Acerca de la palabra imán
Alfredo Herrera Flores
Poesía
Grupo Editorial Hijos de la Lluvia
Juliaca (Perú), 2020
ISBN: 978-612-4177-75-0
86 páginas
A unas horas de que falleciera el poeta cubano José Lezama Lima se imprimía su libro Fragmentos a su imán, un hermoso conjunto de poemas escrito en ese tramo liminar de su vida en donde el poeta avizora todo el recorrido de su obra como un camino hacia el imán. La vida son fragmentos que finalmente van hacia algo, que son atraídos hacia ese algo. Ese algo es la poesía, pero más que decir la palabra poética, es lo que la palabra ostenta en su movimiento perpetuo. Y aquello es el deseo, el imán es el constante e irremediable deseo que está hecho de palabras.
Pero si bien esa fuerza o magnetismo del imán se caracteriza por atraer los objetos hacia sí; también, en caso sean de polos iguales, los rechaza. Es la metáfora de la vida. Todos los elementos de la naturaleza están en constante movimiento de atracción y de repulsión. Sin embargo, los seres humanos somos más complejos que esa simple ley. Pues tanto como ser capaces de atraer a los polos opuestos, el humano es capaz de transformar lo semejante en distinto. Y aquí radica el alcance final de la poesía, de su destreza retórica y poética. La poesía es capaz de transformar las cosas mediante la metáfora, la sinécdoque y demás figuras, para lograr la conjunción armónica del todo.
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La poesía es el imán que atrae lo alto y lo bajo, la luz y la oscuridad, lo bueno y lo malo, el sonido y el silencio. Y por eso lo que más se le parece es el amor. El amor, que tal vez no sea más que una metáfora, también posee esa capacidad de atracción indiscriminada. Y de esta relación del amor con la poesía y con el imán es el tema del nuevo libro de Alfredo Herrera Flores, titulado Acerca de la palabra imán. “Mi corazón es un imán absoluto”, declara en el poema “Verdadera historia inventada”, lo cual también podría ser cambiado a “el poema es un imán absoluto”. Por eso en el poema “Nocturno de la palabra imán” nos dice a modo de metapoesía mientras hace una suerte de invocación: “Una palabra para remplazar la palabra noche: / imán, por ejemplo. / Imán de luz, imán de abril, o de lunes; / imán de agua, de afán, imán de lluvia o viento, / de llanto y ansia por ti”.
Vamos viendo que el amor es un imán, y que la fuerza latente es el deseo. Entonces falta lo que atrae, y esto lo vemos en el poema que lleva el título del libro, sobre todo en la estrofa central que cito completamente:
Diría alguien que soy un hombre triste,
sombrío, inmerso en una rara serenidad,
como si todo el tiempo mirara al mar,
y tendría razón.
Otro alguien diría que soy un hombre feliz,
que disfruto esta calma que me da el tiempo y
los recuerdos de los que vivo, y tendría razón.
Esa dualidad está superada por el imán del amor del poeta que está más allá de la razón, o de la razón práctica y utilitaria de la vida común y corriente. Y es por este espíritu transgresor del poeta que su lenguaje rompe temporalidades, estéticas y normativas.
La poesía, más que llegar a la definición de algo, como podría ser la palabra imán, es el acercarse, es el anhelo, es el deseo de llegar o atraer a esa palabra u objeto. José Lezama Lima no llegó a ver su libro impreso, la muerte le impidió ese placer. Pero quizás no le hizo falta. Él, hace tiempo, ya se había convertido en un imán colosal. Y, seguramente, hoy, Alfredo Herrera Flores también lo es.
Sus textos publicados antes de 2015
155 • 167 • 169 • 171
- Acerca de la palabra imán, de Alfredo Herrera Flores - miércoles 12 de mayo de 2021
