Un estudio de las academias de la lengua española reveló el pasado 23 de julio que la
aparente omnipresencia del inglés en el idioma castellano no es más que un mito muy difundido. El trabajo,
revelado por el presidente de la
Academia
Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, demostró que frente a los 90.000 vocablos del español sólo
hay 130 anglicismos de uso permanente, una cifra que "en la totalidad de la lengua no es nada".
La investigación fue realizada por las veintidós academias de la lengua española del mundo y forma
parte del proceso de confección del Diccionario panhispánico de dudas,
cuya versión digital se presentará durante el Congreso
de la Lengua Española que se llevará a cabo en la ciudad argentina de Rosario en noviembre próximo.
Para detectar la presencia de voces extranjeras en el uso cotidiano del español se utilizó un sistema
electrónico de lectura de diarios y libros que los expertos llamaron "Búho", en virtud de su
trabajo nocturno. Fueron analizados los quince periódicos principales de habla hispana. Según Barcia, el
mito se basa en que el inglés "tiene una frecuencia de uso tan intensa que da la impresión de que se
está frente a una verdadera invasión", que efectivamente existe "en campos como la ciencia e
Internet".
En la red informática "el inglés funciona como lengua internacional" y su presencia en los
sitios web "es del 75 por 100 contra el 1,5 por ciento del español o del francés y el 0,7 del
árabe", precisó.
Para los académicos, los anglicismos impresos en diarios y libros son representativos del habla
"porque las palabras son corrientes y hay un conjunto de uso común en la lengua oral y escrita",
manifestó. "Software,
por ejemplo, lo utilizan desde los medios hasta los técnicos y los chicos de la casa", dijo Barcia,
quien justificó que el seguimiento no se haya hecho también en la televisión y la radio.
Del mapa hispanoamericano —a excepción de Puerto Rico y México, por razones geográficas, históricas
y políticas de peso—, España y Argentina son los países con mayor presencia de anglicismos en la
lengua. Cuando el Diccionario panhispánico de dudas
se publique en papel, lo que está previsto para marzo de 2005, tendrá incorporadas recomendaciones frente
al uso de los anglicismos. Los académicos se inclinan por aceptar las palabras que no tienen sinónimos y,
siempre, adaptar la grafía al español.