La escritora muerta
Núria Añó
Novela
2018
ISBN: 9781981078950
143 páginas
¿Qué cambia desde el punto de vista del lector cuando la escritura es en sí misma una apuesta novelada? ¿La escritura, convertida en su propia metáfora creativa, puede convertirse en una historia? En La escritora muerta, las respuestas a estas preguntas se leen a través de dos relaciones que la escritora, Núria Añó, teje con una maestría que va muy lejos y ahonda en la exploración del individuo contemporáneo. Esta exploración debe mucho a una fijación escénica del mundo y de los seres: los espacios recorridos, el intercambio de miradas y otras que pasan inadvertidas, los animales casi humanos y los humanos brutales o desesperados que permanecen con/en sus cuerpos sufrientes o que quedan desplazados con respecto a los demás. Una novela que borra a sabiendas todos los matices nacionales y geográficos para alojarse dentro de otro posible desconocido, la provincia de los humanos como diría Elias Canetti, a la vez provincia y mundo en sí.
En consecuencia, los personajes del argumento, Anna, Hans, Berta y Emil, son en realidad la trama de unas relaciones psicoanalíticas complejas entre el deseo, el amor y la autorrealización que ponen en juego las relaciones de simetría entre familias, generaciones y la verdadera soledad. Por un lado, las polaridades entre las dos familias de Berta y de Hans no son tan claras, pues no significan solamente la polaridad entre la burguesía de la escritura y de la música (Anna y su hija) y la clase obrera de la cocina y de la caza (Hans, su padre, su madre). La novela da lugar de ese modo a similitudes en cuanto a soledad, incomprensión e incomunicación: las tentativas de suicidio de la adolescente Clara / los traumas de Anna o incluso la virilidad huidiza de Hans / el machismo manipulador de Emil.
El lector quedará muy complacido con la lectura, sólo la sugerencia de que viaje con esta novela, un viaje real.
Por otro lado, los personajes de la novela que se escribe en profundidad, como la de Anna (o de N) mujer fuerte y a la vez frágil que rechaza lo absurdo de su maternidad y de un amor que la traumatiza desde hace años: M (o Emil), a la vez narrador, personaje y quimera de un pasado que estimula su escritura hasta el punto de impedir que diga sí a la vida más allá de la ficción, por ejemplo, esa loca atracción por el prometido de su hija, Berta. Dentro de esta otra novela, la de la escritora muerta que da legítimamente título al libro, uno asiste al trabajo paciente y minucioso pero también atroz del mundo interior del escritor(a). Las palabras que no llegan a decirse y otras que se dicen sin pensar, las palabras que quieren decir otra cosa son el bello y frágil arte firmado por Núria Añó.
El lector quedará muy complacido con la lectura, sólo la sugerencia de que viaje con esta novela, un viaje real. Y quedará sinceramente tocado por la humanidad de sus personajes y de su fragilidad, tal vez incluso se reconozca. De humor, no le va a faltar. ¡Muy buena lectura!
- El viaje real de La escritora muerta, de Núria Añó - miércoles 22 de abril de 2020