El escritor venezolano Camilo Balza Donatti murió el domingo 27 de septiembre a los 93 años, según informó el sello Sultana del Lago. Nativo de Mapire (Anzoátegui), el autor se radicó en el Zulia a finales de la década de 1950 y llegó a ser individuo de número de la Academia de Historia de ese estado occidental.
El poeta y narrador se mantenía activo en las redes y, además de anunciar la próxima apertura de un perfil en Instagram, interactuaba con el público en Facebook, donde publicaba textos propios y reflexiones diversas. En su último mensaje en esa red, el 23 de septiembre, agradece a sus seguidores: “Para todos mis más expresivas Gracias y que siga viviendo la Poesía, como una de las religiones que nos queda. Gracias y un abrazo afectuoso para todos”.
También crítico, investigador literario, abogado, periodista y educador, Balza Donatti, quien había nacido el 7 de enero de 1927, fue un acucioso investigador de la literatura venezolana. Sultana del Lago agrega en su comunicado que preparaba la edición de Poemas ecuatoriales, su más reciente libro, para el 7 de noviembre.
Fue fundador de la revista Provincia e integrante del grupo Signo en San Cristóbal, coordinador general y director de publicaciones del Instituto Zuliano de la Cultura y presidente de la seccional Zulia de la Asociación de Escritores de Venezuela.
Desde 1951 era locutor; además ejerció el periodismo en El Luchador de Ciudad Bolívar (1946), fue corresponsal del diario El Nacional en esa misma ciudad y redactor de las revistas La Esfera y Élite, así como colaborador de la Revista Nacional de Cultura y de El Nacional, El Universal, Panorama y Vanguardia (San Cristóbal), entre otros medios.
Las primeras publicaciones de Balza Donatti fueron los poemarios Tierra del corazón y Canto al Lago de Maracaibo, ambos de 1950, además de Aspectos venezolanos, de 1955, año en que también se publica en Madrid su libro Reino de soledad.
Fue autor también de los poemarios Los días abandonados (1965), Las vertientes (1973), Zumba que zumba: versos de la tierra (1973), Sonetos del campo y del amor (1975), Los estuarios vacíos (1983), Trópicos (1998), Desnuda permanencia (2002), Arquero de la noche (2003), Breviario terrenal (2006), Las vigilias ausentes (2007), Imágenes para el contraste (2012) y Octosílabos del horizonte (2013), entre otros títulos.
Publicó asimismo el libro de cuentos Las catedrales azules (1993) y diversos estudios de literatura venezolana e hispanoamericana, así como semblanzas y ediciones críticas de Elías Sánchez Rubio, Emiliano Hernández y Udón Pérez. Igualmente dejó inédita, entre otras obras importantes, una monumental antología titulada Dos siglos de poesía en el Zulia.
Reconocido en 2017 con la Orden San Sebastián, de la Alcaldía de Maracaibo, y en 2019 con la Orden Juan Besson, de la Academia de Historia del Estado Zulia, fue ganador del primer premio del Concurso de Cuentos y de Ensayos de la Gobernación del Zulia (1977); del Primer Premio Regional de Literatura Jesús Enrique Lossada, mención Cuento (1993), otorgado por la Gobernación del Zulia, y de la I Bienal José Vicente Abreu, mención Poesía, con Octosílabos del horizonte (2013), entre otros reconocimientos literarios.
Fuente: Sultana del Lago
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