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Maruja Vieira, la “Mama grande” de la poesía colombiana, murió a los cien años

sábado 28 de octubre de 2023
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Maruja Vieira
Vieira fue testigo y protagonista de todo un siglo de la historia y la literatura de su país.

La centenaria poeta, ensayista, periodista y catedrática colombiana Maruja Vieira, quien fuera testigo y protagonista de todo un siglo de la historia y la literatura de su país, falleció la noche del sábado 27 de octubre en la clínica Marly, en Bogotá, donde había recibido atención médica los últimos días.

La autora, quien también destacó como gestora cultural y defensora de los derechos de la mujer, fue acompañada en todo momento por su hija, la también poeta Ana Mercedes Vivas, quien notificó del deceso en redes sociales usando estos versos: “La muerte en nuestra casa / cumplió su fiel palabra, / todo fue tan sencillo / como el partir de un barco”.

Nacida en Manizales en 1922, María Vieira White escribiría más de veinte libros de poesía que serían traducidos al inglés, francés, húngaro, alemán y ruso, entre otros idiomas. En 1943 conoció al poeta chileno Pablo Neruda, quien le sugirió que firmara sus obras como Maruja Vieira.

La “Mama grande de la poesía en Colombia”, como la bautizaría en 2012 el también poeta Gonzalo Mallarino, publicó en 1946 sus primeros poemas y artículos en el Suplemento Literario del diario El Tiempo y en 1947 su primer libro, Campanario de lluvia.

Además de mantener por muchos años su “Columna de humo” en el diario El Espectador, fue colaboradora de El Nacional, El País y El Heraldo, de Colombia; de El Universal, de Caracas —ciudad donde trabajó para la Radio Nacional de Venezuela y la Televisora Nacional—, y de otros periódicos y revistas de América Latina. También dirigió programas de radio y televisión. Fue redactora de Siglorama en el periódico El Siglo, de Bogotá, y redactora y editora cultural de la revista Guion.

Vieira trabajaba en los almacenes J. Glottman, de Bogotá, y tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, y los disturbios que se produjeron como consecuencia del hecho, ató la bandera con su cinturón negro y la exhibió en la vitrina del almacén, como muestra del luto nacional.

En 1950, por la persecución política, se exilió en Venezuela, presentó en televisión un programa de periodismo cultural de la mano del director de cine Román Chalbaud. En 1959 contrajo matrimonio con el profesor, poeta y periodista caucano José María Vivas Balcázar, quien murió un año después, en 1960, a causa de un infarto. Del matrimonio nació Ana Mercedes.

Fue impulsora del Servicio Nacional de Empleo, en el Servicio Nacional de Aprendizaje de Cali, donde se desempeñó como directora de Relaciones Públicas durante doce años; fue asesora de la Dirección de Colcultura y jefa de Comunicaciones de ese instituto, hoy Ministerio de Cultura de Colombia. Después dedicó su vida a la cátedra universitaria, en las universidades Central y de la Sabana.

Por doce años ejerció la Secretaría General del PEN Club Colombia, que la nombraría posteriormente miembro honoraria. Fue también socia honoraria del Círculo de Periodistas de Bogotá —en cuya fundación participó—, miembro de la Sociedad Bolivariana de Colombia, miembro de honor de la Academia Colombiana de la Lengua y correspondiente hispanoamericana de la Real Academia Española.

En su larga vida entabló amistad con escritores de la talla de Alejo Carpentier, Miguel Ángel Asturias, Arturo Uslar Pietri, Nicolás Guillén, León de Greiff, Elisa Mújica, Meira del Mar, Dora Castellanos y Matilde Espinosa.

Publicó, entre otros títulos, Campanario de lluvia (1947), Los poemas de enero (1951), Poesía (1951), Palabras de la ausencia (1953), Ciudad Remanso, Popayán (1955), Clave mínima (1965), Mis propias palabras (1986), Tiempo de vivir (1992), Sombra del amor (1998), Todo lo que era mío (2008), Rompecabezas (2010), Todo el amor buscando mi corazón (2012), Antología personal (2017) y Una ventana al atardecer (2019).

Entre los muchos reconocimientos que recibió se encuentran el premio de la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral (2005) en grado de Gran Oficial, que recibió de manos del presidente de Chile, Ricardo Lagos. Además, el premio Erato de la Corporación Arte y Poesía en la Calle (2009), del municipio de Sabaneta (Antioquia), y el premio Vida y Obra (2012), del Ministerio de la Cultura de Colombia. En 2022 fue condecorada con la Orden Nacional al Mérito en grado de Gran Cruz, de manos del canciller de Colombia, Álvaro Leyva Durán.

Al cumplir cien años, en diciembre de 2022, se realizó una gran lectura virtual de su poesía en la que participaron cien personajes de la cultura, así como ciudadanos, estudiantes y amigos. La autora donó toda su biblioteca a la Universidad de Caldas, con libros firmados por Neruda, Rafael Alberti, sus álbumes de autógrafos, el soneto que Miguel Ángel Asturias y Miguel Otero Silva le escribieron, el verso que le dedicó Nicolás Guillén y el trozo de un concierto manuscrito que le hizo Heitor Villa-Lobos. Sus libros se pueden descargar gratuitamente en su web, marujavieira.com.

Fuentes: El ColombianoEl Tiempo
Letralia

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