
Carlos A. Colón Ruiz (San Sebastián, Puerto Rico, 1997) es poeta. También es politólogo, egresado del Bachillerato en Ciencias Políticas de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Se le atribuyen unos cuatro poemarios (uno es más bien un poema suelto o realengo) en los últimos cuatro años: Este día nunca volverá (2022), Visión de carne (2020), No quiero escuchar Radiohead (2019) y Hambre nueva (2019). Su obra poética le ha permitido participar de festivales y lecturas en Colombia, Chile, Guatemala, México y Puerto Rico. Algunos de sus poemas aparecen en antologías, blogs y revistas literarias, y han sido traducidos al inglés y al italiano. Colón Ruiz es el organizador de la antología de narrativa y poesía “Lámparas” de la Editorial Pulpo (2018). Ha formado parte de la dirección de la revista Demoliendo Hoteles. Carlos ha contestado todas nuestras preguntas. Todas sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.

Hace poco publicó usted Este día nunca volverá (2022). ¿De qué trata este poemario y cómo recorre usted entre la literatura y la realidad o no ficción? ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarlo?
En 2020, tras culminar mi bachillerato en Ciencias Políticas en la Universidad de Puerto Rico recinto de Río Piedras, decidí aceptar una oferta de trabajo como gerente de supermercado. Este trabajo me permitió mudarme a un apartamento donde podría tener mi propia oficina para escribir, leer y desarrollar proyectos como la revista Demoliendo Hoteles y Editorial Pulpo. Desde ese escritorio surge un laboratorio para registrar lo cotidiano, lo que parece que no existe, lo que pasa por desapercibido, lo que a la gente genuinamente no le importa. Un laboratorio para capturar lo literario en los vecinos, en la iglesia de la esquina, en el barbero, en la ruta que tenía que realizar todas las mañanas para llegar al trabajo; además de capturar lo literario en las cosas íntimas del apartamento que afectan el proceso del mismo registro: las lecturas, las notas, las fechas, vivir en pareja. Al mismo tiempo, comienzo a experimentar explotación laboral, dudas sobre el futuro laboral y académico, ver a mi padre perdiendo movilidad física, e incluso tener que manejar la muerte de una compañera de trabajo en medio turno. Con Este día nunca volverá busco entender que, si bien amo la idea de vivir, bien debo vivir como si el día que sigue fuese el día de mi muerte.
La oportunidad surge con mi interés de querer publicar y ser leído fuera de Puerto Rico. Mi libro Visión de carne había sido publicado en Colombia en 2020 y ha sido mi libro más leído. En 2021 gocé de publicaciones en revistas, traducciones de mis poemas y la oportunidad de ser editor en varias plataformas. Me hacía sentido buscar publicar fuera de Puerto Rico, donde sí soy leído.
¿Qué relación tiene Este día nunca volverá con su trabajo creativo anterior y hoy?
Hambre nueva, Visión de carne y Este día nunca volverá son libros hermanos. Los tres poemarios tienen tonos políticos, una voz poética que se cuestiona el mundo laboral, el mundo corriente de ser sólo lo que siempre hemos sido, un sujeto que parece amar la casa, pero quiere ser escapista. Quizás tiene que ver con el hecho de que mi padre no puede caminar y mi madre ha trabajado muchísimo en su vida. Esforzarse en la vida para continuar un ciclo que no parece evolucionar sin tener la garantía de que el siguiente día será el inicio de la complacencia. En Hambre nueva busco cambiar el mundo de mi familia, en Visión de carne quiero entender la casa, pero también quiero huir de ella; parece ser que Este día nunca volverá es una conclusión de tomar postura a favor de la vida: seguir los sueños, no esperar aprobaciones, estar preparado para morir en cualquier momento.
Muchos de los elementos que me definen como persona parten de ser un buen hijo, una buena pareja y un buen lector.
Si compara su crecimiento y madurez como persona y escritor, ¿qué diferencias observa en su trabajo creativo o no inicial con el de hoy?
Me parece que en los últimos cinco años me he dedicado a leer, educarme y entender cómo corre el mundo que me rodea: ser ojos antes que tacto, ser oídos antes que boca. Muchos de los elementos que me definen como persona parten de ser un buen hijo, una buena pareja y un buen lector; ver el mundo alrededor de las cosas que uno ama. Existe un punto en el tiempo entre un Carlos anterior y un Carlos presente que aún no descifro con exactitud que decidió no vivir a costa del dolor y la experiencia de la niñez y de la adolescencia, sino alrededor del día presente y el siguiente: perdonar, entender y seguir adelante. Esto se refleja en mi trabajo; entiendo que escribo desde una madurez que yo mismo he decidido. Antes, incluso antes de mi libro Hambre nueva, escribía para dejarle saber a mis dolores mi postura, la cual se reflejaba bastante insegura, débil e ignorante; me parece que hoy escribo como si fuese una utilidad de lo común.
¿Cómo visualiza su trabajo creativo con el de su núcleo generacional de escritores con los que comparte o ha compartido en Puerto Rico y fuera?
Nunca, ni como escritor o editor, realizo mi trabajo teniendo en cuenta qué sucede con “mi núcleo generacional” (que dicho sea de paso desconozco si pertenezco a tal cosa o si existe). Entiendo que existen referencias de diversas fuentes literarias que me influyen, es probable que la poesía dominicana o la novela argentina sean influencias a la hora de escribir, pero no busco construir un trabajo que sea similar a otro. Sinceramente no sabría qué más añadir, basta con decir que también soy un escritor en construcción, un estudiante primerizo de literatura comparada y apenas estoy entrando al mundo editorial.
¿Cómo concibe la recepción a su trabajo creativo dentro y fuera de Puerto Rico, y la de sus pares, bien sean escritores de poesía u otro género?
Últimamente he notado, vaya a ser por mi desconocimiento o temprana edad, que la literatura puertorriqueña está experimentando un gran atención e interés internacional. Ya sea una atención a base de la autogestión de los autores como ya sea una atención del interés propio del mundo de saber qué se está haciendo en Puerto Rico. Poetas como Raquel Salas, Efe Rosario y Mara Pastor, entre otros, han sido ganadores de premios y reconocimientos en Estados Unidos como para que instituciones y lectores se interesen por otros trabajos literarios de Puerto Rico y su diáspora. Como bien siempre hay participación de escritores puertorriqueños en ferias, lecturas y eventos en líneas en países latinoamericanos como para que escritores tengan herramientas suficientes para hacerse conocer.
Intento ser lector de la literatura puertorriqueña. Me aseguro de tener, dentro de mis próximas lecturas, novela y poesía puertorriqueña. Primero porque entiendo que la literatura puertorriqueña, debo decir todo lo que se escribe en todo el Caribe, me interesa y me gusta, pero también porque me gusta estar alerta de lo que se escribe mientras escribo y edito. Evito que influencie a la otra de trabajar mis escritos o cuando interfiero editando, pero sí es una gran herramienta para referencias, repensar, evitar, actuar, decidir y publicar.
Sé que es usted de Puerto Rico. ¿Se considera un autor puertorriqueño o no? O, más bien, un autor de literatura, sea ésta puertorriqueña o no. ¿Por qué? José Luis González se sentía ser un universitario mexicano. ¿Cómo se siente usted?
Me considero un autor puertorriqueño. Me encanta Puerto Rico, sobre todo, soy bien orgulloso de mi pueblo de crianza, San Sebastián. Existe cierto sentimentalismo con mi archipiélago, incluso desapego. Sin embargo, mi interés humano es universal. Mis ojos quieren verlo todo, mis manos quieren leerlo todo, y siento que existe en mi cuerpo una necesidad de mantenerse en movimiento: viajar, leer escritores de todas las geografías, entender qué y cómo funciona el mundo. Al final, poco me importa cómo me considero o me consideran.
He trabajado muchísimo por mis estudios, por mis profesiones, por mi trabajo literario y el mundo que he visto.
¿Cómo integra su identidad étnica y de género y su ideología política con o en su trabajo creativo?
Muchos de mis poemas tratan sobre el mundo laboral y el dolor familiar: explotación laboral, pobreza, muertes, mala suerte, sentirse atorado o encerrado; finalmente, querer escapar. He integrado mi perspectiva de vida, y como la vida es personal y lo personal político, por lo tanto, he integrado mi ideología política en mi trabajo literario.
Crecí en un hogar con dos padres de sueldos limitados. Ya en la adolescencia mi padre pierde la habilidad de caminar y mi madre se enfrenta a dos trabajos, además de tener que atender a mi padre en su tiempo libre. Yo, dentro de la ignorancia y el sinsaber de la vida, no ayudaba tanto como me hubiera gustado ayudar. Logré entrar a la universidad gracias a la insistencia de mi hermana. No tuve un wake up call hasta que me interesé por la literatura. A partir de ahí, me reeduqué a mí mismo y me hice camino. He trabajado muchísimo por mis estudios, por mis profesiones, por mi trabajo literario y el mundo que he visto. Al final todo el dolor de crecer en un hogar quebrantado, triste y golpeado, y el enfrentamiento de querer ser mejor persona, es lo que más influye en mi trabajo creativo.
¿Cómo se integra su trabajo creativo a su experiencia de vida? ¿Cómo integra esas experiencias de vida en su propio quehacer de escritor hoy?
Creo que he contestado esta pregunta con la respuesta anterior. Pero me parece un buen espacio para compartir que mi trabajo más reciente, el inédito o el trabajo al que aspiro, tiene muchísimo que ver con mi experiencia de vida reciente: viajar, conocer librerías, escritores y libros del mundo, ser leído, publicado y compartido; aspiro a continuar hacerme camino en la literatura y los estudios literarios. Es por ello que me esmero muchísimo como editor en Editorial Pulpo, y me tomo cada libro que trabajo muy personal. Una vez publicado intento que sea leído dentro y fuera de Puerto Rico y que sus autores puedan gozar de experiencias que yo he gozado a temprana edad. Al final sólo aspiro a eso: viajes y literatura.
¿Qué diferencia observa, al transcurrir del tiempo, con la recepción del público a su trabajo creativo y a la temática del mismo? ¿Cómo ha variado?
No sé si tenga una base de lectores que estén al tanto de mi trabajo. He movido mis libros visitando otros países, autogestionando eventos, lecturas y firma de libros. Recientemente he gozado de invitaciones más frecuentes en Puerto Rico que han permitido a mis libros leerse más seguido. Por otra parte, ha habido una buena recepción de mi trabajo publicado en revistas en línea, traducciones, antologías u otros medios. He recibido, sobre todo de Visión de carne y Este día nunca volverá, buenas reseñas, sobre todo de lectores que se identifican con el mundo laboral, o la vida cotidiana hogareña.
¿Qué otros proyectos creativos tiene usted recientes y pendientes?
He estado trabajando la edición de algunos libros que se estarán publicando en 2023 con Editorial Pulpo, además de estar trabajando con escritores y editores de otros países para poder autogestionar eventos que beneficien ambas partes. No he estado escribiendo con el interés de publicar, más bien con el interés de experimentar con otros géneros literarios y encontrar base en ellos. Por otra parte, he publicado tres libros a mis veinticinco años; más que querer seguir publicando, quiero que esos tres libros se sigan leyendo y compartiendo. Es probable que sea de mi interés hacer nuevas ediciones en otras editoriales y/o países. Además, el interés de querer traducirlos y que se lean en otras lenguas. En el momento, mi primer libro, Hambre nueva, será reeditado y traducido al inglés en 2023. Pertenecerá a una colección bilingüe que inaugurará Editorial Pulpo junto a otros dos títulos.
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