Elíseo
La sombra de un árbol
se ahoga en los abisales de un lago.
Sus pétalos mueren;
encuentran sepulcro
en el eclipse.
Y eclipsada está la luna
por flores nacidas
de un olvidado invierno.
Un mirlo posó su nido
en la rama del tiempo
—bajo un tejado
de retoños de cerezo.
Su cantar es la brisa
que arrulla las corolas.
y el susurro que acuna
mi alma exaltada.
Dedos de viento
Una pluma infalible,
en la brisa se perdió.
Su vuelo tortuoso,
pintó estelar rubor.
Dado a muerte
por tus ojos,
en tu mejilla reposó
el moribundo beso
de un solitario gorrión.
Sinaliento
El canto abandonó al abeto
y de las ramas llovieron los recuerdos.
Haikús
Pesa mi alma.
Exhausta la lágrima
que suave cae.
Huele a lluvia
la tersa infinidad
de su abrazo.
Frío torrente:
anhela un refugio,
la golondrina.
Cristal raído,
se empaña al mirar
la luz del alba
- Poemario primero, por Juan Tufano - lunes 16 de agosto de 2021