Editorial La ventaja de los lectores. Mientras los editores de España debaten el concepto de libro, los lectores siguen leyendo como si no pasara nada.
Noticias Soprano galardonada. La estadounidense Barbara Hendricks obtuvo el premio Príncipe de Asturias. ¿Qué demonios es un libro? Los editores españoles se reúnen en Bilbao para redimensionar el concepto de libro, obligados por las nuevas tecnologías. Feria tranquila. La Feria Internacional del Libro de Madrid terminó sin que se registraran problemas con las listas de los libros más vendidos, como sí ocurrió en ediciones anteriores. Hernán Zamora gana premio Paz Castillo. El poeta letraliano se alzó con este importante premio por su poemario Desde el espejo del baño. Medellín, allá vamos. El Festival Internacional de Poesía de Medellín está a punto de comenzar.
Paso de río
Brevísimos y rápidos del río que atraviesa la Tierra de Letras.
Literatura en Internet Panfleto Negro. Una revista venezolana plena de un grueso aliento urbano y panfletario.
Sala de ensayo La magia de la pelota. Tan cotidiana, no podría pensarse que la pelota haya representado alguna vez al cosmos. El escritor ecuatoriano Édgar Allan García se pasea por el juego de pelota a través de los tiempos.
Déjame regalarte un poema en blanco,
que al leerlo
tus ojos lo impregnen con tu ser,
ser tu punto de partida.
Tu principio y fin,
el fin de tu principio
y el principio de tu fin.
Sediento de agua nueva,
nuevo de los pies a la cabeza,
cabeza de plomo, corazón de madera,
madera que arde con un beso,
beso que nada con carrera,
carrera que no alcanza ni a la nada,
nada que pinta lontananza,
lontananza que se tiñe de frambuesa,
frambuesa que sabe a pureza,
pureza que come yerbabuena,
yerbabuena que cree ser malahierba,
malahierba que ciñe tu cadera,
cadera que empapa agonía,
agonía de oler tu negativa,
negativa que tiembla mi entereza,
entereza que añora tu presencia,
presencia que ilumina mi existencia,
existencia que sueña con tu ser.
Ser tu punto de partida.
Paraíso
Hoy desperté
en el sendero inverosímil
de tu cuerpo,
naufragando en la tempestad
de tu cabello,
sumergiéndome en el cielo
de tus ojos,
volando por el horizonte
de tu cuello,
aterrizando en las nubes
de tus pechos,
escalando la mejestuosidad
de tus caderas
resbalándome
por tus muslos
de miel.
Y no es que no me guste
bajar por tus muslos,
pero siempre he preferido
subirlos a contracorriente.
Entré en catarsis
entre el secreto de vivir
y la paz del morir.
Caminé extenuado
por tu vientre de arena,
caí en el tibio oasis
de tu ombligo
Me morí dos vidas,
resucité en cada poro,
en cada aliento
y en cada latido.
Recobré fuerzas
para derraparme
por la primavera
de tu espalda,
salté hasta el milagro
de tus manos.
Imploré volver a morir,
nunca merecí un paraíso.
Pero ya era
demasiado tarde
nunca más mi tacto
quiso profanarse,
nunca más
tuve dominio
de ninguno de mis sentidos.
Miserias
Cansado te dejarás abatir
por tus infiernos,
tus cielos resultarán insuficientes,
tus abismos se hundirán contigo,
tus derrotas te abrazarán fuertemente,
tus victorias te abandonarán sin permiso,
tus amores perdidos encontrarán su salida,
tus odios te morderán la conciencia,
tus suicidios te invitarán a mirarte,
tus laberintos te confundirán a destiempo,
tus encierros te cazarán los ensueños.
Cansado te dejarás abatir
y tus lágrimas hervirán tus venas
disecadas de muerte
disecadas de vida,
y tu vida exigirá mi recuerdo
y mi recuerdo rancio olerá a nuevo.
Cansado te dejarás abatir
moribundo de miedo
con miedo de muerte,
traicionado por tu reflejo
reflejado en tu traición.
Cansado te dejarás abatir
carcomido por tus entrañas,
tus dudas te castrarán sin piedad tu alma,
tus insultos te cauterizarán tu lengua
tus orgullos te menguarán tu imagen rota,
tus miserias profundas te escupirán venganza,
tus lastimas te abortarán el ego cansado.
Cansado te dejarás abatir,
tus culpas te atraparán en un saco sin fondo
y en un saco sin fondo
querras buscar un pedazo de tu desollada humanidad
y tu desollada humanidad
se arrastrará hasta mi mirada
implorando perdón
y mi mirada te quemará
tu esperanza aberrante.
Y cansado te dejarás abatir
por ti,
para mí.