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La ola detenida, de Juan Carlos Méndez Guédez

sábado 11 de noviembre de 2017
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“La ola detenida”, de Juan Carlos Méndez Guédez
La ola detenida, de Juan Carlos Méndez Guédez (HarperCollins, 2017). Disponible en Amazon

Hay ciudades que quedaron marcadas para la historia por hechos puntuales de violencia, como el Nueva York del 11 de septiembre de 2001 por el atentado y derrumbe de las torres del World Trade Center; la caída de Saigón del 30 de abril de 1975 o el Bogotazo también un 30 de abril, pero de 1948, tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán.

Otras ciudades se asocian con una época continuada de violencia, como el Chicago de los gangsters de los años 30 o el Medellín de Pablo Escobar y los carteles de la droga de los años 80. Con el paso del tiempo, los episodios puntuales o contextuales de violencia han sido objeto de novelas, ensayos, filmes y más recientemente de series de televisión. El caso de Venezuela, y muy especialmente de su capital, Caracas, deberá inscribirse en la segunda categoría mencionada. Como una lenta pero inexorable telaraña, el crimen y la violencia se han ido apoderando de los espacios, del tiempo, de los ritos, costumbres, imaginario, narrativa y forma de vida de los caraqueños, arrinconados, perseguidos, hostigados por una delincuencia utilizada como herramienta política y de control social del régimen gobernante.

Pero esta anómala, contradictoria y sintomática posmodernidad de la delincuencia organizada, por fortuna, si es que cabe la expresión ante una desgracia descomunal, ya comienza a ser narrada por los escritores venezolanos.

Se acercó al tema Jesús Miguel Martínez, con su novela La ciudad de las tormentas, finalista del premio Planeta 2014. Pero quien consigue retratar de forma magistral la violencia de la Caracas de 2017 es sin duda Juan Carlos Méndez Guédez con su recién publicada novela La ola detenida (HarperCollins Ibérica, 2017), presentada el miércoles 8 de noviembre en Madrid, en donde reside el escritor, y que se pondrá a la venta en América Latina en 2018. Otro texto, pero de relatos, va en esa tendencia. Se publicó en Caracas y se presentó en el marco de la primera semana Negra Caracas 2017. Se trata del libro Relatos de la Orilla Negra V., de la editorial Lector Cómplice, con eje temático central la violencia, que incluye relatos tanto de Martínez como de Méndez y de otros quince escritores venezolanos que hablan, cuentan y narran de la violencia en sus múltiples y laberínticas formas.

Pero La ola detenida de Méndez Guédez merece especial atención. El texto de contraportada del libro muestra un abrebocas de su contenido:

Caracas es la ciudad más peligrosa del mundo, y allí se ha perdido el rastro de la española Begoña, hija díscola de un influyente político conservador. Para averiguar su paradero, la familia de la chica contrata a Magdalena Yaracuy, una detective que para resolver sus casos combina la santería, las artes marciales y una certera puntería con las armas de fuego. Pero la desaparición de Begoña se complica. Crímenes sanguinarios, grupos paramilitares, secuestradores, narcotraficantes y militares corruptos rodean el mundo de esta muchacha que quizá ha cometido el error de enterarse de peligrosos secretos en un país aplastado por la escasez, el miedo y la violencia. Magdalena Yaracuy, un personaje enamoradizo y divertido que los lectores no podrán olvidar, deberá echar mano de su agudeza, su intuición y en una feroz carrera contra el tiempo.

La habilidad y fluidez narrativa de Juan Carlos Méndez Guédez combina e incorpora elementos identificables para el prevenido lector venezolano, con sonados casos de la vida real fácilmente identificables o la actuación de los ultraviolentos “colectivos”; todo mezclado con el día a día de la violencia generalizada, el atraco anónimo, el crimen casual, la escasez, las penurias, el miedo, la tristeza, la suciedad y la miseria de la Caracas actual, comparada con la ciudad pacífica, alegre, desenvuelta, llena de esperanza, bonanza y bienes de consumo que la protagonista Magdalena Yaracuy conoció, vivió y disfrutó en sus años de estudiante en la Universidad Central de Venezuela y de profesora suplente en liceos de Los Cortijos.

Magdalena Yaracuy disfruta a plenitud y en total libertad su sensualidad, su sexualidad y su vida, es una ciudadana del mundo y de la modernidad, con valores y raíces que convierten lo local en universal.

La espina dorsal, la estructura fundamental, el eje central de La ola detenida, lo constituye el imperdible y maravillosamente bien logrado personaje Magdalena Yaracuy. Al escritor parecen fascinarle los personajes femeninos. Su novela anterior la protagoniza madame Kalalú, una muy hábil estafadora internacional, una “farsante” según la propia Magdalena Yaracuy, quien no deja de hacer guiños a otros personajes de ficción, como al policía Gumersindo Peña creado por quien escribe esta nota. La nueva protagonista de Méndez Guédez es una mujer madura, inteligente e intuitiva, encarnación de la venezolanidad, no especialmente bella, nariz achatada, labios gruesos, piel pálida y felinos ojos verdes, pero es llamativa y agradable, formada en el culto a María Lionza en las montañas de Sorte, en su esencia espiritual y sanadora, diosa protectora y dueña de las lagunas, ríos y cascadas, madre de la naturaleza y reina del amor, imagen muy lejana de los desvirtuados ritos de sacrificio de animales y otras santerías televisivas.

Magdalena Yaracuy vive en Madrid y está intentado poner distancia y ordenar sus sentimientos. José María, un exitoso empresario, ha entrado quizás demasiado en su vida. Pero es contactada y contratada por la familia de la joven española desaparecida en Caracas y sus inquietudes personales pasarán a un segundo plano.

Magdalena Yaracuy disfruta a plenitud y en total libertad su sensualidad, su sexualidad y su vida, es una ciudadana del mundo y de la modernidad, con valores y raíces que convierten lo local en universal, lo ancestral en cotidiano, lo mágico en racional… Disfruta tanto de la música clásica como de la popular, de un exquisito museo como de un buen polvo… Se ha ganado una sólida reputación internacional resolviendo casos difíciles al margen de investigaciones oficiales o de agencias privadas. Tiene sus propios métodos, sus percepciones, sus creencias y confianza, goza a veces del esporádico apoyo de su fe y de la inquebrantable visión de su justicia particular, que no duda en golpear o disparar primero y preventivamente a amigos o enemigos, o de sublevarse y hacer pronta justicia ante discriminaciones, xenofobias, acosos u otras actitudes que ella no soporta. Magdalena Yaracuy tendrá más que razones y oportunidades para aplicar e imponer su particular sentido del orden en la trama caraqueña que, en la medida en la que se acerca a un posible final, se complica al extremo.

La ola detenida de Juan Carlos Méndez Guédez, que nos pasea con naturalidad y desparpajo por Madrid, Aix-en-Provence y Caracas, es una novela de 316 páginas que se lee de un tirón.

Antes se sabía de Venezuela por el abundante petróleo y las incomparables reinas y mises de belleza. A partir de La ola detenida se comenzará a percibir y a difundir que esos estereotipos fueron desplazados y sustituidos por la sangre, el miedo y la violencia y como tal; su capital, Caracas, será proyectada en nuestro mundo globalizado, ya no sólo como un sitio poco recomendable para hacer turismo o pasearse por sus calles, sino como epicentro y encarnación del mal…

Y por si fuera poco, La ola detenida de Juan Carlos Méndez Guédez, que nos pasea con naturalidad y desparpajo por Madrid, Aix-en-Provence y Caracas, es una novela de 316 páginas que se lee de un tirón.

Marcos Tarre Briceño
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