Quizá la arruga
Nos han dado la tierra
Pero
también nos dieron
este hueco
en los ojos
este furor astilla
este
llover de suelo hacia dentro
esta mordedura
de hueso
esta memoria color
de
sed
Del exilio
¿Dónde quedó la puerta
PADRE
el sol que no pesa en la garganta
¿A dónde
sin estar en lo dejado
si la piedra
—–no rima
en tierra ajena
y el solo se nos hizo
muy de gallo
Ausencia
a la familia Mosquera Barraza
La casa
se echa andar por la ventana
Retorna sin sol
y sacude al gallo para que despierte
Toma lugar en la mesa
pero el pan no le habla
Contempla conojos de anciana
cada mueble
cada rincón
y se queda de pie
en la punta
de
una
espina
Casa de arcilla
Me falta tierra
—–para nombrarte
y un poco más de altura en lo roto
Me falta la espina
—-de caer en mí
La vocal de piel
————-que te levanta
Me falta pausa
para reinventarte
para desvestir la palabra
con un soplo
de ternura
Retrato
a mi madre
Su boca
teje lo roto en mi costado
Su mano
——–es una casa larga
donde el sueño no empina
Ella era el sin nombre
—–y yo la llamé cala
Desde entonces
———no se habita
Escucha un pájaro y se laguna
Me mira a los ojos y anochece
Poema
a Alfredo Chacón
Presencia que se empina
en el hueco de ser
y con la sin tierra en la mirada
nos desanda
así
en un solo de pájaro
La casa
¿Quién trajo esa puerta
¿Quién alzó tanta lejura en la palabra
¿A quién dio por mojar
lo más hombre
Si a fin de nada
————-nunca supimos estar hondo
y de tanta rotura
sol ahora
nos empieza por nacer
Infancia
Perdimos
la puerta del patio
y con ella
tanta lejura
¿Qué se hicieron
las paredes de barro
el café con olor a sueño
y el gallo aquel que se quedó
para siempre
bajo la lluvia
Osario
De aquella casa
algo despierta en la boca
Y esta calle que nos crece en lejura
y esta sequía
que se alarga en lo callado
Tanto amanecer
en lluvia
Tanta laguna en la palabra
Y ahora esta ceniza
que nos tiene en grieta
y este crepitar que nos habita
en el verbo.
Amanecer
Nadie se toca
la mordedura de tierra en el costado
Por eso el gallo se niega tres veces
como un acto de ternura
Maracaibo
En este furor
de ahuecar el día
el sol desanda el filo de la altura
y se nos acuesta
muy adentro
como un grito en los ojos
Solamada
Andar
con el hueso en la pupila
y respirar
su rajadura de fiebre
Si llover es cosa de otro sueño
Si habitar al filo es el amén de esta tierra
que nos sube
a la boca
con una poca
de nunca
- Poemas de Luis Eduardo Barraza - miércoles 23 de septiembre de 2015