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Síntomas patológicos

miércoles 25 de abril de 2018
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Como un viejo marinero que trabaja arduamente
para que el barco entre en la botella.
Primero la exteriorización, luego la introspección.

I

Esto es tan agotador
como tener impulsos involuntarios
de orgasmos que se repiten en el tiempo;
esperar el siguiente
resulta engañoso y perturbante.

 

II

/Caballos cuasi esquizofrénicos
deambulan como elipses en las venas
abiertas de América Latina/

Son como pieles debajo de sistemas
se acomodan al encanto de los hombres;

Al final del día
caen como soldados
sobre nuestra tierra sembrada de misterios.

 

III

Entre Radiohead y una cerveza,
los espacios se abren
y una caravana de dioses
asume la potestad de mi cabeza.

 

IV

¡Mira!

Una bomba de tiempo
atornillada debajo de mis pies.

[I can not stay with you]

mi cabeza es una trinchera
con soldados de infantería escondidos
en cada neurona, sobre cada impulso.

[I can lie me]

Me entorpecen los huecos en la cabeza,
caigo como saco de arena
sobre el suelo.

[I sleep here]

Litros de alcohol se funden en mis venas.

 

V
Autobiografía del pensamiento

/tentaciones que dan vueltas en el cráneo/
/caen en un precipicio/
/eyaculando con dolor sobre los cuerpos húmedos/

[…] alborotan sus vestiduras
para encontrar el sentido uniforme de las cosas…

Entre ventanas, puertas,
voces, ataúdes,
y la vida rectangular semidormida,
se dispersan como cabras.

Se arrastran como reptiles sobre las sábanas sagradas;
y como peces fluyen en las aguas abiertas de la mente.

Se duermen como seres omniscientes
en migrañas silenciosas.

 

VI

Una huella precoz sobre la almohada
mis manos estiradas como empanadas en el piso

[la desintegración de mi cerebro entre laderas subjetivas].

Anochecer y amanecer en el mismo lugar
una costumbre casi amarrada a los zapatos.

Vuelvo a revisar los cajones de casa,
por los cigarrillos y las vendimias sagradas.

Hay tanta semejanza entre mi boca y las nubes
hay tanto ocio entre mis páramos y los soles.

[Voy a pisar despacio para no trizar el viento].

 

VII

En cada ventana de mi habitación
hay pájaros que me espían,
mientras duermo sus ojos se calientan en mi cuerpo.

Cuando cierro los ojos
caigo en tu repisa dando vueltas
y choco furtivamente sobre tus pies húmedos,
entretejo dudas y respuestas al azar.

Justo antes de levantarme
estirado como túnica y sin sentido
en la cómoda lujuria de mi llanto
mi cabeza busca tus pies
y sólo encuentra ojos de pájaros hambrientos.

 

VIII

Cuando los gatos bailan
usan sombreros de paja toquilla,
y golpean el entablado.
Se miran las fauces
y aúllan haciendo semicírculos,
lloran por los pisotones en sus colas.

 

IX

No hay que ser tan ridículo
para autonombrarse Polifemo
y estar como Damocles
apuntando al ser inerte,
a la vida puerca.

 

X

Tartamudeo cíclicamente
poemas salidos de sarcófagos del tiempo,

como guante retengo la fuerza de mis sueños,
en mis habitaciones sin ventilar y sucias.

Soy como manzana con gusanos en el centro,
dispuesto a omitir cualquier impulso de vida.

Me voy y vuelvo en cada lluvia
como un sonido obtuso que se queda inmóvil
en lo oscuro del silencio.

Soy un oxímoron
estoy despierto y duermo el eterno sueño de la vida.

 

XI

Escondido detrás de cada puerta
vigilo la necropsia que hacen los pájaros
en la cabeza de las arañas en el suelo.
Vuelvo sobre mis manos
y acaricio mis pies,
para liberarme del miedo.

 

XII

Estoy sorprendido, casi incrédulo
por primera vez recordé tu sexo
me quedo, sin embargo,
con la mano extendida
pensando, como Buda,
en el sexo de otros cuerpos
coleccionados en mis otras existencias.
A diferencia de Buda
no logro la iluminación completa
por eso sigo debajo de tus pies
con tu cuerpo haciendo historias
al estilo de mis recuerdos.

Ángel Francisco González Alulima
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