alguien sobre el pico más alto del mundo toca una trompeta:
las criaturas más bellas y las más infames acuden al llamado
todas se miran en el agua y olvidan su rostro
voces que reclaman tu garganta. voces oscuras. voces que se enredan en tu
lengua y en tus manos. voces que te atrapan
y te encadenan al mar
crean las voces las estatuas, en las faldas herméticas de las
montañas. en el fondo del mar
un día te crearon en mi garganta
las voces del mar tornan a morir
en mi garganta
voces que un día te crearon
hace ya tanta agua
crece un árbol de huesos desolados. tu pelo es un
enjambre de ángeles quemados.
el mar ya no será:
sólo el naufragio
tu voz ya es una con las roncas voces del océano
lejos muy lejos lo que fue tu agonía y tu placer.
te vas. firme y voluptuosa y leve. ya otra. ya
tú misma. ya sólo deseo y agua.
divina sombra:
ya olvido
para entonces: sólo un canto amargo te despertará
por la noche y te llevará mi nombre
…ya podrida astilla de naufragio
el cortejo de lunas es ya un recuerdo en tus ojos
náufragos
la noche nos juntará en lo más hondo:
como un aullido
tu nombre… deja una cicatriz de naves incendiadas
aquí. en océano de mi pecho
- Textos de poeMAR, de Sara Vanegas Coveña - miércoles 19 de junio de 2019