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Darwin Carballo
“La escritura es transformación y reflexión desde la imaginación”

domingo 3 de mayo de 2020
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Darwin Carballo
Carballo: “La situación económica de Venezuela me hace que lea en digital muchos títulos que preferiría tener en físico, pero me encanta el olor a libro y tocarlo”.

Darwin Carballo Velásquez es un joven escritor falconiano, técnico superior universitario en Contaduría Pública, que prefiere sumar palabras en las plataformas digitales de lectura y autoedición: “El amor a escribir o a leer no pienso que sea algo que se hereda o con lo que se nace, más bien creo que se desarrolla y se educa bajo las experiencias positivas que se tengan”.

Con veintitrés años y una callada rebeldía que se evidencia más allá de su indisciplinada melena, Darwin Carballo Velásquez (21 de abril de 1997, Puerto Cumarebo, estado Falcón) es un joven escritor de la llamada Generación Z, con la cual se identifica plenamente. Un centennial que hace de las plataformas digitales el escenario natural para darse a conocer como autor y editor. Su libro por entregas Las cien cartas de amor que jamás fueron escritas ha tenido excelente receptividad en Wattpad, la aplicación y página web estrella para escritores y lectores en línea.

Aunque es técnico superior universitario en Contaduría Pública, graduado en la Universidad Politécnica Territorial Alonso Gamero (Uptag), prefiere la calidez de los textos de autores clásicos en lugar de la frialdad numérica de los libros contables. En el 2018, junto a Víctor Ugarte y otros estudiantes de la universidad, conformó el Club de Escritores Plumas de Ángeles, con la intención de promover la creación literaria en la institución, participando en algunos eventos culturales y talleres de redacción creativa en la ciudad de Coro; sin embargo, el colectivo ha sido inconstante en sus encuentros y planificación, producto de la situación económica y social que enfrenta el país, pero eso no mermó su deseo de seguir produciendo narrativa y poesía de manera independiente.

Para Darwin, la pasión por la palabra no es innata, sino una decisión personal, un estilo de vida asumido y una labor convertida en hábito.

“Empecé a escribir desde muy pequeño, realmente si algo me incitó a la escritura fue en definitiva la lectura, no hay más, básicamente me introduje solito al mundo de la literatura y de escribir”, afirma con contundencia, mientras recuerda cómo a la edad de tres o cuatro años le pedía a su madre que le leyera una y otra vez los mismos relatos infantiles, hasta el punto de recitarlos de memoria apoyado en las ilustraciones. “Creo, y sin duda intuyo, que ese celo de no poder leer algo nuevo y necesitar que me leyeran hizo que aprendiera muy rápido, ya luego aprendí y pedía que me compraran cuentos nuevos, creo que fue desde ese momento que definitivamente me enamoré de la lectura”.

Para Darwin, la pasión por la palabra no es innata, sino una decisión personal, un estilo de vida asumido y una labor convertida en hábito. “Siempre me comparan con alguno que otro familiar que también leía mucho, como mi abuelo, y justifican por ello mi amor a las letras, pero sinceramente el amor a escribir o a leer no pienso que sea algo que se hereda o con lo que se nace, más bien creo que se desarrolla y se educa bajo experiencias positivas que se tengan; quizás si los cuentos que leí de pequeño hubieran sido malos, yo no le hubiera tomado tanto amor a la lectura y escritura y hubiera terminado haciendo cualquier otra cosa”.

 

Escritor sediento…

Salvando las distancias geohistóricas, la frase del escritor estadounidense Henry David Thoreau: “El agua es la única bebida para el hombre sabio”, se personifica en este joven autor, quien tiene como costumbre tomar gran cantidad del líquido mientras produce en completo silencio. “Para escribir apago todo, absolutamente todo, cuando creí que podía escribir con música realmente no lograba concentrarme; así que sólo me siento y escribo. Lo más raro que hago es siempre tener un vaso de agua cerca, puedo beber seis, siete, ocho vasos de agua mientras estoy desarrollando algo importante que se lleva toda mi concentración”, confiesa.

Su sed también se manifiesta en la necesidad de estar trabajando todo el día. Se declara un asiduo lector y dedicado escritor, que ocupa gran parte del tiempo en estas tareas, complementadas con su reciente función como editor digital.

 

De nobles hidalgos a monstruos interactivos…

Acerca de sus preferencias literarias, expresa: “A la hora de elegir o tomar una lectura me gustan preferiblemente obras clásicas. Me he leído Drácula, de Bram Stoker, unas cinco veces a lo largo de mi vida. Me encanta esa obra, aunque mi favorita, y creo que será así toda mi vida, es Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, pues considero bastante difícil que alguien logre superar tal brillantez literaria. Esta obra permanentemente la estoy consultando aunque sólo la he leído una vez de manera completa, y es que es bastante larga, pero si no la he vuelto a leer toda no ha sido por perezoso, sino porque la magia y la sensación que me dejó la vez primera fue una experiencia inolvidable e inefable; aún a veces leo capítulos para revivir un poco la locura de ese entrañable personaje; toda la obra esboza gran genialidad y es mi favorita”.

Consciente de la necesidad de recurrir a los autores emblemas de nuestra América, para forjarse un camino en la lectura y escritura, Darwin se confiesa admirador de la poesía de Jorge Luis Borges y de su gran capacidad para el cuento. Por otro lado, cuestiona: “¿Cómo ser latinoamericano y no leer a Gabo (Gabriel García Márquez) con sus Cien años de soledad?, ¿o cómo no leer su obra El coronel no tiene quien le escriba?, más cuando actualmente muchos en Latinoamérica seguimos respondiendo igual a la pregunta: ‘Dime, ¿qué comemos?’”.

Y nos acota: “El siglo XXI ya está levantando una nueva generación de escritores que buscan tatuar su nombre en el legado literario. Por cierto, tengo un autor que me gusta bastante, es español, su nombre es Bruno Piqué, tiene dos libros titulados Madrid Zombi y Madrid Zombi 2. Este autor es de lo más interesante, puesto que además de tener una excelente obra literaria, logra innovar con las tecnologías, porque su libro está en la tienda para teléfonos inteligentes (Play Store) y combina la lectura con sonidos, música y decisiones que debe tomar el usuario acerca de la trama. Cuando lo lees con tus audífonos puestos, realmente logras sumergirte en su mundo y es sin duda, para mí, uno de los más grandes innovadores y genios actuales de la literatura. Su libro interactivo es una maravilla de la era digital”.

 

Darwin relata que en sus textos predominan el misterio, la poesía, el romance, la fantasía y la tragedia.

Del papel a la pantalla…

El oriundo de Puerto Cumarebo se autodenomina un lector mixto, capaz de leer tanto libros físicos como digitales. Al respecto, revela: “La situación económica del país me hace que lea en digital muchos títulos que preferiría tener en físico, pero me encanta el olor a libro y tocarlo, pase lo que pase sencillamente no me puedo separar de ello, del libro físico”. Sin dudar, asevera que no le molesta leer en plataformas digitales, siempre que las lecturas resulten provechosas y lo nutran.

“Leía comúnmente en una aplicación llamada Sttorybox; ahí empecé a subir mis primeras obras en digital, gozaba de una comunidad de lectores y escritores tremenda, pero con el tiempo un gigante corporativo de nombre Wattpad se llevó a millones de escritores a su página y me obligó a migrar y establecer mis obras allí. Aunque he tenido una que otra mala experiencia en ese sitio, me parece que es una buena plataforma para los escritores más noveles o para los que tengan mucho tiempo escribiendo. Es una plataforma maravillosa que te conecta con millones de personas que están buscando algo para leer, y bueno, si subes tus textos allí seguramente te encuentran y destaques”.

 

Un gato y otros amores…

Darwin relata que en sus textos predominan el misterio, la poesía, el romance, la fantasía y la tragedia. En su perfil de Wattpad (@DarwinCarballo1), su obra más popular, Las cien cartas de amor que jamás fueron escritas, tiene como uno de los personajes centrales a un gato, suerte de guardián de su dueño, sobre el cual los lectores han tejido una serie de historias y fenómenos paranormales, despertando la curiosidad del resto de los usuarios de esa plataforma.

“Se corrió el rumor de que mi libro estaba maldito. Entonces recibí mensajes de personas que me decían que habían experimentado cosas muy extrañas por estar leyendo mi libro; eso me pareció impactante, pues en ese período muchas personas empezaron a leerme. Decían que el gato de la portada se les aparecía, y los más flojos decían que sólo viendo los ojos del gato ya te daba un fuerte dolor de cabeza y que significaba que te iba a perseguir, pero si leen la obra se enteran de que el gato es más bueno que la leche; aunque en el libro sí suele perseguir clandestinamente a las personas, pero lo hace para protegerlas”.

Con un argumento lleno de situaciones inesperadas y misterio, la sinopsis de la novela plantea: “La historia se inicia con un joven que va leyendo las cartas de un anciano mientras se dirige en un barco desde España hacia el Caribe; el anciano escribe todas las noches una carta de amor para su esposa fallecida, cuenta en las cartas cómo su muerte le ha dejado un vacío… Para sorpresa del joven, descubre que tal anciano jamás existió y que las cartas de amor que tiene y ha estado leyendo han sido escritas por él, lo que lo lleva a regresar a su hogar en Madrid para descansar la mente, y en donde sus amigos, sin saber qué le ocurre, lo invitan a una fiesta, donde se vuelve a apreciar su apenas descubierta y aparente locura”.

Su siguiente obra, Frases y momentos de un escritor, la caracteriza como una serie de pensamientos cortos, micros y poemas totalmente dedicados a la labor de escribir. En uno de los textos explica: “Los malos escritores piensan que deben hacerlo cuando la inspiración venga, buscan una musa perfecta y entonces duran meses sin escribir y pierden totalmente el contacto con ellos mismos. La inspiración perfecta sólo la encontraremos dentro de nosotros y eso sólo lo haremos mientras escribamos; pues es el único momento donde podemos ser nosotros mismos y eso es verdaderamente poético”.

 

La responsabilidad del oficio…

Quienes escriben deben tener un compromiso con la vida, una responsabilidad moral e intelectual, pero también social y política. Julio Cortázar, en Testimonios de una escritura política (2014), convoca a los escritores a participar en el proceso geopolítico de sus pueblos. Asevera Cortázar: “Nuestro quehacer debe inventar nuevas formas de contacto, abrir otro aspecto de comunicaciones en todos los niveles…”. Así mismo, cita al venezolano Luis Britto García, quien afirma lo siguiente: “Mientras la política no asegure la liberación cultural de nuestra América, la cultura deberá abrir el camino para la liberación política”. De allí la responsabilidad de los escritores de exponer en sus textos las realidades que los circundan, pero también de promover cambios significativos en las formas de pensar, entender el mundo y transformar esas realidades.

En el último año, me he comprometido con varios escritores para ser el editor y corrector de sus relatos.

Darwin lo sabe, y como miembro de la generación nacida entre los años 90 y 2000 en Venezuela, que, en sus palabras, ha crecido bajo el asedio de actores externos e internos que juegan al desastre, hasta el punto de colapsar el buen vivir de la familia, desea contribuir desde el ámbito cultural a mejorar el país, creando un rincón literario en alguno de los portales web de los diarios regionales, donde en conjunto con varios escritores compartan parte de sus obras, “para así influir un poco en los lectores de la región y sumergirlos en la producción escrita que actualmente se está desarrollando en nuestro estado, puesto que la industria cultural, por la situación económica, no se mueve muy bien. Sin embargo, sí pienso que hay maneras de cultivar la cultura y espero que en algún momento me tomen en cuenta para abrir un espacio literario que todos los falconianos podamos disfrutar”.

En este orden de ideas, ante la pregunta sobre si puede entonces un escritor de los nuevos tiempos contribuir con el cambio y desarrollo de una sociedad, Darwin reconoce el poder de la palabra y contesta: “Creo que la escritura es transformación y reflexión desde la imaginación. Quien escribe y es leído, en esencia transforma, pues conecta y transfiere su visión; ya queda de parte del lector analizar y tomar lo mejor del pensamiento del escritor para hacer más amplia y culta su visión y así ser mejor persona”.

Otra forma de conectar con los jóvenes que, como a él, les gusta escribir, es ofreciendo sus servicios de editor digital en Wattpad, donde ha venido realizando diversas asesorías y acompañamientos para mejorar la experiencia de los que se inician en el oficio. “Varios escritores que he encontrado en Wattpad tienen una historia hermosa, llena de magia, misterio, romance, picardía, en fin… Son excelentes, pero su nivel de redacción y las faltas ortográficas terminan por hacer que el lector deje la historia. Por ello, en el último año, me he comprometido con varios escritores para ser el editor y corrector de sus relatos. Les ayudo en todo sentido para que sus historias no sólo sean interesantes, también para que sean populares. Además, ayudo a concluirlas y, por supuesto, corrijo esos errores, esas faltas ortográficas que terminan cercenando un buen texto”, finaliza, lleno de satisfacción por la labor cumplida hasta ahora.

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Ana Cristina Chávez Arrieta
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