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Seis poemas

lunes 27 de noviembre de 2017
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Nature morte au crâne

…………..The room’s smell
sharpened with phosphorus.
Michael Symmons Roberts

Frente al cuadro de Cézanne,
decidió hacer con palabras
una réplica del mundo.

Empezó por la manzana;
forma de pera, brillo de tuna,
olor a fruta de cera.

Y continuó en el fracaso
noche tras noche día tras día,
flores en la cavidad del ojo.

Resolvió entonces perfilar sus letras
cortar las puntas según cada palabra—
restos de ruido aglutinados como hormigas.

Al imaginar la carne humana
ponderó los inconvenientes:

la alteración de los nervios
cuando en presencia de música.

 

La poesía

es sólo parte de la casa;
luz que apuñala una silueta
contra un pasillo, una tostada.

¿O tal vez sólo una osamenta
en un baúl desvencijado,
claro de luna sobre piedra?

¿Agua que brota del costado
de un huesero, agua con sal?,
¿la noche oscura del aedo?

Ebrio de fama y luna, el sol
quiso obligarla a ser su amante
y ella depuso al animal.

La tosca niebla iridiscente,
la peste llega a nuestra mesa.
Tras dar un salto la serpiente—

frío turbante sin cabeza—
desaparece entre las sombras
como acostumbra la sonrisa.

 

Manzamenaz

………………………..your soul as
heavy as your self; sleek, seal-like,
made of light, love, marrow,
milk and honey, made of body.
Michael Symmons Roberts

Por ejemplo, aquella noche de verano,
que se extendió sobre la arena para asediar tu alma,
frotó su espalda contra tus piernas, luego el hocico.

Te acarició después el pelo con las garras
como si el alma fuese fortuna de galleta china,
un lápiz curvo detrás de la oreja, una plegaria.

Se tuvo que ir con las manos vacías. Peor aún,
desgarró el velo de las calles, mientras, onírica,
tu alma de virgen, tu alma tan bruta como tu nombre,
tan deslumbrante y hecha de huesos

 

Bar en el muelle

E. P.

En medio del mar el faro
camina descalzo al desierto.

 

Situación límite

El aire denso como agua muerta,
mientras los cuerpos en el asfalto
que los atrapa, tras levantarse
dan pasos firmes, luego se elevan.

Tal como el vuelo de la mosca en verano
es buceo en gasolina, tal como el viaje
del salmón es hacia el centro de la tierra;
así, esta brisa para los cuerpos flotantes,

entre dos torres de sillar grisáceo
que, en ninguna parte, como la orilla,
la cordillera o el horizonte,
juntan las manos y desaparecen

contra las nubes, detrás de los tejados.
La situación límite permanece
tan invisible como inalterable.
A pesar de innumerables intentos

nadie consigue ver las manos.
Se sabe que para soñar son buenos:
la danza quieta de los cuerpos gloriosos:
cielos y tierra rebalsando mares.

 


 

Cuando el invierno de tus ojos
amanezca
descubrirás
que el sol
cubre las rosas
sólo para que las veas

Carlos Llaza
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