
El pétalo incaíble
Tame Canteros
Ilustración de portada: Miguel Colombo
Poesía
Halley Ediciones
Buenos Aires (Argentina), 2023
ISBN: 978-987-8276-38-0
84 páginas
Primer hogar
cuando fui niña
construía casas donde fuera
debajo de la mesa
adentro de la cuna de mi hermana
abriendo las puertas del ropero
era preciso improvisar uniones
entre elementos que encontraba por ahí
y el mueble que había sido invadido
recuerdo con especial asombro
una que construí
entre los rosales, uniendo ramas con telas
formando paredes débiles
el techo precario dejaba pasar
los rayos de sol
me habré hecho de manteles, sábanas y cortinas
a todos los debió haber
atravesado alguna espina
gusanos hormigas abejas
se habrán posado sobre sus hilos
la trama debió haberse
alterado
algún agujero
probablemente le hayan hecho
sin embargo
yo me recuerdo feliz
la fragancia de las rosas
lo cubría todo
Por fin mi tristeza
era una mañana blanca
y mi tristeza ya no pesaba tanto
las gaviotas venían del norte
me entretuve un rato
imaginando el mensaje que traían
y así mi tristeza ya no pesaba tanto
decidí que esa danza alegre
que dibujaban en el cielo
era algo que me concernía
y entonces mi tristeza ya no pesaba tanto
las conté, conté sus alas, sus picos
sus plumas conté
contar me distraía de mi pena
y en ese juego mi tristeza ya no pesaba tanto
de repente un sonido
un poco humano, un poco acuático
me reveló que el mensaje
no venía del cielo
venía de lo profundo del mar
huyeron las gaviotas
y una sirena surgió
entre olas bravas
una danza de otro orden
nuestras miradas se unieron
en un fugaz recuerdo
y por fin mi tristeza ya no pesaba tanto
Pájara busca
me pájaro la desflor
en el ajeno ojo mío
el más de adentro
dentro mío
lo ajeno y lo mío
como una flor
o un pájaro
afónico de tanto flor
aquí y allá
para nunca dar con el tono justo
Aire
el afán por nombrar
puede llegar a ser brutal
las palabras vienen
en una unidad de medida
que ignoro
algunas apenas me rozan
pasan de largo
como átomos del aire
que siempre están y
nunca tocan nada
otras me clavan la daga
en el ojo mudo
en la boca ciega
y entonces el oído
ya no quiere escuchar nada
al afán por nombrar
hay que marcarle límites
a la palabra dicha
hay que marcarle límites
a la palabra callada
la que suena más fuerte
hay que marcarle límites
un pero, un sí vacilante
un siempre insostenible
me provocan un tsunami
me agrietan la garganta
el cuerpo emite el temblor
mi mente siente la náusea
por eso les digo
hay que marcar límites
al afán de nombrar
de llenar huecos
que a lo mejor
no necesitan llenarse
necesitan que el aire
les entre
y no les hable
Un dos tres
podría uno pensar
que es sólo un montón de
ladrillos
pero la intuición dicta
que es algo más
a veces me pierdo
en mi barrio, no hace falta ir muy lejos
unas voces extrañas
y familiares a la vez
me cuentan unas
historias
de lógicas que no comprendo
a las que adhiero
sin pensar
porque sí
a veces puedo ser la más idiota
hasta que
me detengo
porque en algún momento
hasta el más atropellado
se para y pide un vaso de agua
a mí se me da por
volver a casa
de un plumazo callo a todas esas
voces serpentinas
y digo
ahora hablo yo
cuando atravieso ese montón de
ladrillos
siento que habito
por fin
mi propio cuerpo
me reconozco en cada afirmación
por más insensata que sea
¿pero saben qué?
estoy en mi casa
ese montón de ladrillos
que construí y que
si cuento hasta tres
dinamito cuando quiero
- El pétalo incaíble, de Tame Canteros
(selección) - viernes 22 de septiembre de 2023