El gran leviatán,
la ira excoriada del olvido y el recuerdo
el gigante insustancial, sin masa, sin cuerpo
sin razón ni enemigo, vehemente arquitecto
constructor de mentiras, dictador del recelo.
Gran maestro del dolor, inexistente, impalpable
sin embargo apreciable, bajo la luz de su farsa
bajo la luz de su hambre, sobre su oscuridad insaciable
en medio de su obra, la estafa, la ley de la duda inacabable.
Soy vida y soy muerte,
soy dominio, soy miedo, soy castigo
el gran juez y verdugo de la nada
y tú, mi culpable sin culpa,
vuestra debilidad es mi fuerza
y mi fuerza es mentira, mi fuerza no existe
pero tu tortura es incalculable,
tu tortura energiza mi ser ilusorio.
Estarás allí, postrado al rencor y la torpeza
Enardeciendo el cuerpo, desgarrando el alma
colmando mi sed de tu sufrimiento,
llenando tu falta de cordura con mi terror engañoso
Y el placer será dolor,
y el dolor será muerte,
y la muerte será vida,
y la vida será carencia,
y la carencia será miseria,
y la miseria será mi placer.
Mas yo no soy,
mas nunca seré,
y jamás fui
Y aun así, sólo tú me darás ser,
en tu rasgada incertidumbre infinita
reverberando falsas razones
perdiendo todo vigor,
perdiendo toda humanidad,
supliendo mi bestial muralla
que separa verdad y blasfemia.
Soy parasítico,
Soy plaga,
Soy mente,
Soy enjambre, y tu agresión me da forma.
Y mi forma es titánica,
mi forma es inamovible,
mi forma eres tú,
arrodillado, resentido,
brazos presionando tu cabeza,
tratando lo inevitable,
el arrancarme de tu cuerpo,
el concluir mi yacer,
mi terrible estadía resuena en tus gritos,
en el rasgar de tu garganta,
en el salvaje extravío de tus ojos,
en el aplastamiento de tu carne,
y la imposición de tus músculos,
hacia la aflicción de tu materia,
y la materia que circunda y se plaga de tu ruina,
se plaga de mí.
Soy vida y soy muerte,
soy nada y lo soy todo al tiempo
aparezco en el infortunio
y me oculto en la realidad.
y tu idea de mí jamás dejará
que pierdas mi nombre.
Soy coloso.
