Qué maravilloso trabajo que se explica por sí solo y que no voy a comentar porque le tengo mucho miedo a eso que se llama poesía. Quiero rendir mas bien un medio homenaje a Magaly Salazar y a José Pulido, desde mis recuerdos. Hoy estoy sensible para estas cosas, pué.
Cuando yo cursaba el 2do año de bachillerato aquí en La Guaira , nos mandaron a investigar sobre el teatro. Entonces cuatro muchachitos de 13 o 14 años decidimos ir a al diario El Nacional en Puerto Escondido. El portero nos dijo que todos los periodistas estaban ocupados y que iba a ver si alguien en culturales nos atendía; nos recibió José Pulido con una amabilidad, paciencia y conocimiento admirables, mientras nosotros tomábamos notas en nuestros cuadernos. Ya. El nombre del periodista y escritor se me quedaría grabado toda la vida y no hay manera de que no recuerde ese encuentro cada vez que escucho la palabra Teatro.
A pesar de que llegué a compartir muchas veces con Magaly Salazar en eventos académicos dentro y fuera del Instituto Pedagógico de Caracas, debo confesar, con mucha pena, que estoy descubriendo a Magaly, la mujer, a través de esta entrevista. La mujer a la que llegué a ver cómo estimulaba en niños de temprana escolaridad el sentimiento poético, sin escatimar en esfuerzos, sin fines de lucro y obsequiándole a los pequeños las galletas que ella misma cocina.
En síntesis, y en conclusión apretada, siento que estos dos profesionales conservan ese don de gente, de humano, de luz. Además de por lo que han hecho en la academia, por algo que se le ha olvidado a un gentío por ahí: el atender con amor, con disciplina, con responsabilidad y sabiduría a los niños. Punto.

Responder