El jurado del premio literario de mayor jerarquía en lengua española, reunido en Madrid, decidió por mayoría, tras siete rondas de votaciones, otorgar el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2017 al escritor nicaragüense Sergio Ramírez (Masatepe, 1942).
Las razones de haber sido electo para el galardón: “Por aunar en su obra la narración y la poesía y el rigor del observador y el actor, así como reflejar la viveza de la vida cotidiana convirtiendo la realidad en una obra de arte, todo ello con especial altura literaria y en pluralidad de géneros, como el cuento, la novela y el ejercicio periodístico”.
Entre otros galardones ha obtenido el premio Laure Bataillon, el José María Arguedas, el Premio Internacional de Novela Alfaguara, el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso y el Premio Carlos Fuentes a la Creación Literaria en Idioma Español.
El Premio Literario en Lengua Castellana Miguel de Cervantes “es el máximo reconocimiento a la labor creadora de escritores españoles e hispanoamericanos cuya obra haya contribuido a enriquecer de forma notable el patrimonio literario en lengua española”, explica el Ministerio de Cultura de España, que añade: “La relación de autores premiados desde su primera convocatoria en 1975 constituye una clara evidencia de la significación del premio para la cultura en español”.
El considerado “Nobel literario hispanoamericano” desembarcará por primera vez en Centroamérica, una de las regiones más convulsas del planeta. Desde su hogar en tierras “nicas”, quien ha dedicado dos tercios de sus 75 años al oficio de la escritura, incluyendo el periodo de 1985 a 1990, cuando fue vicepresidente de su país, durante la primera etapa del gobierno sandinista que derrocara a la dictadura de Anastasio Somoza; externó: “Es un reconocimiento que me llena de mucha responsabilidad y me obliga a escribir mejor (…). Yo siempre he trabajado con la realidad, con lo que me rodea, tratando de interpretarlo a través de la expresión y el lenguaje”.
Sobre los premios literarios dijo: “Yo con los premios literarios siempre tengo el cuidado de gozarlos cuando me los dan y no sufrir cuando no me los dan. Hoy me toca disfrutar. Es un día memorable para mí, ha cambiado mi rutina, yo debería estar escribiendo ahorita, encerrado en ese estudio”.
Recordemos que entre otros galardones ha obtenido el premio Laure Bataillon, el José María Arguedas, el Premio Internacional de Novela Alfaguara, el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso y el Premio Carlos Fuentes a la Creación Literaria en Idioma Español.
Ramírez deja la política escribiendo la primera novela sobre la revolución sandinista; la tituló como uno de los tangos que hiciera inmortal Carlos Gardel, Adiós muchachos. Corría 1999 y veía la luz esta obra, sus memorias y vivencias, las de una generación que luchó por unos ideales de rebeldía comunes y que, si bien, no pudo ver cumplidos todos sus objetivos de justicia, riqueza y desarrollo, siente el orgullo de haber traído la democracia a Nicaragua.
La novela constituye su más notorio punto de inflexión. Hoy es el mayor crítico moral de un régimen liderado por Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo como presidente y vicepresidente, que hace retroceder a los tiempos de la tiranía somocista.
La obra literaria de Ramírez mezcla con gran calidad la historia, la política y la memoria personal en una prosa poética con la que logra construir personajes en cuya psicología penetra profundamente y los ubica en sus mundos respectivos, en los que se encuentran con sus raíces.
Entre esas raíces está la lengua. Comparto un pasaje del discurso inaugural que realizara Ramírez en el VI Congreso Internacional de la Lengua Española realizado en la República de Panamá en octubre de 2013:
No tengo dudas de que lo que hizo el jurado del Premio en Literatura Castellana Miguel de Cervantes 2017 fue reconocer esa labor artesanal minuciosa que realiza con la palabra el escritor Sergio Ramírez.
El Gran Lengua seguirá siendo el vocero de la tribu. El que tiene el don de la palabra y representa así a los que no tienen voz. El que alza la voz, es él mismo la lengua, la encarna, y se encarna en ella. Guarda y publica la memoria de las ocurrencias del pasado, inventa, imagina, interpreta, recrea, explica y seduce con las palabras. ¿A qué otra cosa mejor puede aspirar un escritor, sino a ser lengua de una tribu tan variada y tan vasta?
El premio se entrega el 23 de abril, día en que se conmemora el fallecimiento de Miguel de Cervantes, en un acto presidido por los reyes de España en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), cuna del autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.
Por último me fascina cómo Sergio Ramírez le da a conocer al escritor Fernando Burgos, y que posteriormente lo publicara en su obra Los escritores y la creación en Hispanoamérica, el proceso de generación o creación literaria comparándolo con la construcción artesanal de un mueble, por ejemplo una mesa.
Hay que cortar el árbol, aserrarlo en piezas, ensamblar esas piezas, darles una forma, y, por fin, tallar, lijar, pulir y barnizar. La apropiación de la mesa, afirma Sergio Ramírez, es como el proceso de convertir la realidad en imaginación y la imaginación en lenguaje. No tengo dudas de que lo que hizo el jurado del Premio en Literatura Castellana Miguel de Cervantes 2017 fue reconocer esa labor artesanal minuciosa que realiza con la palabra el escritor Sergio Ramírez.
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