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Noticias
Murió Manuel González Navarrete. Un escritor de la Tierra de Letras dejó de transitar por sus parajes en diciembre, en sus plenos 39.
Miguel Hernández, inédito. Una revista española publica un poema, hasta ahora inédito, de Miguel Hernández, probablemente de 1937.
Casa de las Américas publica veredicto. Sergio Ramírez y Daniel Chavarría son dos de los escritores favorecidos este año con uno de los premios más prestigiosos del continente.
Huidobro afrancesado. La Editorial Universitaria de Chile publicó un volumen de poemas de Vicente Huidobro escritos originalmente en francés.
Un computista y un actor en la academia. Dos días antes de que el actor Fernando Fernán-Gómez ingresara a la RAE, la institución aceptaba la inclusión en sus filas del lingüista informático Guillermo Rojo.

Paso de río
Brevísimos y rápidos del río que atraviesa la Tierra de Letras.

Literatura en Internet
Miguel Hernández. Su biografía, sus textos y sus fotos configuran un justo homenaje a la memoria del poeta.

Artículos y reportajes
Pepe y Luis Báez. Una nueva y deliciosa crónica de infancia del autor español Octavio Santana Suárez.
La cruzada de los niños de la calle. Seis autores latinoamericanos presentan este alegato contra las crueldades de la pobreza. El español Salvador Enríquez describe el montaje.

Sala de ensayo
La narrativa histórica contemporánea en Doña Inés contra el olvido. El ensayista venezolano Antonio Isea explora la manera como un autor puede valerse de la ficcionalización de la realidad.
La transculturación en Fernando Ortiz. La investigadora cubana Gladys Portuondo toma la extensa obra de Ortiz como punto de partida para analizar el fenómeno de la transculturación.

Letras de la
Tierra de Letras

Inventario
Max Bembo
El cargador
Jorge Pereyra
Poemas
Ricardo Edmundo Sánchez
Tiempo de
Daniel I. Ginerman
Papeles de Finibusterre
Jorge Carlos Alegret
La deuda del mar
Daniel Montoya
Poemas para levantar a un muerto
Javier Alvarado
Camila
Stella Maris González Chuquel
Dos poemas
Ernesto García Saldívar
Dos cuentos
Gabriel Blanco de la Portilla
Poemas
Carlos Dimeo
Cosas de leones
Benito Martínez
Regalo de bodas
Patricio Morales Erch

El buzón de la
Tierra de Letras

Direcciones de escritores
Sobre Ramón de Campoamor
Puzo y sus secuaces


Una producción de JGJ Binaria
Cagua, estado Aragua, Venezuela
info@letralia.com
Resolución óptima: 800x600
Todos los derechos reservados. ©JGJ Binaria

Jorge Gómez Jiménez
Editor

Letralia, Tierra de Letras Edición Nº 86
7 de febrero
de 2000
Cagua, Venezuela

Editorial Letralia
Itinerario
Cómo se aprende a escribir
info@letralia.com
La revista de los escritores hispanoamericanos en Internet
Letras de la Tierra de Letras

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Inventario

Max Bembo

    (Nota del editor: Bembo es uno de los más singulares escritores emergentes en Venezuela. Su poema Inventario acaba de ser publicado en el volumen Inventario y otros textos, en una coedición en la que participaron el autor y El Laberinto de Letras).

    Al lector: Inventario, más que un poema, es un conjunto de diapositivas que plasman las vivencias del autor, que pueden ser las tuyas. Como un rompecabezas, toma los fragmentos con los que te identifiques y agrega los que tú pienses que hagan falta y arma tu propio poema.

Yo
que en recogimiento místico
me extravié
por los pasadizos secretos
de mi fuero íntimo

que conociendo el vivir del mundo
me atuve rigurosamente
a las reglas de la discreción

que guardoso de mi intimidad
aguanté hasta la asfixia
el respirar del poema

que con mínimas palabras
me resolví
en las urgencias del decir

que poseído por el alma en pena
de quién-sabe-qué-poeta-maldito
di fiel cumplimiento
a los deberes poéticos de la no poesía

que ganoso de violar las normas
nunca fui regocijo de las musas
ni cosa que se le parezca

que soñé con ser
uno de los pandilleros del Chino
y me hice el dormido
tratando de seguir mi sueño

que asumí el riesgo
y lo reduje a proverbio
hasta convertirlo en credo y fe
de muchedumbres

que asido al mango de mi vieja guitarra
                                  sin cuerdas
entoné un nuevo himno
cuando el Gloria al bravo pueblo
se nos desmoronaba en los labios
al compás de una balada

que sin saber lo que buscaba
me maté por conseguirlo
porque no creo en búsquedas
sino en hallazgos
que me aclimaté
intemperie piel adentro
al infierno de la poesía

que en logro del poema sentí
cómo se desaguaba mi alma
en un inconmensurable orgasmo

que a lo largo de mi vida
impacienté la muerte
rozando la eternidad del verso

que brindé
por quien se celebra en la poesía
                           doblemente
como quien celebra sus bodas
                   con un cuchillo

que agudicé el silencio
como punta de alfiler
en mis renuncias

que la represión paterna
me hizo insociable
hasta conmigo mismo
que imaginé el hogar
donde pude haber nacido
y que pude haber formado
con torturante nostalgia

que fui para vergüenza de los míos
aprendiz de todo
y oficial de nada

que asumí los gastos
en término de nosotros
poniendo en juego
mi razón de existir

que en espontáneos arranques de ternura
compartí con la muerte
la mesa del hogar ofendido

que la irreverencia
la barba y la pluma
fueron estandarte de mi cruzada

que ciertamente envejecí
enlaberintado
en un comportarme
idealmente ciudadano

que traté de hacer
deshaciendo la verdad más cruda
una mentira piadosa

que omnisufriente
se me murió el deseo por dentro
de tanto despecho patrio

que devuelto a la vida
bajo libertad condicional
me despojé
de toda conciencia de riesgo

que con oscuros y escasos estudios
contrarresté
la gonorrea del academicismo

que devotamente comulgué con la idea
                                   del suicidio
como válvula de escape
puerta de emergencia
escalera de incendios

que saqué partido a la miseria
viendo cómo el hambre
mejoraba mi figura

que olvidé el santo y seña
donde la suerte y la muerte
hacían de casamenteros

que escapé del laberinto ciudadano
pudriéndome de lástima
en plena sazón

que reconocí entre mis tantos males
el ardentísimo furor
de la irreverencia

que tuve todas las razones
que puede tener un hombre
para claudicar
y no lo hice por obstinación

que cuando digo estoy harto
es porque me encuentro en el borde
de lo impredecible

que si de imposibles se trata
irrumpo
desde mis más profundas depresiones

que abusé de los vicios
para expiar mis culpas
y combatir mis demonios

que con el Dios mío en los labios
cometí todos los pecados del mundo
sin traicionar a nadie

que contemplé
a través de espejos encontrados
cómo se espantaban de mí
los fantasmas de la marihuana
que respeté
hasta el extremo del vértigo
la bohemia y sus estatutos

que fui para las mujeres
un caso terrible de timidez
producto de una mente
enferma y retorcida

que tocado por todas las pasiones
amé y odié
con la misma intensidad
y al mismo tiempo

que el amor lo hice con arrechera
con besos y caricias que aporrean
para que nazca varón

que crucifiqué
mi beso en el sexo
de tanta mujer sin rostro
que corrompí las costumbres
con doctrinas perniciosas
en medio de un profundo
desorden moral

que a despecho de apariencias
no fui lo que quise
sino lo que soy

que sólo la poesía
hizo cambiar de ritmo
los golpes de mi corazón

que cerqué los linderos de mi fe
con alambre de púas
electrificado

que resistí
todos los embates
con beligerancia

que me gané el respeto
con el mismo gesto
de asco y repugnancia
que me gané la vida
que todo reconocimiento
dejó en mi paladar
el azúcar bruto de la venganza

que mi punto vulnerable
sólo fue el maldito miedo
a no tener miedo

que en vez de aprobar reglamentos
los quebranté
exponiéndome a la maledicencia
                       de los ruines

que en trance de convertirme
por un ideal
se me descascajaron
las paredes del alma

que al entrar en años
la forma de exteriorizarme
fue recurrir al doble hasta hacerme trizas
y para eso se necesitan agallas

que obligado en mi circularidad
cambié
para seguir siendo nadie
que en vez de levantar la voz
para protestar contra todo
me sumí
en un férreo silencio reaccionario

que invertí
todas las horas de mi vida
en tan nobles empresas
de las que salí doblemente enmierdecido

que ante la proximidad de la muerte
vuelvo a las cuartillas
del inconcluso manifiesto

que a decir de los demás
no peco
pero incomodo

que creí
que lo estaba haciendo
tan bien

Hoy    desde mi altura de hombre
evoco con agrio orgullo
mi protagonismo
en esta lamentable historia


       

Indice de esta edición

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