La paleta con la que Max Aub dibujó los “Campalans”, así como libros y revistas, forman parte del legado in memoriam depositado el lunes 24 de julio en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, en Madrid, por la fundación que lleva el nombre del escritor español, representada por su nieta, Teresa Álvarez, quien la preside.
En el acto también estuvieron presentes la escritora Marta Sanz, que ejerció como testigo de honor, y el poeta Luis García Montero, director del Cervantes, quien destacó “la conciencia de la historia y de la dignidad humana” que tenía el escritor: “Quedar significaba mantener la memoria, una forma de buscar arraigo, de tener un sentido digno de pertenencia”.
La caja 901 de la antigua bóveda acorazada de la institución alberga así tres facsímiles publicados por la Fundación Max Aub y donados a perpetuidad a la Biblioteca Patrimonial del Cervantes; las primeras ediciones de las revistas Crímenes Ejemplares (1957) y Sala de Espera (1960), la publicación El Correo de Euclides, con la que Aub felicitaba las navidades, y la paleta que Max Aub utilizó para pintar los “Campalans”, dibujos y pinturas que supuestamente creó el pintor cubista Jusep Torres Campalans y que en realidad fue un personaje inventado por el escritor, protagonista de una de sus obras más traducidas, Jusep Torres Campalans (1958).
Además, el Instituto Cervantes añadió al legado las primeras ediciones de los libros Diario de Djelfa (1944), Cuentos ciertos (1955), La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco (1969) y Campo de sangre (1945), tercer volumen de su serie sobre la guerra civil española, El laberinto mágico.
García Montero repasó los tiempos tan difíciles que tuvo que vivir Aub (las dos guerras mundiales, la guerra civil española, campos de concentración, años de exilio en México) y subrayó que el escritor “representa esa manera de trasmitir la memoria como parte del sentido de pertenencia. Con sus Campos recibió la herencia de Galdós para dejar un camino por el que han seguido trabajando los escritores españoles en la actualidad”.
El director del Cervantes agregó que, “para Aub, lo importante no fue vencer o ser derrotado, estar o ser desterrado, lo importante fue dar testimonio de la dignidad humana con la que debe enfrentarse cualquier azar”.
“Conviene recordar la historia para que nadie nos engañe. Para darle sentido a la palabra quedar y a la palabra escribir. Se escribe para quedar, para dejar testimonio humano de la verdad y eso es lo que queremos hacer con los legados: comprometernos con la verdad”, concluyó García Montero.
Sanz, por su parte, destacó la importancia de este legado como “reivindicación y recuperación” de la figura del autor: “La Transición no fue del todo justa con Max Aub. Estamos a tiempo de reparar estas injusticias y colocarle en el gran lugar que se merece en la historia de la literatura española”.
Novelista, dramaturgo, poeta y crítico español de origen francés y alemán, Max Aub Mohrenwitz (París, 1903; México DF, 1972) fue un prolífico autor con una obra llena de un humor lúcido y una certera crítica de su tiempo.
Siendo un niño, su familia se trasladó a España y en los años 20 empezó a escribir teatro experimental. Preocupado desde su juventud por la realidad social y política de España se comprometió con la República y colaboró con el escritor francés André Malraux en la película sobre la guerra civil Sierra de Teruel (1945).
En 1942 llegó a México como exiliado, tras pasar por campos de concentración en Francia y Argelia. Allí se ganó la vida gracias al periodismo y al cine ejerciendo de autor, coautor, director y traductor de guiones.
En el exilio escribió lo mejor de su obra: las seis novelas y los numerosos relatos que constituyen El laberinto mágico, otras dos grandes novelas con tema español (Las buenas intenciones y La calle de Valverde) y su obra más traducida, Jusep Torres Campalans, biografía del personaje inventado por el escritor cuyas cartas/dibujos se han entregado en el legado.
Autor de innumerables cuentos y obras teatrales, varios libros de ensayos literarios y una historia de la literatura española, la fama de Max Aub llegó a España, donde la censura no permitió que se publicase nada hasta entrada la década de los sesenta.
Este legado cierra el año de conmemoraciones que se han celebrado desde julio de 2022 con motivo del 50º aniversario del fallecimiento de Max Aub y los veinticinco años de la constitución de la Fundación Max Aub, entidad reconocida con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes en diciembre de 2021.
Fuente: Instituto Cervantes
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