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Montejo bilingüe.
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Entre el 19 y el 24 de este mes se realizó en Caracas la XI Semana Internacional de la
Poesía de Caracas, que este año estuvo dedicada al poeta venezolano Eugenio Montejo.
Las actividades se iniciaron el lunes 19 con una conferencia de Antonio López Ortega sobre el autor
homenajeado, una intervención del poeta Rafael Cadenas y las propias palabras de Montejo, en un acto
celebrado en el Centro Cultural Corp Group de La Castellana. Ese mismo día se presentó el libro The
trees: selected poems 1967-2003,
de Montejo, una antología poética traducida por el australiano Peter Boyle —a cargo de quien estuvo la
presentación— y publicada en forma de edición bilingüe inglés–español.
La XI Semana Internacional de la Poesía contó con la participación de 18 poetas extranjeros
procedentes de Australia, Italia, España, México, Colombia, Chile, Francia, Cuba, Perú, Uruguay, Austria,
Suecia, Marruecos y Eslovenia, además de la intervención de 61 poetas, críticos y escritores venezolanos
de todas las regiones del país.
María Auxiliadora Álvarez, Israel Centeno, Luis Alberto Crespo, Róger Herrera, Yolanda Pantin, Esdras
Parra, Aly Pérez, Francisco Pérez Perdomo, Simón Petit, Ernesto Román, María Clara Salas y Alicia
Torres fueron algunos de los autores venezolanos que participaron.
El evento fue patrocinado por el Conac y el
Ministerio de Cultura, la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, la Fundación Corp Group Centro
Cultural, la Fundación Cultural Chacao, Monte Ávila Editores, la Embajada de España y el Instituto de
Cooperación Latinoamericana, el Istituto Italiano di Cultura, la Embajada de Colombia, la Galería de Arte
Nacional, la Cinemateca Nacional, la Fundación Biblioteca Ayacucho, la Universidad
Católica Andrés Bello (Ucab) y Amazonas Mujeres de Venezuela.
Nacido en Venezuela en 1938, Eugenio Montejo reivindica para la poesía latinoamericana la abolición de
las fronteras políticas. La poesía de Montejo se ha caracterizado por el espesor y la rica gama textual,
aun por la recreación naturalista y mítica, además de la pasión constructiva y el casi perfecto control
del desarrollo del poema, que excluye lo divagatorio y deshilvanado.
Ha publicado, entre otros, Élegos
(1967), Muerte y memoria
(1972), Algunas palabras
(1977), Terredad
(1978), Trópico absoluto
(1982) y Alfabeto del mundo
(1986). Es autor también de dos colecciones de ensayos, La ventana oblicua
(1974) y El taller blanco
(1983), así como de un volumen de escritura heteronímica, El cuaderno de Blas Coll
(1981).