Inventario
Está viva la muerte
entre las calles
vieran cómo va
encasquetada
de plomo
candela de chopos oscuros
incendiando la noche
la muerte con botas
y macanas
igual a guadañas
donde enseñorea el abuso
la muerte de comparendo
la muerte oficiosa y técnica
con imitada brutalidad
de otras muertes
llenando a Bogotá
con estadísticas
alocuciones sobre el orden
de la guerra
y la buena administración
de la muerte
recién parida muerte
al rojo vivo
en pañales la muerte
con bolillo en mano
un ministro
asegura que el orden
vale más que la muerte
y que den gracias
pues los choques eléctricos
son una advertencia
no letal
que mata
porque el orden institucional
es a la vida
lo que la muerte
al orden
en Bogotá
un cerdo ha convertido
el chiquero
el ¡ajúa!
del Estado.
Brindar la noche
Ahí reposa un hombre
que no tenía
otra prueba
del vivir
y sus ganas de brindar
por lo vivido
algo más que silencio
hay en su nombre
un grito en llanto
volando
de sus propias alas.
Peán
El cadáver
de la idea
es visitado por las
palabras
en luto
qué peán
por fin lo inútil
es útil.
Obituario
La buena fe
en catafalco
perseguida por una nube
de moscas
felices por el hambre
del cadáver
de eso
que ennoblece la carroña
la buena fe
ese comercio con el que
el beneficio
ha engordado.
Lectura de Agamenón
“Pesada es la suerte que asumo
mis manos manchadas
con la sangre de mi hija”
La plaza del Estado
entre Los Persas y Agamenón
sostiene el viento duro
Oráculo roto.
La piedra
testigo en apariencia
de la eternidad
afirma
esas cosas han pasado
y seguirán sucediendo
así forja el destino la palabra.
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