A medio camino entre el manual de instrucciones y el tratado de filosofía de la edición, Cómo editar y publicar un libro: el dilema del autor, de la poeta y editora venezolana Carmen Verde Arocha, fue presentado el 7 de noviembre en Caracas. “Dedicarse a la edición de libros es elegir una nueva forma de vivir”, dice Verde Arocha en el capítulo que hoy presentamos a nuestros lectores. “Ser editor es hallar una vocación de servicio, en un oficio al que uno se dedicará toda la vida. Se comienza a pensar y vivir en función de los libros. Crear una editorial no hace editor a nadie, aunque legalmente reciba esa designación. A un editor lo hacen el riesgo, el esfuerzo, la disciplina, la constancia y la entrega y los años de aprendizaje”.
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El ensayista español Pedro García Cueto expone algunos paralelismos entre la obra poética del contemporáneo Francisco Brines y la de Luis Cernuda, de cuya muerte se han cumplido cincuenta años el 5 de noviembre. “Brines sabe que Cernuda es un poeta que vive la ansiedad de lo ideal, un hombre que se desgasta por pensar en una vida mejor, un ser que sufre en la monótona realidad y que aspira a una mayor celebración de la vida a través del arte”.
Artículos y reportajes

La historia de América interpretada por los americanos. Tal fue la premisa de la que partió Alejo Carpentier cuando se embarcó —nunca mejor dicho— en la empresa de narrar, a través del crisol del Caribe, los viajes de Colón y los primeros contactos entre Europa y América. La investigadora española Irene López Rodríguez desmenuza en este trabajo la novela El arpa y la sombra, en la que el escritor cubano dota a Colón de humanidad y, en el proceso, lo despoja de un carácter épico que tuvo mucho de autoatribuido. “La palabra como mecanismo generador de la realidad, como signo de un sistema lingüístico y cultural que permite la codificación de la historia y, sobre todo, como arma de poder, articula la novela El arpa y la sombra. Carpentier, consciente de que la historia de América ha sido escrita con un código europeo, se propone descodificar el mensaje establecido por Colón y los conquistadores para recodificar la verdadera realidad americana”.
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Una mujer que muere en extrañas circunstancias y los obstáculos que desde las autoridades locales impiden que la verdad salga a la luz son los componentes principales de El fantasma de la Caballero, una novela en la que el venezolano Norberto José Olivar pone en práctica su proverbial habilidad para mezclar el género negro, el terror y la historiografía. La escritora e investigadora Georgina Uzcátegui Gómez analiza a través de esta novela la forma como las ciudades van construyendo la visión que tienen de sí mismas. “La historia de una ciudad que se muestra evasiva cuando se asoma un indagador que pretende descorrer el velo que cubre su otra cara menos cívica, más abyecta, humana siempre, encuentra en esta novela claves y coordenadas que despliegan un mapa con el que poder guiarnos para entender la conjunción necesaria entre imaginario, historia y ficción”.
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Más de cuarenta años separan a estas novelas emblemáticas de las escritoras españolas Dulce Chacón y Ana María Matute, pero es posible encontrar varios puntos de coincidencia entre ambas, más allá del retrato que configuran de la época franquista, a través de la ambientación, la forma narrativa, la arquetipación de los personajes y el lenguaje, como intenta demostrar la investigadora mexicana Herlinda Flores Badillo. “Existe un paralelismo en las narraciones de las dos novelas antes mencionadas, obras separadas por más de cuarenta años, pero unidas por un mismo hilo conductor: las características que marcaron la época de la guerra y la posguerra”.
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