
Estos seis poetas peruanos son inéditos y estos son sus primeros poemas, fruto del trabajo que llevaron a cabo en el taller “La disciplina del goce”, dirigido por la poeta Andrea Cabel. Los poetas aquí reunidos vienen de diferentes áreas: son militares, administradores, empresarios, ingenieros, y vienen de Lima, Ayacucho y Cajamarca, tres provincias distintas y muy representativas del Perú. Vale la pena leerlos. Vale la pena leer cómo nacen nuevos poetas que tienen todo un futuro y un presente de poesía. Los presento con todo mi cariño, y con muchas ganas de que las fronteras se conviertan en puentes, como lo son los mismos versos.
Andrea Cabel
Kenki Ibáñez
Cajamarca, 1992. Poeta y administrador. Ha participado en el taller “La disciplina del goce” de Andrea Cabel.
Hombre amarillo
El hombre amarillo, el amarillo,
pretende vender su hielo
………………………………derretido
con este frío
de pecho, hueso
y alma.
Agua de una añoranza
de un río que no ha sido
y no será,
El amarillo, a cuatro patas
en bolsas sucias de color muerto
silba su mano sierpe
señal de duelo
y el hielo ya no está.
La sed empieza, inoportuna
la vida, inoportuna,
de nuevo el óvalo, huevo huero,
la tarde fruto maduro cae a podrirse en fango de noche
y hielo perdido entre las manos
y las bolsas que han sudado.
El hombre amarillo, el amarillo,
recién hombre, recién nacido
…………………………………………(bienvenido)
da cuenta de su condición a sí mismo:
Nada tengo, nada soy.
Fernando Dolores
Lima, 1988. Es egresado de la carrera de Ingeniería Mecánica de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Su blog Paraje hostil, creado en 2006, contiene retazos de poemas y relatos que publica esporádicamente. Actualmente vive en Lima trabajando en su primer poemario.
Sylvia Plath effect
I became insane, with long intervals of horrible sanity.
Edgar Allan Poe
Las palabras de su diccionario se han terminado,
se ha quedado con una mancha hostigada en la corbata,
se ha olvidado el cepillo de dientes en casa y siente que
sus dientes son carcomidos, desprendiéndose de su boca
como granos de sal.
No reconoce su letra,
y para cuando le piden que lea sus poemas se da cuenta de que
lo que escribió se parece más a la figura que se forma en un monitor cardíaco
y desconsolado siente que la suerte se acuesta con todos, menos con él.
Ha decidido lanzarse de un precipicio
y para hacerlo más poético, decide hacerlo desde el Monte Sinaí
pero sin saber cómo, está amordazado en la clínica yanqui
pidiendo piadosamente que busquen su cepillo de dientes.
Logra librarse y piensa, mientras huye, en lo lindo que
era pensar sin decir nada, en pintarse flores marchitas sólo para él,
y una empobrecida mirada sonriente se dibuja
tras la caravana de ambulancias.
Jeanette Prieto Noriega
Licenciada en Comunicaciones. Trabajó como gerente de comunicaciones en diversas municipalidades de Lima. Un estado de coma la mantuvo durmiendo cinco meses. Ha encontrado en la poesía un cordón umbilical al que se sujeta con las manos que está aprendiendo a utilizar.
Olvidos
El tiempo se olvidó de mí una tarde,
me dejó sin respiro, en una espera incierta y agonizante…
Un quizás tal vez, a lo mejor un mañana.
Congeló mi pecho, mi alma…,
mis sentidos que expiran.
Mis recuerdos tan mal vividos.
El tiempo se olvidó de mí, y otros bailan.
Kurt Furse
Lima, 1981. Arquitecto y hotelero de profesión. Actual docente en el Instituto San Ignacio de Loyola. Fotógrafo, poeta y escritor aficionado. Participó en muestras fotográficas en Dubái, Italia, Austria y Perú. Acaba de publicar su primer libro de narrativa, Covida. Participó en el taller “La disciplina del goce” de la Escuela de Edición de Lima.
Pasión
Anudemos en un abrazo
Nuestras lenguas sedientas
Que despierte la bestia amable
En tu espalda sudando azul
Que el cielo se abra
Y arroje su luna roja
Vida arraigada y dispuesta
A dejarse llevar por la balsa
Invita a tu desnudez
Apropiada de tu mano
A que empuñe las escamas
Que penetran en tu vientre
Posición de ataque, frente
La tuya sumisa, de tobillos blancos
Mira estos ojos, negros de nubes
No aletarguemos el destino, nuestro.
Ddedwin Galindo González
Ayacucho, 1987. Licenciado en Ciencias Militares. Bachiller en Administración. Publicará un poemario aún sin título, pronto.
D-2
El hielo cortante y gélido
tranquilamente cristaliza de azulejos mis venas;
manos congeladas, rocíos de escarcha.
Vaporosas y ocultas son sus noches
tiritando heladas también las estrellas,
recorren fugaces algunas,
prisioneras como el iceberg del mar otras,
y sólo mi aliento,
buen sereno de llanto y nostalgia.
D-3
Un ermitaño espacio
invertido y lívido
abraza la luna nueva,
distante, y sin su carruaje de plata;
incandescente, brillante
en su blanco escenario.
compendiosa es su alma,
su vida también desvanece,
las brasas de aire
nutren de arrebol muerte
a aquellas invisibles hojas.
Flamean también alrededor de la existencia,
es monótono,
es opresivo,
es nuevamente cansado.
Y así es la luminiscencia de la muerte,
y así es la opacidad de la vida.
Fabiola del Mar
Lima, 1988. Estudió Administración y Marketing, actualmente trabaja en temas de asesoría de imagen personal y empresarial.
Sin título
He guardado el dolor
En una caja de cartón
En cada esquina cuelgan como telarañas
las palabras perdidas
La historia contada en braille
para un corazón ciego
Las flores disecadas con esmero
con el polen infértil y el pistilo roto
Húmedo y lacrimoso el dolor
colgado junto a los suspiros
como espasmos leves de la ausencia
Y los besos rotos que huyeron de mis labios
Envuelto en mantilla San Antonio de cabeza
Un dije oxidado de lamentos,
un rosario pulido y liso de tanto rezarlo
[cristo perdió la piel de tanto tocarlo]
Una foto en la que no me reconozco,
Sonríes, sonrío
el rizo de tus cabellos que ya no te hace juego
y una carta llena de antiguos te quieros
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