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Dos crímenes, de Jorge Ibargüengoitia

sábado 4 de noviembre de 2017
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Jorge Ibargüengoitia
En la novela Dos crímenes encontramos la confluencia de características que están presentes en la obra de Ibargüengoitia.
“Dos crímenes”, de Jorge Ibargüengoitía
Disponible en Amazon

Dos crímenes
Jorge Ibargüengoitia
Editorial Planeta Mexicana
México, 1999
ISBN: 968-406-918-9
212 pp.

El siglo XX en la literatura mexicana fue muy prolífico en manos de los intelectuales que tenían a su cargo diseñar la identidad del nuevo canon mexicano y dejar el molde europeo que rigió la literatura del siglo XIX. En ese mar de intelectuales que poblaban las aguas de las letras mexicanas el nombre de Jorge Ibargüengoitia (1928-1983) parecía perderse entre las grandes obras. Resulta que Jorge Ibargüengoitia no era tan apreciado por la crítica de su tiempo; según Juan Villoro, eso podría radicar en tres factores: el primero por la dificultad de considerar el humor como parte de la alta cultura, el segundo serían las discrepancias con los críticos de la época y el tercero la desacralización de la historia, cosa que pudo interpretarse como gran atrevimiento por parte de Ibargüengoitia.

Si el lector se dedica a hacer una búsqueda de información sobre Jorge Ibargüengoitia, encontrará que su primera etapa estuvo en la dramaturgia, lo cual se ve reflejado en su narrativa. Los diálogos entre los personajes son parte esencial de los textos al igual que la ambientación y la tensión dentro de la trama. Su prosa ágil, directa, que ridiculiza, logra que el lector empatice con las líneas que está leyendo y que no se pierda dentro de un texto complicado; al contrario, presenta individuos simples y tramas simples, pero articuladas con maestría.

En la novela Dos crímenes encontramos la confluencia de características que están presentes en la obra de Ibargüengoitia: los lugares de provincia, los personajes cínicos y la mirada crítica, por mencionar los más. En ella, el autor retrató los aires provincianos que tanto frecuentaba en los textos; esta vez no es Cuévano el lugar central, pero Muérdago, donde se desarrolla la historia, queda muy cerca. De esta manera, conoceremos las costumbres de Muérdago que, aunque ficticio, representa lo que son todavía algunas provincias del país: “lugares tranquilos” en los que todos saben la vida de sus conocidos y se rumorea hasta lo que no.

La historia comienza con Marcos celebrando una reunión con sus amigos y su pareja “La Chamuca”. Capítulo uno, problema uno: Marcos aloja en su casa a un compañero de trabajo, Evodio Alcocer, que está implicado en un crimen vandálico; el protagonista y su novia, ante esta situación, y considerando sus antecedentes revolucionarios, deciden huir mientras las cosas se solucionan, la Chamuca parte a Jerez con su prima y Marcos se va a Muérdago, donde vive su tío Ramón, con el propósito de obtener dinero que le permita vivir mientras está prófugo.

La intriga es tal que pareciera una novela policiaca. Y el final, como se espera, es inesperado.

Los personajes no pueden dividirse en buenos y malos, todos son ruines y cínicos, unos más que otros. El protagonista no es el individuo ejemplar; sin embargo, su situación genera empatía y de esta forma justifica su descaro. Cuando entra en contacto con su familia de provincia, veremos que las envidias, las mentiras, la avaricia y las intrigas son el pan de cada día. El tío Ramón está enfermo y, como no tiene familia directa, sus sobrinos cuidan de él con el propósito de obtener una parte de la herencia, que es bastante grande, siendo Ramón el hombre más rico de la región. La llegada de Marcos supone una amenaza para ellos, y es aquí donde aparece el momento de mayor tensión en la novela.

Entre disputas y disgustos, el erotismo sale a relucir en esta obra. Mientras el protagonista idea cómo obtener el dinero de su tío, se involucra con su prima Amalia y con la hija de ésta, Lucero. Es aquí donde resalta la habilidad de unir tramas, un conflicto se une con otro y esto terminará por definir los crímenes a los que hace alusión el título. La intriga es tal que pareciera una novela policiaca. Y el final, como se espera, es inesperado.

De Ibargüengoitia resalta la crítica social que hace desde una visión de novelista histórico, de aquel que retrata el contexto desde los detalles cotidianos y que con historias disparatadas, aun sin pretender el humorismo, rescatan gran parte de la realidad.

Marisol Herrera Carrillo
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