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Ana Luisa Sierra:
“La literatura es la forma más placentera de obtener conocimiento”

domingo 8 de mayo de 2022
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Ana Luisa Sierra
Ana Luisa Sierra: “Mi novela es una obra de cierta madurez que refleja mi crecimiento como persona, docente e investigadora”.

Ana Luisa Sierra Ortiz-Garay es escritora e investigadora. Ejerció la cátedra en la Universidad de Puerto Rico, recintos de Humacao y Río Piedras, y en la Universidad Seton Hall, en Estados Unidos. Ostenta el grado de doctora en Literatura Latinoamericana de la Universidad de Nueva York, Estados Unidos, y el grado de Maestría en Literatura Española de la antedicha universidad en el recinto de Madrid, España. En la Universidad de Puerto Rico completó el grado de licenciatura o bachillerato en Filosofía y el de Estudios Hispánicos. Tiene varias publicaciones de investigación, incluida El mundo como voluntad y representación: Borges y Schopenhauer (1997). A partir de su novela Has vuelto, amor (2021), ha contestado mis preguntas. Todas sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.

 


 

“Has vuelto, amor”, de Ana Luisa Sierra
Has vuelto, amor, de Ana Luisa Sierra (Publicaciones Gaviota de Norberto González, 2021).

Hace muy poco tiempo publicó Has vuelto, amor (2021). ¿De qué trata este libro? ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarle?

Quizás sea mejor contestar primero la segunda parte de la pregunta. Has vuelto, amor (Publicaciones Gaviota de Norberto González), surgió aparentemente por azar. Digo “aparentemente” porque, según Carl Jung, el azar es un orden de causas y efectos que no entendemos. Pero, aun así, mi verdad es que nunca había sentido deseos de escribir ficción. Es más, ni siquiera de escribir. Mis dos libros anteriores (El mundo como voluntad y representación: Borges y Schopenhauer, de 1997, y Me gustas cuando callas… los escritores del “Boom” y el género sexual, de 2002, en colaboración) surgieron como parte de responsabilidades académicas, sin negar que disfruté el proceso de escribirlos.

¿Cuál era mi interés, entonces? Fíjese, Wilkins, desde niña me interesaba la búsqueda de conocimiento. Fui el tipo de estudiante a quien le gustaban todas las clases, me encantaba aprender y me pasaba las horas leyendo sobre distintas cosas. Sólo me decidí por una carrera en literatura porque la literatura me parecía (y me parece) la forma más placentera de obtener conocimiento.

Entonces, ¿cómo fue eso que llamo “azar”?, se preguntará usted. Pues, mire, yo estaba trabajando con Silverio, colaborando con él para elevar su novela, Un espejo en la selva, a un nivel más alto para la publicación, cuando él me dice:

—Mira, Ana Luisa, vamos a matricularnos en un taller de escenas literarias que va a ofrecer el PEN Club.

—Ay, no, Silverio, ¿para qué?, yo sé lo que son escenas literarias…

—Mira, querida, lo que pasa es que tú siempre has estado por encima de mí —me contestó y estalló en una carcajada—. Primero fuiste mi profesora en la Maestría de Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón y ahora eres mi editora. Si tomamos este taller juntos, pues vamos a ser compañeros y estaremos a un mismo nivel —terminó con más risas.

Escribir se convirtió en algo tan placentero que me llenaba de energía.

A mí me hizo mucha gracia su razonamiento, pero sólo acepté porque pensé que, dada la complicada agenda de trabajo de Silverio, si me matriculaba en el taller lo tendría a mi disposición para reuniones sobre la edición de su novela durante cuatro sábados. Sin embargo, Silverio canceló el día de empezar el taller y yo me encontré sola, frente a la profesora, y a otros siete escritores, tratando de explicarles, lo mejor que podía, que yo no escribía ficción, pues resultó que el taller no era teórico, sino práctico.

Para mi sorpresa escribí las ocho páginas requeridas en el taller y me sentí muy feliz con el proceso, lo cual fue un gran estímulo para continuar escribiendo.

Eso, sí, Wilkins, le digo una cosa, en el momento en que decidí seguir escribiendo no tenía ninguna meta, ningún propósito, y ni siquiera sabía si se trataba de algo que pudiera terminar y valiera la pena. Era el año 2016, y mi agenda de trabajo resultaba cargadísima, porque además de la novela de Silverio, ofrecía cursos en la UPR, Humacao, y lo más importante, cuidaba, junto con mi hermana, a mi mamá que estaba postrada en cama, aunque muy lúcida. Entonces, escribir se convirtió en algo tan placentero que me llenaba de energía, y me permitió comprobar la verdad en la frase de Cortázar de que “los proyectos son como flotadores”. En efecto, ese proyecto de escritura me mantenía a flote, un flotar en aguas cálidas como las de nuestras playas.

Bueno, Wilkins, vamos ahora a la primera parte de su pregunta. ¿De qué trata Has vuelto, amor?

Has vuelto, amor, está dividida en dos partes. En la primera aparece la protagonista, María Eugenia Riol Garay, una joven puertorriqueña afrodescendiente, muy inteligente, que estudia Medicina en Madrid. La trama se inicia una noche lluviosa de otoño de 2002, cuando ella va corriendo, desesperada, por una zona boscosa muy peligrosa, en las afueras de Madrid, porque se ha enterado por casualidad de que quieren asesinar a su pareja, un joven francés llamado Michel Doucet. María Eugenia ha decidido correr, ya que el asesinato sería a las 11:00 de la noche en la Plaza de Santa Ana, pero el transporte público no le permitiría llegar a tiempo. Confía en que, como corredora olímpica, podría recorrer las trece millas desde las afueras de Madrid hasta la Plaza de Santa Ana, en pleno centro de la ciudad.

En esa primera parte, vemos cómo María Eugenia no se deja vencer por la angustia, ni el miedo, ni por los obstáculos encontrados en una ruta tan peligrosa, y no derrama ni una lágrima, a pesar de que su dolor y sufrimiento son inmensos. Mantiene el ímpetu al correr mediante la técnica de recordar el pasado inmediato en Madrid y su vida en Puerto Rico, así como al reflexionar sobre ciertas ideas, lo cual le permite al lector conocerla y saber cuáles son sus conflictos.

Como he intentado crear una novela con ciertas características del thriller (con el fin de hacer surgir tensión) esa primera parte desarrolla otros personajes que pudieran ser sospechosos del intento de asesinato: el francés Michel Doucet, Hiroko Andetzaga, una amiga de María Eugenia, de origen vasco japonés, que resulta ser un personaje erótico, y Estanislao Villasmil, un venezolano religioso que se considera “salvador de almas” y es dueño de una tienda en Madrid, a donde Michel va a tomar un seminario de flores curativas. Con cada uno de estos personajes se crean historias estrechamente vinculadas con la trama principal.

En la segunda parte se presentan otros personajes sospechosos del crimen y se caracteriza a André Doucet, un joven estudiante de Criminología, hermano de Michel, a quien le encanta pensar escalando montañas, ya que sus mejores ideas surgen cuando casi se cae de cabeza pendiente abajo. Él se encarga de investigar y resolver el asesinato. En esta segunda parte, uno de los personajes vive una experiencia cercana a la muerte, su conciencia se transforma y trasciende tiempo y espacio para experimentar una vida anterior en el siglo XVII y conocer a Juan de Parexa, el esclavo de Diego Velázquez, historia relacionada, también, con la trama principal. Y no le cuento más para que los lectores quieran leer la novela.

Usted se preguntará: ¿qué ideas se exploran por medio de la trama? Pues, como sabe, los temas en la literatura son los mismos, sólo varía la manera de aproximarse a ellos. Este texto se acerca al amor, a la muerte, al volver después de la muerte, a la libertad versus la predeterminación de nuestros actos, al llamado “azar” y a la percepción de la “realidad”, entre otros. Para darle un ejemplo de cómo varía la forma de aproximarme a los temas, le digo, Wilkins, que exploro la muerte como una transformación de la conciencia del ser humano; es decir, le propongo al lector que cuando llega ese momento, el cuerpo muere, pero la conciencia, al ser energía, sólo se transforma, porque la energía no se crea ni se destruye. De esta manera, pienso “que debemos entrar en la muerte como quien entra en una fiesta”, en palabras de Borges, porque el morir es una experiencia gozosa que no temo y ansío cuando me toque.

 

Mi crecimiento y madurez como persona, docente, investigadora y escritora ha sido un proceso, como el de mucha gente, que se ha dado poco a poco.

¿Qué relación tiene su trabajo creativo-investigativo previo a Has vuelto, amor, y su trabajo creativo-investigativo posterior? ¿Cómo lo hilvana con su experiencia de puertorriqueña y su memoria personal de lo hispánico, latinoamericano, caribeño o no dentro de Puerto Rico y fuera?

Pues, mire, Wilkins, en Has vuelto, amor, sin proponérmelo, se exploran algunas ideas que ya había estudiado en la obra del filósofo alemán Arthur Schopenhauer (y que aparecen posteriormente en la física cuántica) para mi libro sobre Borges.

Quisiera creer que tanto la novela como la investigación sobre Schopenhauer, el libro sobre Borges y el de género, se hilvanan con mi experiencia como puertorriqueña, con lo caribeño y latinoamericano, porque se trata de ideas que preocupan al ser humano en general.

 

Si compara su crecimiento y madurez como persona, docente, investigadora y escritora con su época actual en Puerto Rico, ¿qué diferencias observa en su trabajo creativo-investigativo? ¿Cómo ha madurado su obra? ¿Cómo ha madurado usted?

Bueno, Wilkins, mi crecimiento y madurez como persona, docente, investigadora y escritora ha sido un proceso, como el de mucha gente, que se ha dado poco a poco, desde mis estudios en UPR, en Madrid y en la Universidad de Nueva York (en Manhattan), hasta una carrera docente en Puerto Rico, y luego en Nueva Jersey y Manhattan a lo largo de casi veinte años. Junto a esto, los innumerables viajes con el fin de ofrecer conferencias y cursos (durante algunos veranos, en Salamanca) me han ampliado la perspectiva sobre mi vida y mi país, y se han reflejado en mi obra investigativa y en la de ficción.

 

¿Cómo visualiza su trabajo creativo-investigativo con el de su núcleo generacional de investigadores y escritores con los que comparte o ha compartido en Puerto Rico y fuera? ¿Cómo ha integrado su trabajo creativo-investigativo a su quehacer de docente e investigadora y su trabajo escrito de interés en Puerto Rico, lo hispánico, latinoamericano y caribeño?

Pues, Wilkins, es una pregunta difícil para mí porque requiere información que no poseo sobre mi núcleo generacional, dado que desarrollé gran parte de mi carrera profesional en Estados Unidos, donde residí casi veinte años. Sin embargo, sí puedo decir que en Puerto Rico hay muchísimos investigadores y escritores de mi núcleo generacional que han recibido un gran reconocimiento en Puerto Rico y también en el ámbito internacional, cuyas obras he estudiado y me han enriquecido enormemente.

Integrar mi trabajo creativo-investigativo con la docencia me ha permitido dirigir los cursos a ciertas rutas que los han hecho más creativos para los estudiantes. Sin duda, los estudiantes son la razón de ser de la docencia, y en mi caso personal, son las personas que me han proporcionado innumerables conocimientos, así como grandes alegrías y satisfacciones.

 

Ha logrado mantener una línea de creación-investigación enfocada en Puerto Rico y sus relaciones con la literatura hispánica y latinoamericana en y desde Puerto Rico. ¿Cómo concibe la recepción a su trabajo creativo-investigativo dentro de Puerto Rico y fuera, y la de sus pares?

No, mi doctorado es en Literatura Latinoamericana con especialización en el Cono Sur, y la maestría en Literatura Española, por lo que mi investigación no ha estado enfocada en Puerto Rico. No obstante, he hecho trabajos sobre autores puertorriqueños tales como Julia de Burgos, Carlos Rodríguez Matos, Carmela Eulate Sanjurjo, René Marqués, Ángela López Borrero y Benjamín Torres Gotay, entre otros.

Respecto a la recepción de mi trabajo creativo investigativo, le digo, Wilkins, que mi libro sobre Borges tuvo gran acogida en Estados Unidos y se hicieron cuatro ediciones, tres de ellas por parte de una editorial europea, pero en Puerto Rico no se distribuyó, ni se reseñó en la prensa, por lo que no se conoce. Tengo la satisfacción, sin embargo, de que el fenecido doctor Arturo Echevarría, reconocidísimo escritor e investigador nuestro, autor de uno de los libros más significativos sobre Borges, me hizo comentarios muy elogiosos sobre mi libro. Además, al también fenecido doctor Manfred Kerkhoff, filósofo alemán y profesor de la UPR de Río Piedras, le gustó mi libro y asistió a la presentación.

La misma suerte de no ser reseñado en la prensa le tocó a Me gustas cuando callas… los escritores del “Boom” y el género sexual, publicado por la Editorial de la UPR.

Respecto a la ficción, me considero principiante; no obstante, me parece que mi novela es una obra de cierta madurez que refleja mi crecimiento como persona, docente e investigadora.

 

Creo en la independencia y la libertad para mi país y que, como todo país, pueda establecer relaciones enriquecedoras con todos los países del mundo.

Sé que es usted de Puerto Rico. ¿Se considera una investigadora-escritora puertorriqueña o no? O, más bien, una investigadora-escritora caribeña, sea ésta puertorriqueña o no. ¿Por qué? José Luis González se sentía ser un universitario mexicano. ¿Cómo se siente usted?

Me considero y me siento una investigadora-escritora puertorriqueña.

 

¿Cómo integra su identidad étnica y de género, y su ideología política con o en su trabajo creativo-investigativo y su formación en Puerto Rico y fuera?

Vamos por partes, Wilkins. Con relación a mi identidad étnica soy, como muchos puertorriqueños, una fusión de razas. Mi mamá, afrodescendiente, mi papá, de piel un poquito más clarita, pero también, mezcla. Yo, “jincha”, como graciosamente me decían de niña, para luego añadir en el mismo tono: “¿Qué le pasa a esa muchacha? ¿Es que no coge sol o tiene parásitos?”.

En cuanto a la ideología política, creo en la independencia y la libertad para mi país y que, como todo país, pueda establecer relaciones enriquecedoras con todos los países del mundo.

Creo, también, en la perspectiva de género y la he integrado a mi vida personal, la docencia y la investigación, como, por ejemplo, a través de artículos y del libro Me gustas cuando callas… los escritores del “Boom” y el género sexual.

En mi novela Has vuelto, amor, he intentado presentar a una protagonista puertorriqueña afrodescendiente en una sociedad inclusiva, en un Madrid que ha comenzado a serlo. He tratado, además de abolir las oposiciones binarias características de una sociedad patriarcal. Por ejemplo, en la novela, María Eugenia es la persona de acción, que sólo actúa dejándose llevar por la razón, mientras Michel es pasivo y se guía por los sentimientos. Mi propósito es demostrar que estos binarismos son falsos, que cualquier persona puede ser activa o más pasiva a la hora de actuar, y que los sentimientos y su expresión nos definen a todos los seres humanos.

 

¿Cómo se integra su trabajo creativo-investigativo a su experiencia de vida tras su paso por la Universidad de Puerto Rico? ¿Cómo integra esas experiencias de vida en su propio quehacer de investigadora y escritora en Puerto Rico hoy?

Sin la Universidad de Puerto Rico, no sería lo que soy hoy día. Provengo de una familia de bajos recursos económicos y siempre estudié en el sistema público de enseñanza. Estudié con beca mis dos primeros años de universidad, en la UPR de Humacao, así como los años en la UPR de Río Piedras. La UPR de Humacao me contrató a los veintiún años como profesora con plaza en el Departamento de Humanidades, y luego me otorgó una beca para hacer la maestría en la Universidad de Nueva York, Recinto de Madrid. No hay palabras para agradecerle a la UPR de Humacao su confianza en mí al ofrecerme trabajo cuando era tan joven, y tampoco tengo la manera de expresar mi agradecimiento a mis colegas, muchos de los cuales habían sido mis profesores.

Los años de estudio en la UPR en Humacao y en Río Piedras fueron decisivos en mi formación, así como la experiencia adquirida durante el tiempo en que enseñé en ambos recintos de la UPR.

 

Tengo en mente otra novela. Sin embargo, hasta ahora, mi dificultad siempre ha sido encontrar tiempo.

¿Qué diferencia observa, al transcurrir del tiempo, con la recepción del público a su trabajo creativo-investigativo y a la temática del mismo? ¿Cómo ha variado?

No puedo contestar esta pregunta por lo que le expliqué de que mi trabajo creativo-investigativo no se ha difundido en Puerto Rico.

 

¿Qué otros proyectos creativos tiene recientes y pendientes?

Bueno, Wilkins, debo decirle que sí, que sí, como dicen en un programa televisivo: tengo en mente otra novela. Sin embargo, hasta ahora, mi dificultad siempre ha sido encontrar tiempo. Ya le he contado todas las cosas que hacía mientras escribía Has vuelto, amor (de hecho, sólo escribía sábado y domingo, pero como el proceso creativo fluyó, terminé la novela en dos años y medio, en el verano de 2018). Es posible que, como nací casi un día del trabajo, mi signo sea el trabajo, y no pueda disfrutar mucho del ocio creativo.

Wilkins Román Samot

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