Excelente reseña de Argenis Monroy, precisa y detallada. Aunque no lo había pensado antes, concuerdo en que el florecimiento del género tiene mucho, quizá demasiado anclaje en el presente, en la violencia desatada, quizá como forma de entenderla o exorcizarla. Quizá como una forma de convivencia non sancta. Gracias, pues, por tan amplia y profunda reflexión.

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