Bibliofobia
Cuando abra las tapas, me tragará.
Rodarán como sorrascas las viejas ideas
casas del mundo
inmundicias de la tinta
Mira cada línea,
eternamente rectas:
sólidos despojos del alma
Alma hecha nada,
recreada,
Mira, cómo se mueven;
algunas letras están vivas:
son carnívoras.
Letras de carne,
humanas,
caníbales.
Cuando cierre las tapas me tragarán.
Todas las páginas-pájaro
Todas las páginas-pájaro me han sacado los ojos
se han comido mis uñas
me han dejado sin entrañas.
Todas las páginas se han vuelto pájaro
se sostienen de la pluma,
se imprimen en parvadas,
vuelan más allá de la entintada sangre.
No pidas que vuelvan.
Ojalá y no… vuelvan.
Vigía
No la llames por mi nombre
Devuélveme la tranquilidad de las sonrisas únicas
Y no la mires nunca como a mis ojos
No le veas el alma, ni las manos, ni la boca
No escuches el sonido de sus labios;
No tiene el permiso de tu nombre.
No la llames, simplemente no la llames
Que sepa que me llevas dentro
Tan dentro que su sombra no me toca,
Tan dentro que sólo a mi tacto responde cada milímetro de tu piel
Letras pasadas
Todo lo que la mano no toca se quema
y es ceniza,
polvo de lo que alguna vez fue vida,
vida-página, página-idea,
Porque aun fuera de mis dedos,
lejos de mi boca,
porque aún no toca todo lo que soy,
y proviene de todo lo que fui,
Se destruyó ante mi presencia.
Ya nada cerca,
siempre fue externo
y enteramente mío.
Ceniza que cuando no se condensa,
vuela.
Guárdate mis amores
He construido mi patria en tus ojos,
mi sangre no se mueve sin tu boca
y soy sólo si me tocas.
No hay palabra que te exprese,
te me desbordas en toda la poesía,
antes sin sentido, hoy toda tú.
Y quiero llevarte en la piel
como un pedacito de sol
hecho dermis morena.
Te quiero, hormiga de mis venas
luciérnaga en mis sombras
amor entre mis manos.
- Cinco poemas de Guadalupe Meza - lunes 14 de enero de 2019