Esto no es una historia.
Si acaso, un mausoleo
habitado por palabras
que nunca fueron dichas.
Quienes las atesoran fallecieron.
Hoy las conocemos gracias
al flujo constante de agua
que sigue brotando por el gran monte
de carrasca y líquenes salvajes.
Ven……toca aquí
donde duele. Siente
cómo se abre esta ficción
que ocupa el espacio
de lo no documentado.
Ven que, aunque no existo,
tengo memoria. Ilustraré
lo que estás buscando
en forma de víscera
estremeciéndose.
Ahora que vago como animal
….sé asignar el contorno justo
a los anhelos que hasta ayer tuve como humano.
Arrebatado del futuro
….que aún no sé que he perdido
escribo estas cartas que nunca iluminarán tus ojos.
Las palabras se esconderán
….en todos los cuerpos
para hablar el braille de las vísceras
……..que un día
…………revelarán mi nombre.
¿Podrá un país bendecido por la muerte
crecer más alto que sus heridas?
El odio se defiende a mordiscos de su propia ineptitud
hasta golpear mortalmente a sus hijos más audaces.
Invoca al asesino porque no existe la persuasión
que pueda esquivar el sueño alado de las utopías.
Como sentimiento voluntario, el odio crece en aquellos
capaces de arrasar su imperio por no soportar su belleza.
……….Dejo que la nada se me abra dentro
………………….para mirarnos hasta
…………………………..el fondo
……..encuentro……………………sin esperarlo
……………el vacío…………….descompuesto
……………….en cristales……gaseosos
……………………..junto al liquen.
…………Abandonada de todos los tejidos
…………………frecuento sin demora
…………………….todas las épocas
………………………y sus amores
…………………………paganos.
- Poemas de Ficatum, de Marta Cambronero Garbajosa - miércoles 6 de julio de 2022