Poemas
Saturno Acevedo
Criaturas de la noche
Criaturas de la noche
sonámbulos del día
cuando la luz quemó tus pupilas
arrancó el vampiro de mi piel.
Criaturas de la noche
cadáveres del sol de mediodía
los huesos roen tu miel
ávidos de hiel
diligentes en la destrucción
pública y púbica de mi ser.
Criaturas de la noche
del cementerio a la rutina
nostálgicos de luna
de vino y sus caricias
ovillados morimos con el alba
renacemos en la tarde sangría.
Voces
Necesito un rito urgente
un bautismo
o ir de emergencia
al dentista mental.
Cualquier funeraria
es bienvenida
a la subasta de mi cuerpo
donde la mejor florista
que coleccione las flores
de mi ingenio.
Tantas son las voces
que gritan mi soledad.
Poligamia
Polígamo de mí mismo
en homenaje a los troncos viejos
juego al escondite con mi ser.
Estoy cansado de este hemisferio
de tantas distracciones de la muerte
ojos que palidecen
uñas encanecidas
etílica saliva
abotagada conciencia
polvo viejo de camino.
Vuelvo, vuelvo ya
dejo atrás la dispersión
el carnaval mental
las osamentas celebradas
en homenaje a mí mismo
a ese polígamo maldito
vuelvo, vuelvo ya.
Confabulario
Me fabulaste oscuro, denso
caballo sin herraduras
de manos sabias y lengua amable
yinyang de la ternura.
Te fabulé hermosa, iridiscente
mullido cuerpo sin ataduras
preñada de amor y de humedad
yinyang de la ternura.
Confabulamos dos mentiras
para animar la porfía
de dos pellejos sin vida.
Venéreo espectáculo fue
terco desafío al escándalo
un presumido diccionario de amor
un trillado chisme de barrio.
La hostia verde
Tú no existes, yo tampoco
existe la mitad
los insterticios
los alveolos.
Existe una hostia verde
un anillo de moho
el deseo de mojarnos juntos
y secarnos solos.
Tú no existes, yo tampoco
existe el diálogo
el cine
el final de catálogo.
Existe la tregua del sudor
el bostezo estomacal
gritos con canas
y espirales sin desatar.
De no tenerte
¡Qué brújula manía de mirarme!
Tanto ahínco en mis cejas
tantos vellos en mi vientre.
Escribir un poema de amor
sería más responsable con mis días
con la caricia de mi muerte
o no escribir, mejor,
sin guillotinas de papel
sin tintas distracciones.
Duermo con mis manos agarrotadas
de no tenerte.
Quisiera hoy ser uno más
con terquedad mental
y una hipoteca a 30 años.
Esta noche desespero por comerte.
Las crepitaciones de tu nombre
son ingratas a mis cenizas encendidas.
Respirar
Solo
la noche sin arrugas
cita con la nostalgia
la misma calle sin salida.
La tristeza socava su sonrisa
la sal cristaliza sus ojos
quédate, dijo la voz,
respira.
Un vidrio implacable
corre por las venas
lastima los poros.
Respira.
Todo tristeza
vitral de melacolía
quemadura de sol.
Respira.
Nostalgia de un ángel caído
No niego que ya sentimos nostalgia de tu futuro
ni que nuestra muerte era necesaria
para agrietar tu crustácea constitución.
Es cierto que fui ángel caído
en la gracia de amarte
de mis alas entumecidas
nacieron cuatro extremidades
de mis plumas hice la almohada
donde descansó tu libertad.
Olvidé tu desvarío para hacerme uno contigo
comí tu cena, dormí tu siesta
y como tú fui bufón del reloj.
Sudé más de un cuerpo
me multipliqué en pensamientos
hasta volverme cuerdo
entre tu ser sin ser
y tu no ser siendo.
Ya es tiempo de que cese el tiempo
y las espirales se vuelvan fuego
tiempo de que caminemos sobre el mar
y nuestras alas retoñen al viento.
De tus simulacros cedieron los cimientos
y tu cuerpo volvió al polvo
el temor olvidó su nombre
uno somos entre los escombros.