Letralia, Tierra de Letras Año VIII • Nº 97
4 de agosto de 2003
Cagua, Venezuela

Depósito Legal:
pp199602AR26
ISSN: 1856-7983

La revista de los escritores hispanoamericanos en Internet
Editorial
El último polemista
Jorge Gómez Jiménez

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Fernando Vallejo

Lea el texto íntegro del discurso pronunciado
por Fernando Vallejo al recibir
el XIII Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos

No es común, en esta época en que la firmeza engendra, a lo sumo, sospecha, toparse con un polemista de la talla de Fernando Vallejo. Ha sido una sorpresa de interesante estirpe en estos días grises: Vallejo se convierte en el personaje de moda en virtud de algo más que ganarse un premio.

El premio, claro, le confiere notoriedad y le garantiza la atención general: no es simplemente un sexagenario defenestrando contra el mundo, es Vallejo. Que García Márquez merece una alcantarilla, que el presidente de Venezuela lo ignora todo sobre la literatura, que la natalidad es una criminal imposición de vida y el sexo reproductor una indignidad, que los trabajadores holgazanes son ideales para las revoluciones, que el Papa debería aceptar la cópula y el hacinamiento en el Vaticano, que la humanidad está perdida al tener como paradigma a Cristo, son verdades comunes para cualquiera; recitadas por este biólogo de Antioquia se nutren del aliento de Pierre Menard y cobran nuevas resonancias.

El escenario desde el cual Vallejo lanza sus razzias contra el universo frágil de las verdades ha sido cuidadosamente preparado por él mismo. Minucioso, ubica su propia humanidad como un bagazo despreciable del que quiere sacudirse, sin atreverse a ello por la inconveniencia de que su cadáver no tiene aún un destinatario. Dice considerar su futuro un indudable fracaso. De su obra, que ha sido altamente calificada por los siempre respetables críticos, se mofa sin miramientos declarándola indigna. Así, el escenario se transforma en un juego de espejos donde enfrentarlo, desoírlo o en general cualquier reacción no hace más que reflejar las imperfecciones de quien reacciona.

Vallejo no admite esperanza. Los seis mil millones de seres humanos que pueblan el planeta son demasiado y podría ser preferible que desaparecieran, pues la vida no tiene sentido para una especie que ni siquiera puede aceptar con humildad a sus prójimos del reino animal. La esperanza, así, es revertida hacia quien quiera asumir sin miramientos, con firmeza, la obligación de ser mejor y, sobre todo, franco.

Jorge Gómez Jiménez
Editor

 

Post-Scriptum
"La anarquía en el lenguaje es la menos de temer, que ya procurarán los hombres entenderse, por la cuenta que les tiene, y el que se empeñe en lo contrario en su pecado llevará la penitencia".
Miguel de Unamuno,
Lengua española.

 


       

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