiva, constante, acerca del proceso de escritura y la dificultad que encierra el acto creador que nos convierte en pequeños dioses pero, por lo mismo, nos hace un poco esclavos de la necesidad de crear.

Está Anna, claro, la protagonista, una escritora de éxito pero que se encuentra en medio de una encrucijada vital y autoral que le impide escribir con la fluidez de otros tiempos. Su responsabilidad para un editor que la presiona —sin acabar de entender que ella “ha dejado de ser la gallina de los huevos de oro”— y los problemas de Berta, su hija de veintiún años, se convierten a la vez en motores y obstáculos de su arte.

Cómo es posible que su editor le pida esta obra para finales de año. Si Anna no puede hacer más de lo que hace. ¿O sí? ¿Podría exprimir aún más el cerebro que el zumo de esas naranjas?

Están, también, Hans, el novio de la hija, y Clara, la hermana de Hans; está Emil, el padre de Berta, un hombre distante en el tiempo y la geografía; cada uno con sus propios problemas que contribuyen a incrementar una permanente sensación de ansiedad a medida que se avanza en la lectura. Pero está, además, un personaje misterioso que en más de una forma acompaña a Anna en la escritura, y del que no daremos detalles pues es preferible que el lector lo conozca abriendo las páginas de La escritora muerta.

 

Una novela entre dos idiomas

Núria Añó, cuya información biográfica completa puede leerse en su web www.nuriaanyo.com, publicó primero su novela en catalán con el título L’escriptora morta, en 2008, bajo el sello Omicron, con el que ya había publicado en 2006 Els nens de l’Elisa (Los niños de Elisa), obra con la que quedó como tercera finalista en el XXIV Premio de las Letras Catalanas Ramon Llull.

Con el mismo sello publicaría en 2009 Núvols baixos (Nubes bajas). Tres años después llegaría, de la mano de Abadia, otra novela: La mirada del fill (La mirada del hijo). Su título más reciente es El salón de los artistas exiliados en California, una biografía de la actriz y guionista judía Salka Viertel.

En 2017, el Centro Internacional de Escritores y Traductores de Rodas (IWTCR), en Grecia, la honró con una beca de residencia durante la cual se sumergió en el difícil trabajo de traducir al castellano L’escriptora morta, una novela, de esta manera, que navega con toda comodidad entre dos idiomas.

Además de escribir y traducir, la actividad profesional de la autora la ha llevado a múltiples coloquios internacionales en los que ha disertado sobre la creación literaria, el cine o el exilio, entre otros temas. Así, ha expuesto ante los públicos más variados sus estudios sobre escritores como Elfriede Jelinek, Patricia Highsmith, Karen Blixen, Salka Viertel, Alexandre Dumas (hijo) o Franz Werfel.

Colaboradora de Letralia desde 2016, Añó ha ganado el XVIII Premio Joan Fuster de Narrativa Ciutat d’Almenara y el IV Premio Internacional de Escritura 2018 Shanghai Get-Together. Además de la mencionada beca griega, ha obtenido a lo largo de su carrera la Nuoren Voiman Liitto (Finlandia, 2016) y las del Shanghai Writing Program (China, 2016), el Baltic Centre (Suecia, 2017), Krakow Unesco City of Literature (Polonia, 2018) y el IWTH (Letonia, 2019). Sus novelas, relatos y ensayos han sido traducidos al español, francés, inglés, italiano, alemán, polaco, chino, letón, portugués y neerlandés.

Pero ¿quién es la escritora muerta? Es Anna, por supuesto, la novelista que protagoniza la obra y que es una suerte de trasunto de Núria Añó. Pero ¿está muerta? La respuesta a esta, y a todas las interrogantes que encierra la trama, se resolverán con la lectura de esta gran novela que no dudamos en recomendar aquí en la Tierra de Letras.

Letralia

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