Quisiera tender tu esqueleto
en mi cama y besar
la frente de tu calavera
Tenderme también yo
tomar tus carpos y falanges
entre mis manos
y así muy juntos
contarte de mi viudez de años
alimentada por la nostalgia
de mi empedernida soledad
de lo vacías que están las calles….la ciudad
la proyectada casa
sin tu presencia
Cantarte la única
canción que bailamos
y luego dormirme
a tu lado
para siempre
Imaginaré que tus húmeros
cubitos y radios me estrechan
que una de mis manos
acaricia tus cervicales
y la otra se posa en tu clavícula
mi cabeza y tu calavera
muy juntas mientras
bailamos aquella canción
de otro tiempo
Sólo huesos
viejos y secos
Huesos que no se olvidan
fácilmente
¿Cómo le digo a este corazón
que ya no eres el mismo
que la oscuridad te esconde?
¿Cómo le hago entender al cuerpo
que su fuego no basta
para darte vida?
El pensamiento vuela
Abstraída en la eterna sonrisa
que ahora te acompaña
acaricio tus temporales
tus arcos zigomáticos
tus maxilares
En algún lugar
suena nuestra canción
poso mi cabeza
en lo que fue tu hombro
y me quedo aferrada
a tu esqueleto
Sentada al borde de la cama
acariciaría tu esternón
cada una de tus costillas
dibujaría muy suavemente
el arco de tu ilíaco
pasearía mi mano por el vasto
campo coxal y luego
la deslizaría hacia tu pubis
mientras recito
cerca del peñasco de tu temporal
el poema 15 de Neruda
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