Legado
Amargo y dorado el
pasto sintético
rueda sobre el hambre
del rebaño humano.
La pupila sin ojo filma sin
tregua.
Así,
..en plena tarde
…………..la lluvia
…………………..gotea mansa.
……….Las nubes
….tejen su nido
…………………..en los balcones.
Es ella, la lluvia,
…..la que mece
…………………y arrulla
la que lava por dentro.
Hebras azules de musgo antiguo
trenzan cortezas con la marea.
Bloques dormidos de hielo y fango
urden desiertos de frío y sombra.
Desde la cumbre los cuervos rojos
se precipitan hacia la orilla.
Azota el viento.
En mi tierra
Desde este exilio consentido, lejos de la danza hiriente de Bruselas, asisto al descalabro
de mi tierra.
Árboles talados con las manos, triángulos sintéticos sin hierba, más garajes subterráneos. Seres mudos hacinados junto a un fuego que los hiela, mariposas cojas y cigalas muertas.
En mi tierra
ya no quedan ladridos ni casas con portero, ya no quedan senderos ni huertos cultivados, todo es mole cuadrada de ladrillo, grúa abandonada, estertor de marioneta, hipoteca muerta. Peones oxidados de párpados impedidos, treinta noches con sus días para arañar unos euros.
En mi tierra
engordan más los caciques, bífidas lenguas con púas, torres con el cráneo hueco.
Algún trébol que aún asoma entre zarzas carcomidas huele el aire y se protege
de la estampida.
Las cinco y veintisiete de otra noche que me duele.
El camión roza los suelos arrugado. Cajas mal apiladas se derrumban. Alguna bolsa rasgada o cerrada con descuido deja su rastro de espinas.
Desgarra apenas la niebla un chaleco fluorescente. Un hombre doblado en dos alarga un brazo que es aire. Bolsas y cajas se alzan, vuelan surcando la noche, hasta el vientre del camión gira que gira.
Manos que son todo guantes, olor a dientes muy limpios junto al de col ya podrida.
Y en el estribo apoyada, la enorme bota gastada.
- Acuarela en rama, de María Cristina Casado Alcalde
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