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Lectura para deportistas, deportistas para lectores
Las minificciones atléticas de Antonio Javier González Pérez

sábado 26 de marzo de 2016

“Deportistas ejemplares”, de Antonio Javier González PérezCon este segundo libro titulado Deportistas ejemplares, Antonio Javier González Pérez (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1961) entra ya de lleno en estos nuevos mundos de la minificción, una categoría poligenérica con la que se relacionan géneros literarios como, por ejemplo, el haikú, el poema en prosa, las greguerías o, por supuesto, el microrrelato, al que la obra está dedicada mayoritariamente, aunque no exclusivamente, pues tienen cabida en ella otro tipo de creaciones microtextuales.

A Antonio Javier González Pérez muchos lo conocen como médico, otros como deportista y otros tantos como escritor, sobre todo tras la publicación en 2012 de Sudando tinta, su primera colección de minificciones. Lo fascinante es, sin embargo, que a través de la lectura de su nueva obra lo veremos combinando estas tres facetas: la de creador, la de triatleta y la de doctor. Tal y como comenta el afamado atleta canario Basilio Labrador en el prólogo del libro, en Deportistas ejemplares Antonio Javier González Pérez “realiza un exquisito trabajo plasmado en doscientos cincuenta y cinco microtextos en los que comparte con el lector su dedicación y experiencia de miles de horas de trabajo analizando y sanando lesiones deportivas” (pp. 8-9).

Por mi parte, en esta pequeña reseña me gustaría comentar algunas cuestiones que seguramente contribuirán a un mayor acercamiento a la obra. Para empezar, su exquisita edición en Vereda Libros con ilustraciones de Adán Luis López Alemán, con esos trazos y dibujos, a menudo cómicos y provocativos (no hay más que ver el diseño de cubierta), que favorecen en mucho la lectura de los textos.

No vacila nuestro autor en jugar reiteradamente con los límites de la irreverencia, no sólo cuestionando los hábitos y costumbres de algunos deportistas, sino invitándonos a todos a la reflexión sobre nuestras creencias, basadas con frecuencia en prejuicios.

Deportistas ejemplares nos trae reminiscencias, y así lo reconoce el propio autor, de la colección de microrrelatos del célebre Max Aub titulada Crímenes ejemplares, que se publicó en México en 1957 durante el exilio del escritor tras la guerra civil española. Los protagonistas de los microrrelatos de Aub eran en su mayoría criminales y asesinos confesos. En la obra de Antonio Javier González Pérez, y como reza el propio título de la misma, los protagonistas son deportistas, muchas veces obsesionados con la actividad física hasta la neurosis, en esa incesante búsqueda de la consecución de victorias, metas y marcas frecuentemente inalcanzables. En un pequeño glosario minificcional que nuestro autor añade en el libro podemos leer redefiniciones de conceptos que inciden esta idea y que, no por ser fruto de su invención, carecen de sentido de la realidad. Unos cuantos ejemplos serían los siguientes (pp. 85-86):

Imprudente. Dícese del deportista que dejando un intervalo de siete días entre ellas participa en dos carreras de ultrafondo que le llenan de satisfacción el ego y de antiinflamatorios su estómago.

Majareta. Dícese del deportista que cambia continuamente de vitaminas, barritas energéticas, geles y aguas isotónicas.

Pirado. Dícese de aquel deportista que teniendo trabajo, mujer e hijos hace suya la frase: “Yo no sé dónde está el límite. Sé dónde no está”.

Tarahumara. Dícese de las personas más sanas y serenas del planeta, y los más grandes corredores de todos los tiempos. Lo que muchos Chalados, Chiflados, Idos, Majaras, Perturbados, Imprudentes, Irreflexivos, Maniacos, Grillados, Pirados, Trastornados y Taravanas pretenden ser sin haber nacido en Sierra Madre, México.

Como comprobará el lector, y este es otro de los aspectos que debemos destacar, la presencia del humor es una constante en la obra de Antonio Javier González Pérez. Un humor en términos generales de tono irónico y que suele derivar en lo sarcástico e incluso lo macabro, algo que nos recuerda de nuevo a la obra de Max Aub. Sin duda, no es un recurso fácil este del humor, y menos aun cuando se emplea en su vertiente más crítica que, por tanto, intenta remover las fibras del lector, pues para su efectividad requiere en este caso de un profundo conocimiento de las materias de las que se trata, en esta ocasión concretamente: la medicina, el deporte y la propia experiencia literaria, núcleos temáticos de esta obra que nuestro escritor tuvo a bien presentar el miércoles 9 de marzo de 2016 en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, con sede en Puerto de la Cruz, ciudad natal de Antonio Javier González Pérez.

No quiero terminar esta breve reseña sin reproducir aquí al menos un par de microrrelatos de nuestro autor, que son, por cierto, aquellos cuyas ilustraciones aparecen respectivamente en la portada y contraportada del libro. Por otro lado, pertenecen a ese grupo subgenérico de microrrelatos que podemos definir como hiperbreves, y que de manera recurrente compone Antonio Javier González Pérez. El primero de ellos se titula “Salida laboral” y en él el escritor tinerfeño realiza un juego de palabras realmente curioso (p. 71):

Salida laboral

Cuando le ofrecieron el trabajo no podía creerlo. Ganaría más en siete días que en un año como medallista olímpico de gimnasia deportiva en la especialidad de anillas. Solo tendría que hacer El Cristo durante la Semana Santa.

Ahora vive en la gloria.

El segundo, más conciso aún, se titula “Errata en las Escrituras”, también basado en referencias bíblicas y con un notable sentido del humor (p. 90):

Errata en las Escrituras

Moisés nunca perdonó al karateka que le rompió las tablas.

Desde el aprecio y la consideración hacia sus lectores, no vacila nuestro autor en jugar reiteradamente con los límites de la irreverencia, no sólo cuestionando los hábitos y costumbres de algunos deportistas, sino invitándonos a todos a la reflexión sobre nuestras creencias, basadas con frecuencia en prejuicios e ideas preconcebidas y que, sin embargo, nos llevan más de una vez a caer en estériles e improductivos dogmatismos. En definitiva, encontraremos en Deportistas ejemplares, según nos dice el propio autor en la contraportada del libro, “un pensamiento con rosca que se cuela por la mismísima escuadra; renglones nadados con ingenio; una barra de equilibrio hecha con juegos de palabras; historias concentradas de ácido láctico; jabalinas que hacen volar la imaginación; transiciones entre vocales atacantes y consonantes a la defensiva que obligan a repetir el disparo de la lectura; crónicas construidas con letras de tartán; párrafos agarrados a una pértiga que catapultan espejismos deportivos”.

Darío Hernández, Antonio Javier González Pérez y Basilio Labrador
De izquierda a derecha: Darío Hernández, Antonio Javier González Pérez y Basilio Labrador durante el acto de presentación de Deportistas ejemplares, celebrado el 9 de marzo de 2016 en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias.

 

Notas bibliográficas

  • González Pérez, Antonio Javier (2015). Deportistas ejemplares. Tenerife: Vereda Libros.
    (2012). Sudando tinta. Tenerife: Idea.
Darío Hernández