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Patricia Schaefer Röder conjuga variedad y experimentación en A la sombra del mango

miércoles 29 de abril de 2020
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“A la sombra del mango”, de Patricia Schaefer Röder
A la sombra del mango, de Patricia Schaefer Röder (Scriba NYC, 2019). Disponible en Amazon

A la sombra del mango
Patricia Schaefer Röder
Cuentos
Ediciones Scriba NYC
San Juan (Puerto Rico), 2019
ISBN: 978-1-7326767-5-6
132 páginas

El libro reúne 45 relatos breves en los que la fábula y la imaginación van de la mano con un tratamiento lúdico del lenguaje.

En el año 2010, bajo su sello Ediciones Scriba NYC, Patricia Schaefer Röder publicó su primer libro, Yara y otras historias, que enfoca al ser humano en la búsqueda de su naturaleza esencial y su retorno a ella. Ahora la escritora venezolana sorprende con esta nueva publicación, A la sombra del mango, en el que se pone de manifiesto su dominio del relato breve.

El libro, que consta de 45 relatos breves que abordan realidades como las relaciones humanas y la búsqueda de la felicidad en la actualidad, es de cierta manera una introspección de los recuerdos de una época menos complicada, de una vida imaginaria o, incluso, de una vida por vivir.

Publicado en el año 2019 y también bajo el sello Ediciones Scriba NYC, A la sombra del mango representa un punto de inflexión en la obra de la autora, quien ha construido su voz con base en una multiplicidad de temas que van desde la añoranza de la infancia hasta lo fantástico, desde el amor hasta la violencia, desde la política hasta la conciencia de género.

 

Algunos de los relatos de Schaefer Röder abrevan del absurdo y de lo onírico.

A la sombra del mango y la variedad temática

Residenciada desde 2004 en Puerto Rico —después de haber vivido en Alemania y Estados Unidos—, Patricia Schaefer Röder es una autora que imprime un especial énfasis al tratamiento del lenguaje. Ello es evidente en la pulcritud de estos textos que hoy nos presenta como parte de A la sombra del mango, en los que la variedad temática va de la mano con una perspectiva rigurosa, pero a la vez lúdica, de la palabra.

Narrativa hecha poesía, algunos de los relatos de Schaefer Röder abrevan del absurdo y de lo onírico para expresar profundos estados de un complejo ser interior, como en “La nada”:

Caminaba con paso apurado, pendiente de no chocar con la multitud que iba en todas direcciones, cuando de pronto, desapareció el suelo bajo sus pies. Cayó, cayó, cayó libremente, sin nada alrededor a lo cual pudiera asirse, hasta que el golpe le confirmó que había llegado. Sus pupilas tardaron un poco en dilatarse.

La reflexión construida en forma de parábola también está presente en relatos que plantean realidades universales a partir de anécdotas aparentemente triviales, como en “El bardo”:

Era un hombre sencillo como sus versos, que viajaba de pueblo en pueblo. De manera llana, cantaba acerca de los árboles santos del bosque, del viento embrujado en la montaña, del murmullo con que el agua del río enamoraba a las algas. Con palabras directas y un tanto de picardía, relataba cómo los hombres cazaban al jabalí y las mujeres lo guisaban con verduras del huerto. Describía la construcción de las casas de madera y heno, la forma de atender a las gallinas, los juegos de los niños y las fiestas de la aldea.

Incluso en los textos que guardan más relación con una realidad que el lector podrá adivinar en ocasiones autobiográfica, Schaefer Röder cuida al máximo el detalle y moldea el lenguaje para que el relato vaya más allá del hecho relatado. Es el caso de “Intercambio”, en el que la reiteración de una frase al principio de cada párrafo (“Una jovencita venezolana se fue a Europa por unos meses en un intercambio estudiantil…”) establece un ritmo casi musical:

Una jovencita venezolana se fue a Europa por unos meses en un intercambio estudiantil, emocionada porque iba a conocer gente diferente, lugares distintos, costumbres particulares que no guardan relación con las que ella practica (…). Una jovencita venezolana se fue a Europa por unos meses en un intercambio estudiantil y durante ese tiempo logró vivir, por primera vez, la vida normal de una familia promedio en cualquier lugar del resto del mundo civilizado.

En el prólogo del libro, además, la ensayista Alba Corina Valadez Solís destaca otros valores de la diversidad temática de A la sombra del mango: personajes que se enfrentan a cambios definitivos en sus vidas; historias en las que los vocablos empleados dictan el cariz del relato; la reflexión que puede adquirir tonalidades de antifábula; la llegada del amor; la reconfiguración de las mujeres por sí mismas, o incluso el análisis sociopolítico.

 

Composiciones como estas le dan al lector una experiencia lúdica desde los bordes mismos de la creación literaria.

A la sombra del mango y la experimentación literaria

Por si fuera poco todo lo ya mencionado, y que ya bastaría para recomendar la lectura de este libro singular, Patricia Schaefer Röder echa mano de su dominio de la lengua —la autora es una competente traductora con importantes trabajos en ese rubro— para regalarnos algunos relatos en los que prevalece el elemento lúdico sin menoscabar ni la belleza de la narrativa ni el sentido de los textos.

No dudamos que será una agradable sorpresa para el lector encontrar estos cuentos en los que Schaefer Röder exprime las posibilidades formales del idioma. Y será una sorpresa que llegará rápido, pues ya el tercer relato, “Amor”, es un tautograma, una composición en la que cada palabra comienza con la misma letra que, en el caso del cuento mencionado es, por supuesto, la a:

Amaneciendo, Ana abrazaba a Andrea. Afroditas asidas al auténtico antojo, ánimas ávidas atrapaban arterias apretadas alrededor, anilladas, anudadas, alucinando arenas ardientes, antorchas apocalípticas avolcanadas, apezonadas. Aunque avanzaban ansiosas, aquellas amantes anunciaban al ambiente aludes amorosos, arrinconando al atributo arrobado.

De otro orden, y quizás con un grado más de complejidad, están los monovocalismos, en los que toda la historia es contada con palabras que tienen una única vocal. El relato titulado “En el Edén” es un ejemplo:

En el regente Edén, Pepe Méndez es el tercer ente en envejecer. Tere Verne emerge del éter desde el frente. Se estremece, teme, perece; debe beber té verde del tete del nene. Célebre, Ernest Scherer entremete gente pelele de menesteres rebeldes, plebe del deber. “¡Esmérense, refléjense!”, espeté.

Pero están también los tautosiglamas, un tipo particular de experimento literario que fue concebido por Schaefer Röder y que consiste en escribir una historia con palabras que comiencen por cada una de las letras del título, que funciona así como un acrónimo. Para que la idea quede clara, unas líneas del cuento “BAR”:

Bebiendo, Alba recordaba buenas anécdotas, risueña. Beto abría ruidoso botellas ámbar repletas, borbotantes, ansiadas. Reunían bravos algunas rosas bonitas. Aquellas rápidas bondades alimentaban rústicos brazos, alianzas retóricas. Brandy, aguardiente, rones baratos, Amaretto, Raki, bourbon, Aquavit, Rigas, Boukha, Asbach, Ratafia, bitter, aguas, rosso…

Composiciones como estas no sólo representan un exigente desafío para el autor, que debe hacer pasar sus posibilidades de expresión a través de rendijas muy pequeñas y delicadas, sino que también le dan al lector una experiencia lúdica desde los bordes mismos de la creación literaria.

 

La venezolana dicta talleres de escritura creativa y sanadora, estos últimos dirigidos principalmente a sobrevivientes de violencia doméstica.

Patricia Schaefer Röder, una autora polifacética

No sorprenden la diversidad ni la audacia de este libro singular cuando pensamos en las varias facetas creativas y profesionales de Patricia Schaefer Röder, una caraqueña que estudió Biología pero que se dedicó a la literatura no sólo desde la creación, que le ha dado importantes reconocimientos, sino también como editora y como traductora.

Entre sus traducciones literarias al español hay literatura infantil, poesía y canciones; además, las novelas El mundo oculto (The World Unseen), de la autora británica Shamim Sarif, y Por la ruta escarlata (The Reddening Path) y Mi dulce curiosidad (My Sweet Curiosity), ambas de la escritora canadiense Amanda Hale. Mi dulce curiosidad recibió en 2019 el primer premio en traducción de novela de ficción en los International Latino Book Awards (ILBA), en Los Ángeles, Estados Unidos.

Schaefer Röder como autora ha obtenido diversos galardones: entre otros, el primer premio en narrativa del XX Concurso Literario del Instituto de Cultura Peruana en Miami, Estados Unidos, por su cuento “Ignacio”. Cuentos y poemas de su autoría han sido incluidos en antologías como Crónicas del huracán María: voces para la historia y Divina: la mujer en veinte voces, que recibió segundo premio en ficción por varios autores en los ILBA 2019.

Para compartir su experiencia, la venezolana dicta talleres de escritura creativa y sanadora, estos últimos dirigidos principalmente a sobrevivientes de violencia doméstica. Igualmente, mantiene una columna sobre literatura en la revista de la Universidad de Guadalajara (México).

Asimismo, en Siglema 575: poesía minimalista, Schaefer Röder propone una novedosa forma poética que ha tenido gran aceptación internacional. Como parte del esfuerzo por darla a conocer, organiza desde 2015 el Certamen Internacional de Siglema 575 “Di lo que quieres decir”, del cual se publica anualmente una antología que incluye los mejores poemas del concurso, y que recibió segundo premio en poemario por varios autores en los ILBA 2019. Nuestra escritora es, además, miembro de la International Society of Latino Authors, y colaboradora de Letralia desde 2012.

Letralia

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