Excelentes comentarios sobre la diatriba interminable y muy cansada de ese autor.

Con respecto a su conclusión respecto a la originalidad, seríamos tal vez demasiado corteses si fuéramos a omitir el “calco mayor” de Castellanos, de apropiarse del título y modelo publicado hace muchos años por Satre: Nausea.

Buscar fama por ofender sin gracia – utilizando además un concepto copiado – carece de mérito alguno.

Responder